Rahola da ejemplo del "respeto" que ella exige: "camachitos y riveritas", "micrófonos mesetarios"...
Huy, huy, huy. ¡Qué mal huele la prensa que lee la derecha!, y no porque traiga una peste a corrupción que no consiguen disipar ni el olor a tabaco ni el olor café de la mañana.
El Mundo publica un editorial sobre la corrupción en Andalucía que acaba pidiendo a Susana Díaz que haga algo para salvarse de ella y, añado yo, seguir como gran esperanza blanca del PSOE. Y el director de ABC, Bieito Rubido, dedica su billete a atizar a la juez Mercedes Alaya, que es la que puede hundir a Díaz, en vez del pobrecito Moreno Bonilla.
Que la Justicia sea ciega me inquieta. Porque la Justicia es, fundamentalmente, sentido común y capacidad de mirar a los ojos al delincuente para saber si podemos, como consagró Concepción Arenal, compadecernos. Por eso los hombres justos no son necesariamente jueces, pero sí buenas personas.
Desanima ver cómo se prolongan los procesos, cómo se deteriora la convivencia por esos retrasos, cómo se aprovecha la demagogia para enseñorearse de la opinión pública. La juez Alaya, en el enésimo capítulo, vuelve a dilatar y alargar el enredo, con nuevas ramificaciones. Tal vez tenga toda la razón jurídica, pero falta sentido común, realismo, resolución, evitar prórrogas, pasar de presunciones a hechos sentenciados y retirar la venda de los ojos para que por fin se haga justicia.
Cuando uno tiene tanta mili que le cuesta encontrar tabaco negro, no suele creer en conspiraciones, pero tampoco en casualidades.
Por el contrario Victoria Prego (El Mundo) carga contra la culpable, o sea, Susana Díaz.
no podrá Susana Díaz seguir vendiendo la gestión política de su Gobierno como el modelo a seguir en el resto de España, que es lo que ha intentado hasta ahora. La opinión pública está ya muy placeada en lo tocante a casos de corrupción pero es consciente de que lo sucedido en Andalucía, donde en los casi 40 años de democracia únicamente ha gobernado el PSOE, supera casi todos los escándalos porque estamos ante las múltiples variedades de un robo sistemático, continuado en el tiempo durante décadas y extendido a todos los niveles de la Administración autonómica. Y de esos desmanes en melena no sólo tienen que responder los implicados, sino también quien ha sido secretaria de Organización del PSOE, consejera de Presidencia del Gobierno andaluz, sucesora de Chaves, heredera de Griñán y presidenta de la Junta de Andalucía.
MANUEL JABOIS DESVELA QUE TANIA ES VEGETARIANA
Ignacio Camacho (ABC) escribe una interesantísima columna, ‘La derecha peregrina’, que también cabría entender como pieza de un asunto más importante: que el votante de derechas no se abstenga y ya que no va a votar al PP que lo haga a un partido con el que el PP pueda aliarse o al menos que le quite escaños, por la asignación que hace la ley electoral, a Podemos. El señalado por Camacho es Albert Rivera, al que advierte de que no caiga en la demagogia de Rosa Díez y reconozca que le vota mucha derecha.
Riverita se ha comido la rebanada que estaba tostando Rosa Díez para ella sola, después de haberle pedido mil veces una mitad que en vez de dividir sumaba. Díez no ha sabido comprender que en un momento de fobia contra la política tradicional le perjudicaba su largo currículum: el impulso prometedor de su partido tercerista contrasta con el peso excesivo de su presencia en él. Apegada a la cultura de aparato se ha estancado en ella mientras los Ciudadanos le desbordan con el nuevo formato de las plataformas abiertas, y su líder le aventaja en empatía audiovisual. Además R10 se ha desorientado ante el fenómeno Podemos y trata de responderle con un populismo sucedáneo que va a contracorriente del electorado en el que podía crecer.
