Antonio Gala traslada su entusiasmo por Pablo Iglesias a Albert Rivera
Empiezo este 17 de febrero de 2015 con un lingotazo en el café propinado por Ignacio Camacho en ABC, con acusaciones muy duras a la cúpula de Podemos, cosa que no me sorprende a la vista de los ataques de Nicolás Maduro y sus ministros contra el periódico monárquico por publicar lo que parece que es la verdad.
La hostilidad del régimen chavista condecora a este periódico, tanto como a Podemos lo deshonra la protección que le dispensa con su patrocinio bananero. Cada proclama de Maduro y sus esbirros le clava al partido de Pablo Iglesias el marchamo inequívoco de una tutela que no puede camuflar con la falaz retórica transversal del populismo. Cada uno se retrata como sabe o puede: la autoritaria Venezuela bolivariana repudia la información de los medios libres mientras se declara orgullosa de sus discípulos.
A continuación rebaja a Podemos a peón del imperialismo chavista.
Podemos no sólo cuenta con la simpatía del chavismo: es un fruto de su estrategia de expansión alentada desde hace más de una década en un laboratorio ideológico de inspiración castrista. Centenares de militantes de izquierda radical llevan años viajando al Caribe para recibir adoctrinamiento disfrazado de cooperación y a menudo sufragado con fondos públicos españoles. El concepto de «asesoría» es risible: han ido a aprender, no a enseñar, y los disparatados honorarios -propios de premios Nobel- y atenciones que algunos han recibido sugieren un proceso de financiación encubierta de un thinktank doctrinal, de una plataforma de comunicación y de un proyecto político. El caso Monedero está desenfocado en la opinión pública; lo sospechoso no es su chapuza fiscal, sino la finalidad última del dinero transferido.
Y por último, da un aviso: permanezcan atentos a la pantalla, que habrá más sorpresas.
Lo que ha empezado a aparecer es la pista financiera de esa jointventure geopolítica. Y acaso no sea la única ni la más inquietante. Permanezcan atentos.
A diferencia de Juanjo Millás y de Almudena Grandes, ya pasados a Podemos, Rosa Montero se resiste a abandonar su PSOE y en ‘Siervos’ critica al partido venezolano de España.
Comprendo bien que el agudo dolor social que ha traído la crisis y los abusos de los poderosos han originado tal ansiedad por creer en algo bueno, tal tentación de cerrar los ojos para que la realidad no estropee nuestros sueños, que quizá seamos carne de cañón para caer en todos los errores. Por ejemplo, en el peligroso malentendido de pensar que quien está en contra de algo malo tiene que ser necesariamente bueno (sucedió con Jomeini: como estaba en contra de la tiranía del Sha, a la izquierda le pareció un ancianito encantador hasta que empezó a lapidar); o en los apoyos ciegos: he oído a feministas sensatas intentar justificar que Syriza haya creado un Gobierno sin una sola mujer aduciendo que, si no hubieran eliminado tantas carteras, habría ministras
Ya sabemos lo que sucede cuando nos entregamos como forofos: para que exista la casta, primero tienen que existir dóciles siervos.
USSÍA ACONSEJA NO IR DE TURISMO A VENEZUELA
Alfonso Ussía (La Razón) pide el boicoteo turístico a Venezuela porque su Gobierno ampara al etarra De Juana.
¿Qué le puede obligar a Maduro a devolver a un empresario de bebidas que sólo ha matado a veinticinco españoles? Nada ni nadie. Pero cuidado con viajar a Chichiriviche. Tampoco se pierden mucho los que anulen su viaje y estancia en aquel lugar. En el Caribe hay playas más blancas, aguas más cristalinas y peces tan apreciables como en Chichiriviche sin tener que respirar el mismo oxígeno que un depredador de vidas humanas. Lo único divertido que tiene Chichiriviche es su nombre, pero también es desdeñable esa efímera diversión.
De todas maneras, no creo yo que haya mucho español dispuesto a viajar por placer a un país donde los homicidios fueron 25.000 el año pasado.
Salvador Sostres empieza alabando a El Mundo y a la periodista Ángeles Escrivá por haber revelado el refugio del etarra De Juana. Según él, el Estado español persigue y encarcela a los etarras.
