OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

El PSOE no sabe ahora cómo eludir sus propias reglas éticas sin quedar con las vergüenzas al aire

Raúl del Pozo bromea con los canales rendidos a Iglesias: "Cuatro dedica cuatro horas a Podemos, y La Sexta, sesión continua"

En El País, Javier Ayuso, que ha despellejado a Pilar Urbano y al Pequeño Nicolás, bendice a Ciudadanos

Comienza la Cuaresma, tiempo de penitencia, arrepentimiento y súplica para el cristiano. Y David Gistau la comienza suplicando a sus lectores que no abandonen la costumbre de comprar el periódico, de pagar un euro y medio por él en los kioscos para que la prensa pueda seguir siendo libre. Hombre, siempre es más barato el periódico que el paquete de Ducados o de Winston…

Gistau se cubre de gloria criticando al Gobierno por presionar a las empresas para imponer un mecanismo de control estatal de las inversiones en publicidad. ¡Y se le ocurre poner como ejemplo de víctima de la libertad de expresión nada menos que a Pedrojota Ramírez!

Presionar a las empresas para que éstas influyan en los medios es precisamente lo que se propuso el Gobierno de Mariano Rajoy cuando trató de imponer un mecanismo de control estatal de las inversiones en publicidad. La presión a las empresas formó parte de complejos planes urdidos por el gobierno para establecer lazos de dependencia con periódicos que quedaban incapacitados para la crítica o directamente para acabar con las carreras de directores de periódico que eran vistos como una distorsión del proyecto general de amansamiento de los medios. Pregunten a Pedro J. Ramírez y a algunos otros purgados de menor relieve social cómo les han sentado las declaraciones de García-Margallo acerca del escrupuloso respeto por la libertad que permite al Gobierno dar lecciones a Venezuela.

Al final, la libertad de un periodista siempre dependerá de la resistencia del director o el editor cuando le suene el teléfono. No existen los gobiernos dispuestos a renunciar al control. Existen grados de grosería en la intromisión, y en ese sentido es verdad que los gobiernos colindantes con el totalitarismo o llenos de falsas coartadas patrióticas son más agresivos, mientras que los democráticos están obligados a la sutileza represora. Pero la libertad de la que hablamos no la concede García-Margallo, ni la vicepresidencia, ni la secretaría de Estado de Comunicación. La defiende el medio si tiene coraje para ello y si una cierta independencia económica lo salva de esa mendicidad suplicante de subvenciones y de campañas de publicidad institucional. Ello otorga un valor inaudito al euro y pico que paga el lector. Es ese euro, y no un ministro, el que nos hace libres.

EL PSOE, ATADO POR SU DEMAGOGIA Y SU BANALIDAD

La noticia que más columnas inspira es la imputación por el Tribunal Supremo de José Antonio Griñán y Manuel Chaves, acomodados en el Senado y el Congreso. Pablo Molina (Libertaddigital.com) bromea con los nuevos argumentos del PSOE para no reclamar a los imputados sus actas parlamentarias.

Según el portavoz socialista, Chaves y Griñán sólo serán obligados a dejar el partido en el caso que resulten «imputados de algún delito». Hasta ahora desconocíamos la existencia de la figura de imputado de algún delito, hallazgo jurídico que debemos a Hernando, seguramente inspirado por Pedro Sánchez, que está últimamente que se sale. Pero como la imputación sin delito es un oxímoron, Hernando debería haber valorado la posibilidad de alumbrar una nueva figura mucho más apropiada al caso de los dos prebostes sociatas andaluces y su idiosincrasia regional: los imputadillos. Imputados, pero sólo un poquito, a pesar de los 800 millones de euros desaparecidos de las arcas del organismo público que ellos presidían.

Para Ignacio Camacho el PSOE queda atado por su propia demagogia.

Nadie puede ni debe colegir un desenlace de la citación de los dos ex presidentes andaluces. Pero ha sido la dirección del PSOE la que ha fijado los límites de su exigencia de responsabilidad, primero al reclamárselos a sus contrincantes y después al blasonar de rigor disciplinario. Imputación/dimisión: ésa es la regla que ellos mismos han fijado y que en la incómoda tesitura de un contratiempo electoral no saben cómo eludir sin quedar con las vergüenzas al aire. La demagogia, la banalidad interesada y la retórica simple tienen las patas muy cortas; se nota sobre todo cuando la corrupción tiene las manos muy largas.

Santiago González (El Mundo) salva la cara al pobre Fostiatus.