Rivera aparece ahora como la presa que puede embalsar el voto peregrino de un centrismo moderado y renuente a volver a confiar en el pasivo estilo marianista (…) En la crecida le amenaza el mismo peligro de confusión que ha devorado a Díez: el de no saber identificar de dónde le viene la mayor parte de su apoyo. El prejuicio dominante contra la derecha lleva a la tentación de hacer socialdemocracia con votos liberales y hasta conservadores. Se trata de un error frecuente en el que también cayó Rajoy, quien por otras razones no acertó a interpretar el mandato recibido.
Para ejercer con eficacia el protagonismo al que parecen llamados, los dirigentes de Ciudadanos deberán asumir que de cada cinco futuros votantes suyos al menos tres procederán del desencanto con el Gobierno. Tratándose de personas independientes y de ideas transversales, se van a tener que acostumbrar a la contradicción de ser o de resultar de derechas sin quererlo.
Tras este análisis político basado en encuestas, tendencias, opiniones, ideas… reconozco que no estaba preparado para lo que encontré a continuación. El País ya tiene sustituto para las entrevistas-alfombra y los perfiles-lametones que hacía antes Juanjo Millás: Manuel Jabois. El recién llegado al periódico progresista se estrena con un perfil de Tania Sánchez destacado en portada.
Tania Sánchez recuerda La Bola de Cristal, el marxismo para niños que inventó Santiago Alba Rico, y habla de la mejor televisión que hubo en España para su generación, nada que ver con la que vino después, en la adolescencia.
Hace años, en un avión que la llevaba a Rumania, Tania Sánchez decidió hacerse vegetariana. En los vuelos se sirven las peores comidas del mundo, pero si el vuelo sale mal y cae, y eres una de las supervivientes, hay mejores cosas que hacer media hora antes que convertirse en vegetariana. «Como pescado, por ejemplo. No puedo llevarlo a rajatabla porque con el ritmo que llevo terminaría anémica».
También le preocupa la idea de familia. «Gabilondo tenía 36 años en la Transición y dos hijos. Yo 35 y ni planes», piensa en alto, lamentándose. Pero no le preocupa la edad. «Cada año he sido más lista, más guapa y más formada. Cada vez mejor», ríe.
Uno de sus recursos favoritos es: «Repítemelo otra vez que soy rubia natural». De niña le compraban Barriguitas y Nancy, que tenía un cuerpo proporcionado, pero nada de Barbie. «Tiene cuerpo de top-model, no es real. No entraba en casa».
GISTAU: ¿PROHIBIDO HABLAR DE LA ‘LISTA FALCIANI’?
Después del botijo de diseño, un poco de política internacional y de estilo. La lista Falciani: Suiza, bancos, ricos, discreción, espionaje, servicios secretos… Recuerdo que tener dinero en Suiza no es ilegal, si se ha declarado en España.
David Gistau (ABC) escribe sobre los riesgos para la libertad de prensa y afirma que el que le acoge y paga es el más independiente, porque dio que los Luca de Tena aparecen en la lista.
Los profesionales del periodismo tuvimos tema de discusión cuando un gran anunciante como el banco Santander compró las primeras páginas de los diarios de Madrid. A mí la imagen me espantó. Los mismos periódicos que reprocharon a sus colegas de Barcelona que se uniformaran por un editorial conjunto sobre la cuestión catalana de pronto se hacían indistinguibles por dinero.
Algunos compañeros me llamaron exagerado. Me dijeron que aquello sólo era una campaña de publicidad agresiva que no impediría a los diarios ser honestos cuando tuvieran que manejar una información hostil con el anunciante. No imaginé que esa conjetura sería puesta a examen tan pronto.
Botín, Falciani, paraísos fiscales, entramado societario, fraude, miles de millones. Ya el lunes circuló por algunas televisiones la consigna de que estaba prohibido hablar del tema. En cuanto a los grandes periódicos, nada había en las portadas del martes, y apenas era posible encontrar en las páginas interiores menciones ínfimas, camufladas. Hubo una sola excepción. La portada del ABC. Sí, del ABC, el periódico institucional, el de los brindis en esmoquin, la hornacina literaria a la que no debía venir, me decían, porque el diario dinámico y con pelotas era «El Mundo». El ABC, sí, el periódico que ayer dio en su web, sin camuflaje alguno, la noticia de que la familia fundadora figura en la lista Falciani.