Con todos los defectos que haya que corregir, lo que diferencia a una democracia como la española del populismo totalitario -valga la redundancia- de Venezuela es que en España a los terroristas se les persigue y encarcela, y en Venezuela se les protege y patrocina.
Tendrían que forrarse las paredes de los colegios electorales con las fotos venezolanas de Iñaki de Juana para que, la próxima vez que votemos, sepamos lo que votamos.
Cayetano González (Libertaddigital.com) es más severo con Rajoy y el PSOE que Sostres.
Este Gobierno del PP, en el tema de ETA, se ha limitado a seguir y respetar la herencia recibida por Zapatero, con de su proceso negociador con la banda terrorista, lo cual conlleva, entre otras cosas, incordiar lo menos posible a ETA y a los amigos que tiene en las instituciones.
Así se explica, por ejemplo, la liberación de Bolinaga, la inacción para ilegalizar las diferentes marcas de ETA en las instituciones la aplicación a toda prisa de la derogación de la Doctrina Parot, decidida por el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo sin que previamente el Gobierno hubiera hecho ningún tipo de gestión ni de presión para evitarla, a consecuencia de lo cual se dejó en libertad a un buen número de terroristas, de violadores y de delincuentes comunes.
TERTSCH: EL PELIGRO NO ES LA ‘ISLAMOFOBIA’, SINO EL ISLAMISMO
De la columna de Jorge Bustos (El Mundo) saco una frase:
En el anémico caletre del guerrillero bolivariano o del pistolero vasco -o del leninista menos amable- alienta la misma idealización marxista de la violencia como partera de la historia, y aún más, de la justicia.
Que me permite pasar de un terrorismo a otro. La indiferencia europea ante el terorrismo islamista preocupa a dos columnistas.
Hermann Tertsch (ABC) ante la amenaza de que el yihadismo convierta a Europa en un continente libre de judíos es inadmisible que se proclame que el peligro es la ‘islamofobia’, el nuevo coco de la corrección política.
Setenta años después, los judíos vuelven a tener miedo en las calles de Europa. Y ahora no por los nazis ni los colaboracionistas. Son los islamistas los responsables de esta nueva peste de judeofobia. Son inmigrantes que no existían cuando los nazis intentaron acabar con los judíos en Europa.
Ahora, politizados en el islamismo, pretenden imponer esa cultura del odio y la violencia, y su prioridad es aterrorizar y expulsar a los judíos que son clave de bóveda de la cultura europea. Para completar la perversa meta de Hitler de un viejo continente sin judíos, «judenfrei». Pero no es solo el islamismo. La complicidad de cierta izquierda es tan activa como patente. Y la indiferencia de tantos, como ya sucedió en tiempos pasados.
Es toda la sociedad europea la que tiene que rebelarse contra este proceso. Y contra la despreciable y vacua corrección política e inanidad de los políticos que, cada vez que hay un atentado del islamismo contra judíos o cristianos, proclaman que el peligro es la islamofobia. La huida de los judíos es una tragedia europea. La cobardía de nuestra clase política es otra. Ambas nos deben avergonzar y asustar a todos. Nos deja más inermes en una Europa confundida y sin criterio.
José María Marco (La Razón) recuerda cuánto costó a los españoles reaccionar frente a los atentados etarras.
Hubo un tiempo en nuestro país en el que los atentados terroristas no suscitaban una especial indignación pública. No es que la opinión no se diera cuenta de la atrocidad de lo que estaba pasando y que no se escandalizara por ello. Lo que ocurría es que no había forma de trasladar la indignación personal a la escenapolítica. El sentimiento no encontraba la forma para expresarse como un acto cívico de repulsa.
Hoy en día estamos a punto de que nos ocurra algo parecido con los atentados islamistas en los países de la Unión. (…) Es lo que los terroristas buscan: un grado de normalización de la violencia que les permita mantener secuestrados a los ciudadanos musulmanes y bajo amenaza permanente a los judíos.
Los gobiernos europeos están avanzando mucho en seguridad y prevención. Sería de desear también que hablaran con claridad sobre la naturaleza del fanatismo musulmán, que no puede ser considerado un hecho sin relación alguna con realidades sociales con las que convivimos.
ZARZALEJOS ASOCIA A ÁNGEL GABILONDO CON LA ‘MOVIDA’
Los principales periodistas sostenedores del régimen y del bipartidismo, o sea, la casta del periodismo, que diría el Coletas, toman partido en la crisis de los socialistas madrileños por Ángel Gabilondo.