Que Tomás Gómez es un desastre en el gobierno de las cosas públicas es un secreto a voces. No descarto yo la posibilidad de que los socialistas sean muy partidarios de la medicina preventiva, pero la parte del discurso de Luena que alentaba la sospecha sobre posibles responsabilidades de Gómez no estaba sustentada por hechos, ni siquiera por indicios. Tomás Gómez no estaba imputado en causa alguna. Es muy notable que, una semana después, la citación por el Tribunal Supremo en calidad de imputados, estos sí, de los dos últimos presidentes de la Junta de Andalucía antes de Susana Díaz, los mismos socialistas que jalearon la destitución de Gómez se han puesto exquisitos a distinguir entre imputaciones e imputaciones para hacer coincidir la imputación descalificatoria con la apertura del juicio oral.

José Oneto (Republica.com) hace números sobre el fraude de los ERE.

Todo eso habría constituido un fraude total de al menos 136 millones de euros que pueden llegar a 152 millones, sin descartar el pago de sobornos a cargos políticos de la Junta por parte de comisionistas. Un auténtico despropósito y un fraude monumental del que no se han derivado por el momento, ningún tipo de responsabilidad política.

Jiménez Losantos (El Mundo) pide la disolución del PSOE.

La URSS nunca se democratizó porque no podían democratizarla los que la tiranizaban. Del mismo modo, la desnazificación, en la medida en que se produjo, la impusieron los vencedores de la guerra. El totalitarismo de verdad no admite la reforma desde dentro: la costumbre, hecha miedo, lo impide. El caso de los ERE muestra la necesidad de que el PSOE se haga un ERE a sí mismo, se convierta en PSOERE por unos años, se refunde, acabando con la corrupción que está acabando con él. Pero yo no veo a Susanachova condenando a Josif Griñán.

Por último, Iñaki Zaragüeta (La Razón) aprovecha que la imputación pasa por Sevilla para defender al valenciano Francisco Camps.

Al escándalo de los ERE ya se le puede poner cara, las de los dos presidentes autonómicos.Y quizá ahora tan escandaloso y multimillonario latrocinio adquiera la dimensión política, social y mediática que merece, una dimensión incomparable con la de otros asuntos que laminaron la carrera política e institucional de fi guras como la de Francisco Camps por la causa de unos trajes de la que, además, quedó absuelto. Así es la vida.

Y mientras el PSOE cobra por la (presunta) corrupción de quienes fueron dos presidentes suyos, en El País Javier Ayuso, que ha despellejado a Pilar Urbano y al Pequeño Nicolás, bendice a Ciudadanos. Curioso, ¿verdad?

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera y el catedrático de Economía y coordinador del programa económico de este partido, Luis Garicano, presentaron ayer en Madrid la primera parte de sus propuestas «para devolver a España su futuro». Una ofensiva que se inició durante el fin de semana pasado con artículos y entrevistas y que pretende continuar de forma escalonada durante las próximas semanas. Y en su primera entrega, Ciudadanos envía mensajes a sus tres principales contendientes.

Es pronto para valorar el programa económico de Ciudadanos porque solo han presentado sus primeras recetas, pero no cabe duda de que aporta un poco de frescura en el aburrido debate político español. Ya hay un cuarto contendiente en el escenario.

RUIZ QUINTANO: PABLEMOS COBRÓ DE MADURO Y FELIPE DE BRANDT

Desde que Podemos eclosionó en las elecciones europeas, Ruiz Quintano (ABC) repite que Pablo Iglesias es un Felipe González del siglo XXI: dos incultos, dos productos de márketing electoral, dos políticos con el único objetivo de alcanzar el poder… y dos socialistas ibéricos subvencionados por potencias extranjeras.

Pablemos gallea, mas no es Gallito, y no creo que con esto empuje uno a Maduro, el chófer de Venezuela, a nacionalizar, por venganza, a alguna empresa española. Tampoco es Millán Astray, para quien cerraron la Quinta Avenida camino de West Point, ni Gonzalón, que dijo preferir la muerte de un navajazo en el Metro neoyorquino a una vida de marmota en la Plaza Roja de Moscú.

En la socialdemocracia, la política es marketing y glamour, y todo el marketing y todo el glamour de Pablemos está copiado del felipismo setentero.

González y Pablemos son oportunistas (aupados por la derecha) que tienen una parla cantinflesca que les permite, a uno ir de Pablo Iglesias chistoso, y al otro, de Lenin achuchable. (…) Tan jóvenes y tan estudiadamente corcovaditos (¡el peso de la púrpura!), por sus bolsillos corren las propinas de Chávez y de Willy Brandt.

Raúl del Pozo (El Mundo) asegura que sus amigos en el PP están ya eufóricos y que no les preocupa Podemos. En este párrafo tiene un reproche para los canales de televisión progres: «Cuatro dedica cuatro horas a Podemos, y La Sexta, sesión continua».