Después de que en El Mundo del 10 de febrero de 2015 Arcadi Espada interpelara a Ana Patricia Botín, este 11 de febrero lo hace Carmen Rigalt en una columna titulada ‘Miss Barraqnuilla’.
Desde el mismo día del fallecimiento de Emilio Botín III (su papá), ella es la nueva presidenta del grupo Santander. La jefa que sustituye al jefe. Lo primero que hizo al llegar fue acortar su nombre, Ana Patricia, y dejarlo en Ana a secas, más contundente y sobrio, más limpio, más escueto. La rapidez con que actuó revela que el nombre compuesto le pesaba mucho y estaba deseando sacrificarlo. No hace falta añadir que aguantaba por complacer a su padre. Ella era la niña de sus ojos y al nacer le puso un nombre que sonaba a Miss Barranquilla. Nada que objetar: para él era la más guapa.
Empieza uno acortando el nombre y acaba fusilando hasta el apellido. Ana Patricia, la chica que no quiso ser Miss Barranquilla, estaba predestinada a sufrir la carga de un apellido cuya literalidad ha iluminado a Falciani. Ahora, el botín depende de ella. La honestidad, también.
Marcello (Republica.com) deja de morder a Mariano Rajoy y a Esperanza Aguirre, cosa que le agradezco, y da una noticia, bueno, un rumor: otra lista como la de Falciani.
la lista Falciani que no cesa y a la que le seguirá la lista Fasana (que se anuncia espectacular y si no que le pregunten a Javier Monzón porque salió de Indra)
Veremos en qué queda este anticipo.
Santiago González (El Mundo) juega con la paradoja de que Podemos fiche a Falciani para combatir la evasión fiscal cuando el señor sólo es informártico.
Mientras, han fichado a Hervé Falciani para que colabore con ellos: «Vamos a elaborar un decálogo con medidas contra el fraude fiscal y paraísos fiscales», dijo Iglesias. Falciani es un ingeniero informático que se hizo con los datos del HSBC, pero no tiene más conocimiento del fraude y los paraísos fiscales que el que tiene Errejón de la vivienda en Andalucía o Monedero del sistema financiero de la moneda común bolivariana. O el Pequeño Nicolás, una versión pija de los citados, que trazó un plan para atajar el independentismo catalán por cuenta del CNI. ¿Quién necesita especialistas en un país tan lleno de politólogos tan polimorfos y polivalentes?
UN COLUMNISTA RECONOCE QUE TUVO CUENTA EN EL HSBC
Jiménez Losantos en El Mundo nos da la columna que ayer pronunció en sus micrófonos (mesetarios, como los llama Rahola y puede leer, querido lector, más abajo): Falciani es un delincuente, Podemos está pagado por Chávez y Montoro está violando los derechos del Coletas.
En la prensa de papel de ayer, en página par, presumían del fichaje del gran fiscal del delito fiscal los mismos que, en la página impar, resultaban beneficiarios y, por ende, acusados de ese delito a través del dinero negro de Venezuela. ¿No sabía Podemos que Falciani delataba a sus financiadores? ¿No sabía Falciani que los que él delata como traficantes de 12.000 millones de dólares, los chavistas, son los que financian ilegalmente -el caso Monedero lo demuestra- a Podemos?
Es terrible que un partido político sea el instrumento pagado de una dictadura extranjera. Es intolerable que Montoro -tan protector de Podemos como de los Pujol- filtre ahora una inspección fiscal a Pablo Iglesias. Esto aún no es Venezuela. Iglesias tiene derechos individuales. Y España tiene derecho a saber desde cuándo sabe Montoro cómo se financiaba Podemos.
