Pensábamos que el Gobierno de Rajoy no tenía polìtica de comunicación hasta que ha venido David Gistau a contarnos desde su columna del diario ABC titulada ‘Libertad’ que el PP ha dado con la clave de cómo domesticar a los medios: imponer un mecanismo de control estatal de las inversiones en publicidad.
Las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, advirtiendo al Gobierno venezolano de que en un «Estado democrático y de Derecho» como es España «la libertad de opinión y de prensa son dos principios absolutamente irrenunciables» han podido con la paciencia de Gistau.
El columnista le pide al Gobierno que baje sus humos democráticos recordándole que ya bastante ha tenido la profesión con ¡la decapitación de Pedrojota Ramírez! y otros directores.
Y llama la atención que se apunte a la teoría de la conspiración engordada por el propio Pedrojota sin aportar más datos:
Pregunten a Pedrojota Ramírez y a algunos otros purgados de menor relieve social cómo les han sentado las declaraciones de García-Margallo acerca del escrupuloso respeto por la libertad que permite al Gobierno dar lecciones a Venezuela.
Pero fue el mismo diario ABC el que defendió la tesis contraria: que el director de El Mundo no era rentable para Unidad Editorial y que había caído por su propio peso en el enorme agujero en las ventas que dejaba.
Lo sintetizó el Jefe de Opinión del diario de Vocento, Jaime González, en El Cascabel de 13TV —Jaime González sobre el despido de Pedrojota: «Cuando yo entro en ABC sé cuáles son las coordenadas del periódico, no puedo coger un trabuco y apuntar al presidente del Gobierno»–:
«No me imagino al presidente del Gobierno forzando la dimisión del director de ‘El Mundo’, al final la conclusión, que puede ser dolorosa, es que Pedrojota ya no era rentable al frente de El Mundo. Y ahí se acaba la historia»
Pero el misil de Gistau deja a la secretaría de Estado de Comunicación que encarna Carmen Martínez Castro a la altura de un ministerio chavista al revelar que:
La presión a las empresas formó parte de complejos planes urdidos por el gobierno para establecer lazos de dependencia con periódicos que quedaban incapacitados para la crítica o directamente para acabar con las carreras de directores de periódico que eran vistos como una distorsión del proyecto general de amansamiento de los medios.
¿TICS CHAVISTAS EN EL PP?
El fallo de análisis de Gistau es creer que este Gobierno ha perseguido a los medios críticos cuando en realidad ha sido todo lo contrario: se ha dejado la piel en cuidar y cuadrar las cuentas del Grupo PRISA, ha hinchado de dinero a la SER con campañas institucionales exclusivas dejando fuera al resto de medios y ha dejado que la izquierda radical tome los mandos de TVE.
Si algo ha hecho este Gobierno es mimar y proteger a sus adversario mediáticos. ¿Dónde está la falta de libertad de expresión? ¿Tiene pruebas Gistau de que a Pedrojota se lo ha cargado el Ibex? Si las tiene, que las publique porque la acusación es bastante grave.
La verdad es otra: la política de comunicación del PP ha brillado pero por su ausencia. No puede ser chavista precisamente porque ha sido incapaz de controlar nada. Poner casi al mismo nivel la comunicación del PP con el puño de hierro del chavismo sobre los medios díscolos es atribuirle demasiado talento a los cerebros mediáticos de Arriola y compañía.
El PP ha sido incapaz de hacer una voladura controlada del puente de plata mediático que le pusieron Mediaset y Atresmedia a Podemos y que le llevó a conseguir cinco escaños en las europeas y a liderar los sondeos de opinión.
Su inacción y falta de audacia ante la decisión del Supremo de quitar canales de TDT al duopolio hizo que las televisiones se la tuvieran jurada al Gobierno y que en los informativos de las privadas sólo se hablara de Bárcenas, Bankia y la Gürtel. Una bendición para Podemos.
Tuvo que rectificar y finalmente salir a dar la cara en los platós para denunciar el financiamiento chavista del partido de Pablo Iglesias meses después de vagabundear en la inopia creyendo que el crecimiento de Podemos le beneficiaba o su contrario, como dijo el diputado Agustín Conde este 17 de febrero de 2015 en ‘Rojo y Negro’ de Radio 4G, que «durante un tiempo pensábamos que hablar de Podemos les daba votos».
Ha sido incapaz de tomar las riendas de TVE dejando que el expresidente Leopoldo González Echenique y el exdirector de Informativos Julio Somoano se echaran en brazos de UGT arrinconando y aplastando todo lo que olía a PP en la cadena pública.
La censura y destierro del economista Juan Ramón Rallo del programa de Mariló Montero a exigencia del sindicato de izquierdas fue una prueba evidente de que el PP no mandaba nada en TVE. La orden presidencial de no molestar ni crear follones acabó por desquiciar a la dirección de TVE que tuvo que ser relevada.
La reestructuración delineada a finales de 2014, con la incorporación de José Luis Ayllón a las tareas de portavocía y Rafael Hernando como jefe del grupo parlamentario demuestra que al PP no le ha quedado otra que abandonar la siesta arriolista ante el avance de Podemos y el fracaso de su política de comunicación.