José Antonio Zarzalejos (ElConfidencial.com) me hace reír al recurrir a la ‘movida’ para alabar a Gabilondo.
Gabilondo, como Tierno Galván, está dotado -en lo que le conozco- de un sentido del humor que humaniza la política y engrasa las relaciones tanto políticas como personales; es hombre sin filias ni fobias -distintas son las preferencias-, es un socialista de ideas pero que no siente la necesidad de la militancia; es culto pero lo disimula porque escucha mucho y habla pausadamente. Está en contacto con la gente joven porque vive en y de la universidad; es un buen conversador y un donostiarra que exuda -como los vascos de pro- bonhomía y nobleza. Discurre como un filósofo pero todos los testimonios que he recogido le atribuyen la virtud del pragmatismo o, más exactamente, una cierta habilidad especial para traducir las propuestas complejas en decisiones operativas.
Seguramente el exministro no es la última Coca-Cola del desierto, pero es lo más próximo a una regeneración en el PSOE a estas alturas del curso. Gabilondo, como Tierno Galván en su momento, tendría que convivir con el ventarrón de la juventud en la dirigencia política, pero como el ‘viejo profesor’, sería capaz de elaborar aquellos bandos municipales -en este caso autonómicos- que suministraron a la ‘movida’ sus años más dorados y canallas.
Ay, José Antonio, cómo te ha cambiado la edad. Cuando apareció la ‘movida’, tú estabas en Bilbao y entonces te parecía algo de drogatas y gentuza.
Luis María Anson aparece dos veces hoy. En El Mundo vuelve a ilustrarnos con sus peculiares opiniones sobre la Transición, hasta el punto de que en esta ocasión no cita al conde de Barcelona; y en ElImparcial.es le da uno de sus clásicos lametones a Gabilondo, que pueden estudiarse en las facultades de periodismo como ejemplo de cómo ahogar a alguien en almíbar.
Primero, los elogios de la marca Anson, en los que sólo falta el descubrimiento de su vena solidaria, como ya hizo con Iñaki Urdangarín. Incluso aventura una relación simbiótica con Iñaki o Iñaqui Gabilondo. Vamos, el PSOE de Madrid convertido en finca de la familia Gabilondo.
Ángel Gabilondo tiene nombre y simpatías. Fue un ministro eficaz y es un intelectual de prestigio robustecido. Su imagen supera con mucho a la media de la clase política española, tan inane, tan mediocre, tan menor. Ángel Gabilondo tiene la suerte, además, de que su hermano Iñaqui es uno de los periodistas españoles más respetados. Su imagen en la pequeña pantalla roza la perfección. La asociación de ideas entre los hermanos favorece a Ángel y robustece el acopio de votos en el cesto del exministro.
Y concluye revelando su entusiasmo con el catedrático de metafísica porque devolverá al PSOE a la sensatez y centrismo.
Podemos va a encontrar en Gabilondo, si es que el exministro acepta finalmente concurrir a las elecciones, la mesura del centro izquierda que es lo que robustece la operación del socialismo democrático. Gabilondo no cometerá la torpeza de competir con Pablo Iglesias por la extrema izquierda. Buscará el voto de la izquierda moderada y del centro socialista.
A este concurso de felpudos sólo falta Manuel Jabois.
En El País, Miguel Ángel Aguilar, otro veterano del periodismo de la Transición, levanta acta del fracaso de la campaña de Anson contra Pedro Arriola:
En cuanto al asesor áulico del presidente, impasible el ademán ante las arremetidas ansonianas, estima que los primeros aires de recuperación económica barruntan el pronto regreso a la normalidad de la intención de voto de las encuestas.
¡Lo que hacen la edad y la pérdida del despacho en el ABC-verdadero!
Ely del Valle (La Razón), más sincera y más ágil, quizás por sus menos años, despacha así las primarias socialistas, esa novedad regenadora y democratizadora.
Hubiera sido más honrado explicar la verdad, sea cual sea. Seguramente, los militantes socialistas hubieran entendido que ante situaciones de riesgo extremo -y no hay mayor riesgo que el de desaparecer del mapa-, hay decisiones que deben tomarse por las bravas, dejando a un lado la llamada democracia interna, que es un término que de cara al público queda muy bien, pero que no deja de ser, como todo el mundo sabe, una guerra fraticida de intereses en la que los apoyos tienen un precio que se cobra y que se paga.
