El diario conservador y el progresista coinciden en pedir a los barones del PSOE que apoyen a Sánchez
El ABC es el periódico más preocupado este 13 de febrero de 2015 por la crisis del PSOE. Mientras que Bieito Rubido coloca el editorial al respecto, titulado ‘Un PSOE unido, cuestión prioritaria’, como el más destacado de los dos que publica, García-Abadillo y Caño ponen los suyos como segundos.
El periódico conservador considera, como El País, que la mejor opción para el desangelado POSE es unirse en torno a su actual secretario general, pero para ello invoca un el «patriotismo», un sentimiento que no suele abundar entre los socialistas, como han demostrado varias veces, desde el viaje de Rodríguez Zapatero a Marruecos durante la crisis causada por Mohamed VI.
El País, cuyos periodistas comparten con los dirigentes socialistas la cursilería y el gusto por las palabras solemnes y vacías, le pide a Sánchez autoridad y, además «complicidad con sus compañeros». Como si se tratase de una familia mafiosa. Para confirmar lo anterior, le aconseja a Gómez que no trate de buscar «venganza».
El Mundo considera que Sánchez sigue débil hasta el punto de haber renunciado a convocar primarias para ratificar a Ángel Gabilondo.
ABC
Lamentablemente, y pese a que se trata de una medida necesaria viendo la tendencia hacia la catástrofe del socialismo madrileño, el resto de los barones del partido ha decidido dejar solo a Sánchez, evitando el respaldo explícito a la estrategia de la dirección federal. Nadie debe interpretar ese clamoroso silencio como un apoyo al polémico (y ahora rebelde) Gómez, cuya capacidad de aglutinar voluntades en su favor se vio el miércoles por la tarde en la acera de Ferraz, donde no consiguió reunir a más de medio centenar de partidarios para protestar por su defenestración.
Es una lástima que -al menos hasta el momento-, los barones no vean la importancia y trascendencia de este movimiento. Lo que menos necesita ahora el partido es un líder huérfano de apoyo y la sensación de que nadie atiende al capitán de la nave, que no manda sobre nadie.
Quizá sea mucho pedir en este momento tan endogámico para ellos que actúen con patriotismo y que recuerden el papel histórico e institucional que corresponde al PSOE en el país. Pero es necesario. En otras épocas, el socialismo (dirigentes, militancia y votantes) ha funcionado como fuerza aglutinadora, vector que ayudaba a la vertebración nacional y a un sentimiento de obra compartida en torno a España. Es evidente que el principal problema político es, actualmente, la crisis del PSOE y que sus divisiones internas y de imagen se deben a muchos factores, como la desconfianza en Pedro Sánchez, la irrupción del populismo y el desmarque de buena parte de la izquierda hacia posiciones antisistema.
EL PAÍS
En estas circunstancias, el secretario general del PSOE debe ejercer su liderazgo mezclando la autoridad y la complicidad de sus compañeros. Los barones socialistas han apoyado una medida que consideraban inevitable, pero se han quedado con una cierta inquietud. Pedro Sánchez tiene que ser consciente de que, en estos momentos, para cumplir eficazmente su papel debe de unir fuerzas y presentar propuestas políticas para este año electoral. La mejor manera de dejar de hablar de la crisis del PSOE es provocar que empecemos a hablar de las ideas del PSOE.
En el otro lado, Tomás Gómez no debería echarse al monte en busca de venganza. Él sabe, sin necesidad de que nadie se lo diga, que su candidatura electoral estaba abocada a un fracaso estrepitoso; uno más para el socialismo madrileño. El anuncio de ayer de que dimitirá de su escaño en la Asamblea de Madrid puede ser una señal de que no va a luchar por recuperar una posición que ha perdido definitivamente.