Y para reirnos un poco, dos columnas. Una que busca la ironía, la de Joaqun Luna (La Vanguardia)
Al fin soy alguien: tuve cuenta en la Hong Kong and Shanghai Bank Corporation, donde cada mes, entre 1988 y 1993, recibía el salario de corresponsal, y en nombre de aquella relación les pido que se metan con los clientes pero al banco, símbolo colonial y gloria del libre comercio -inicialmente de la droga-, no me lo toquen.
Los clientes le llamábamos el Hongkong Bank a secas, con esa familiaridad que da tener dinero en el lugar adecuado. Uno llegaba a la colonia británica con lo puesto y el primer consejo que recibía era: -Ábrete una cuenta en el HSBC. Y la abría, orgulloso de incorporarse a la comunidad de los intrépidos del siglo XIX que necesitaban como el aire un banco de fiar para guardar sus dineritos y las fortunas que generaba vender opio en China.
Y otra que la encuentra sin pretenderlo: la tribuna de Jaime Botín en El País donde reclama «solidaridad» a Bruselas ante Grecia.
¿Cómo es que suenan voces entre ese conjunto de naciones que consideran que Grecia tiene que entrar por el aro o marcharse? Da la impresión de que algo así como la «solidaridad» entre los socios es un concepto extraño y sin curso legal. Sin embargo, una UE que no adopte ese principio tiene poco futuro en el contexto global en que nos movemos aunque otra cosa pueda deducirse de la actitud rigurosa tomada, por razones políticas a corto plazo, por Gobiernos como el nuestro.
¿Cómo habla de solidaridad un señor con millones en Suiza y sancionado por la CNMV?
ANSON DEFIENDE A PUJOL, AL QUE NOMBRÓ ‘ESPAÑOL DEL AÑO’
Qué poca atención prestan los columnistas de los periódicos de Madrid a la comparecencia de Artur Mas, sublevado contra el Estado y la Constitución, en el Parlamento catalán.
Carlos Segovia (El Mundo) se pregunta si los catalanes tienen como ‘honorable’ a un colaborador de un evasor fiscal.
«Le voy a hacer preguntas concretas y le ruego que responda con la máxima claridad». El portavoz del PSC, Miquel Iceta, interrogó con concreción el pasado lunes al presidente de la Generalitat, Artur Mas, sobre el tema más nauseabundo de su carrera política: ser el beneficiario durante décadas de una cuenta oculta de su padre en Liechtenstein. «¿Participó usted en la apertura o en algún trámite de la cuenta?», martilleó Iceta sabiendo que pisaba terreno firme.
La pregunta de Iceta fue clara y la respuesta de Mas inquietantemente evasiva. No negó ni confirmó haber participado en la tramitación de la cuenta. Se limitó primero a decir que ni él ni su esposa eran titulares de cuentas en el extranjero, y sólo tras la insistencia posterior de Joan Herrera confesó que supo «la situación» de su padre «entre finales de los 80 y principios de los 90», sin aclarar más. Dejó significativamente en el aire la asfixiante duda de si los catalanes tienen de presidente no sólo a un beneficiario, sino a un colaborador de un evasor fiscal.
El ex director de La Vanguardia, Joan Tapia (ElConfidencial.com), hace algún reproche filosófico a Mas.
Quizás los errores de Artur Mas tienen su origen en no admitir que la mayoría absoluta (formal o práctica) que CDC tuvo en las legislaturas de Pujol debió mucho a la capacidad de maniobra del expresident, que se supo granjear el apoyo de sectores muy diversos (e incluso dispares), desde políticos pragmáticos que habían tenido funciones con el franquismo (de segundo orden) hasta jóvenes radicales independentistas. Por el contrario, Artur Mas ha hecho un partido más ideologizado, no ha tenido nunca las mayorías de Pujol y -aquí estaría el error- ha querido gobernar como si las tuviera (o con el objetivo inmediato de lograrla).