ARCADI ESPADA DEFIENDE A CIUDADANOS DE FLORIANO
En estos entusiasmos de los columnistas por políticos, tan poco recomendables para su prestigio, destaca Antonio Gala (El Mundo), que pasa de Podemos a Ciudadanos. ¿Es que teme que le expropien algún piso vacío?
Estoy hablando de Albert Rivera: un muchacho emisor de palabras con naturalidad y buena puntería, estudiadas para que resulten más oportunas y convenientes en función de su fin en unas elecciones… Hace meses recibí un libro suyo titulado Juntos podemos: el futuro está en nuestras manos. Propone una amistad mediata, una aspiración común, una esperanza compartida. Añade algo al Podemos más seco y discutible de Pablo Iglesias. Entre ambos aspirantes a encabezar la política próxima, hay semejanzas y diferencias. Uno recuerda a un político que nos precedió en este mundo. El otro, a un español representativo: no envanecido, capaz, con pies en nuestro suelo. Y la mirada, abierta y comprensiva… «Dejemos de ser súbditos, para ser verdaderos».
Arcadi Espada (El Mundo) también defiende a Ciudadanos, pero en él es admisible, ya que fue uno de sus fundadores.
Ayer oí que el señor Carlos Floriano, jefe de campaña del PP, se refería a Ciudadanos de una manera extraña, llamándole Suitadans, Siutadnas y hasta Siutatans en sus repetidos intentos de llamarle Ciutadans.
Pero su indescifrable catalán no tiene nada de simpático. Todo lo contrario. (…) Lo que está diciéndole Floriano a las gentes de Ciudadanos es que no tienen lugar aquí.
Siempre me ha parecido un grave error el de distinguir entre separatistas y separadores, pudiéndose hablar de necios y necios.
EXCLUSIVA: SANTA TERESA DE ÁVILA ERA DEMÓCRATA
En El Mundo, Raúl del Pozo escribe sobre santa Teresa de Jesús o sobre Espido Freire, que no me queda claro. Concluye su columna con una frase ridícula. En su entusiasmo por hacer suya a la Santa de Ávila, Del Pozo la convierte hasta en demócrata, a ella, leal súbdita de Felipe II y reforzadora de la autoridad de las superioras sobre las monjas.
En cierta manera, es una madre fundadora de la democracia, que es, según el filósofo, una conjura de los débiles heredada del cristianismo.
No, Raúl, no, santa Teresa de Ávila era de Podemos.
Empiezo a pensar que algo ocurre en El País cuando leo otra columna de uno de los progres de guardia, David Trueba, y encuentro que critica al PP con argumentos dignos de atención y con los que estoy de acuerdo.
El mantra de la competitividad del Partido Popular queda en entredicho cuando se nos hace ver que solo está basada en la bajada salarial, en la precarización laboral. La subida del salario mínimo y la protección a los parados de larga duración, que han quedado abandonados por el sistema, ofrecería márgenes para aumentar la demanda. La bangla-desización de mucho trabajador español no puede considerarse una mejora de nuestra competitividad. Esconde una verdad dolorosa que confirma que, no pudiendo devaluarse la moneda, lo que se ha procedido a devaluar es a las personas
La columna ridícula se la adjudico a Pablo Sebastián (Republica.com), que cubre de elogios, más que Anson a Gabilondo, a José María Aznar. El periodista compara el máster de formación de líderes con la ENA francesa.
José María Aznar, ha vuelto a exhibir en Madrid su liderazgo y capacidad convocatoria en la presentación del ‘Instituto Atlántico de Gobierno’, una iniciativa privada y docente para graduados que tiene como objetivo formar líderes, abrir debates y unir en ello a las dos orillas del Océano Atlántico.
Una iniciativa privada y original que viene a cubrir un vacío importante en la sociedad española. A la vez que nos recuerda la carencia y la necesidad que tiene España de una alta escuela de la Administración del Estado, al estilo de la francesa ENA (Escuela Nacional de la Administración) donde se formaron los primeros dirigentes, altos funcionarios y gobernantes de nuestro vecino país.
Pablo, por favor, que algunos recordamos lo que has escrito sobre/contra Aznar. Un poco de respeto a las hemerotecas y a la memoria.