Luis María Anson (ElImparcial.es), que nombró a Jordi Pujol ‘Español del Año’ cuando dirigía ABC, defiende a éste con apelaciones al «respeto» que parecen sacadas de El padrino.
Jordi Pujol, que, sin duda, está defendiendo a sus hijos, a costa de echarse culpas que tal vez no tiene, puede hartarse, tirar de la manta y dejar en pelota picada a Arturo Mas y a otros personajes que no le han guardado ni respeto ni lealtad. En todo caso, Arturo Mas se estará hoy frotando las manos. Ha salido sin mancha de una larga sesión parlamentaria en la que nadie supo ponerle contra las cuerdas. Esa tarea queda para los medios de comunicación en el ejercicio del contrapoder.
En cambio en La Vanguardia sus columnistas han optado, no por defender a Artur Mas, sino por atacar a quienes le hacían preguntas.
En una columna titulada ‘Suicidas’, Antoni Puigverd asegura que todos los partidos han salido debilitados salvo el aliado más fiel del Govern, la CUP.
Nuestros investigadores parlamentarios, en cambio, se limitan a pronunciar discursos más o menos ofensivos contra el investigado. Lo hacen con obsceno tremendismo o con vergonzante disimulo, pero todos confunden una investigación parlamentaria con un matadero, con una oportunidad de sangrar al rival común.
A Mas no han logrado tumbarle, pero lo han debilitado. Lo paradójico es que, excepto Albert Rivera (singularmente moderado y sutil: apuntando al centro) y la diputada de la CUP (la única que reflexionó sobre la responsabilidad moral de la política), los otros partidos también salen debilitados del aquelarre. Morir matando: este parece ser el único objetivo de los viejos partidos y sus comparsas mediáticas. La estrategia de los suicidas.
Pilar Rahola a la que no se le cae de la boca la exigencia de «respeto» a los demás españoles cuando escirbimos, hablamos y hasta pensamos sobre Cataluña, da una lección práctica de falta de educación: «mesetarios», «riveritas», «camachitos»… No se salva ni su antiguo partido, ERC.
Como lo sabemos y lo saben sus señorías perfectamente, ¿no habría sido más serio ahorrar a la Presidència el bochorno? Y ello vale tanto si gobierna ahora Mas como ayer lo hacía Montilla y mañana lo haga quien sea, porque se trata de algo tan serio y sutil como no arrastrar a a la institución presidencial a según qué espectáculos.
Y precisamente porque sabían que ese era el plan, poner al presidente en la diana de los dardos de camachitos y riveritas, para que pudieran triunfar en los micrófonos mesetarios, ¿por qué lo permitieron sus aliados republicanos? Y no me vengan con el bla, bla, bla de la transparencia y el resto de sinónimos, porque visto lo visto lo único conseguido es haber degradado un poco más al Parlament y a la institución presidencial. Lo cual no va en la dirección de ayudar al proceso, aunque sí abunda en el cortoplacismo electoralista. ERC tendrá que hacer alguna reflexión seria porque quedan muchos meses para el 27-S y si el camino compartido es de esta naturaleza, apaga y vámonos.
El premio a la columna ridícula del día lo gana Màrius Carol, el director de La Vanguardia, que nos cuenta que conoció a Uma Thurman.
En una ocasión, mientras bajaba la empinada escalera que da acceso al restaurante Hakkasan de Londres, me pidió paso una dama increíblemente alta e inverosímilmente bella: aquella Uma Thurman ya no existe. O mejor dicho, existe pero su rostro es otro. Lo que no consiguieron sus enemigos en al dispararle en la cabeza lo ha logrado un cirujano con su bisturí. Extraña moda la que recorre Estados Unidos, conocida como el efecto Zellweger, después que la protagonista de cambiara su cara.
Estoy preocupado porque, si vuelvo a encontrarme a Uma en la escalera del Hakkasan, no sabré reconocerla.
El cotilleo lo invade todo para no hablar de política. Como en el franquismo.