Sosegada la M-30 y la deslealtad de Madrid con la vuelta a casa de Aznar, cuando ya no se habla de rescate, ni de la prima de riesgo, están tan relajados que cuentan chismes de la churri que tiene un diputado de moda en Bruselas. Saben que Pablo Iglesias busca un duelo final porque se cree más rápido que el viento, pero a Mariano Rajoy no le gusta el spaghetti western. Piensan, quizás, que sólo con que Podemos exista se movilizará el electorado del PP. Incluso miran divertidos cómo Cuatro dedica cuatro horas a Podemos, y La Sexta, sesión continua. Los votantes del PP se ponen como panteras, pero en Moncloa recuerdan con regocijo que La Sexta mató a Rubalcaba y ahora va a matar a Sánchez para poner a la Chacón que no estará en ninguna parte. Mientras el PSOE está cayendo en picado e IU se desmorona, los estrategas del PP esperan victoria en las elecciones generales.

Francesc de Carreras (El País) enuncia sus dudas y sospechas sobre Podemos.

Después están las sospechas. La principal es que ocultan deliberadamente sus intenciones. Las ideas con las que concurrieron a las elecciones europeas eran claramente inconsistentes. Gracias al subidón demoscópico y al desmesurado eco en la prensa, sus ambiciones aumentaron de forma exponencial. Probablemente pensaron que lo mejor era disimular su modelo, les bastaba con impugnar a los demás partidos, tan desprestigiados. «Ellos son la casta, nosotros los puros». Con eso bastaba.

A Tania Sánchez y a Monedero les dedica un párrafo.

Pero algunas noticias recientes han puesto en duda esta pureza. Tania Sánchez, la novia del jefe -no es machismo, es la verdad-, abandona abruptamente IU tras haber sido elegida en primarias candidata a presidir la Comunidad de Madrid: un caso flagrante de deslealtad política hacia quienes confiaron en ella. Se descubre que Juan Carlos Monedero, cerebro del grupo, sin rendir cuentas a su universidad, cobró una cifra estratosférica por un todavía desconocido informe sobre un proyecto de unión monetaria latinoamericana, sin ser ni siquiera economista, a través de una sociedad meramente instrumental para así pagar menos impuestos. No es precisamente un ejemplo de honradez, más todavía en un partido cuyo signo de identidad es combatir la corrupción. ¿Son de fiar los dirigentes de Podemos?

EL DESPRECIO DE GINER DE LOS RÍOS A LOS ESPAÑOLES

Uno de los debates más interesantes de la semana, mucho más que si a Monedero le desagradan los pendientes de perlas es el centenario del nacimiento de uno de los santones laicos d ela izquierda, Francisco Giner de los Ríos.

En El País, el catedrático Francisco Laporta se extasía ante el inspirador del programa educativo del PSOE

Un pueblo adulto, dueño de sí mismo. Por eso entregó Giner en voz baja su alma entera. Y la expresión más cabal de esa entrega fue la Institución Libre de Enseñanza. Con ella se vino a saber entre nosotros que la implantación memorística de textos y letanías no era educar, sino a lo sumo instruir, y de mala manera. Que para aprender era necesario pensar ante las cosas mismas, activamente, tratando de descifrar su disposición y su razón de ser. Se supo también que la integridad moral no tenía nada que ver con reglamentos externos, y premios y castigos; era más bien una suerte de señorío sobre sí mismo que surgía de convicciones profundas.

Muy adecuada la invocación a la integridad moral sin normas ni sanciones cuando están imputados los socialistas Chaves y Griñán. Otro asunto: el citado catedrático, ¿aplica el consejo de prescindir de libros de texto?

El PP demuestra su aceptación de los tópicos y las consignas progresistas con un artículo de un ex consejero de Educación de La Rioja, Gonzalo Capellán, en El Mundo.

El maestro de maestros, el pedagogo por excelencia de la España contemporánea. Aunque hoy no parece fácil, ojalá, no tardemos en volver a leer en un diario de referencia internacional un texto tan elogioso -y extenso-, relacionado con la educación en España, como el que The Times insertó en sus páginas hace 120 años para hablar de Giner de los Ríos y su proyecto educativo por excelencia, la Institución Libre de Enseñanza creada en Madrid en 1876.

La derecha ha aceptado hasta tal punto el discurso de la izquierda sobre Giner que ABC publica una Tercera del jurista Lorenzo-Martín Retortillo ensalzándole.

Hoy, al evocar a Giner, al contemplar agradecidos el acierto y la implantación de su obra, es oportuno recordar alguno de los valores que auspiciaba: la primacía de la educación y de la preparación para la educación desde el gusto por esta profesión; la importancia de la investigación, generosa y paciente, el aprecio de la cultura y la revalorización de nuestros testimonios histórico-artísticos, el cuidado y atención a los maestros y a todo tipo de profesores, la autoexigencia de éstos y la dedicación sincera, el mérito y la capacidad como único criterio de selección, la educación de los alumnos en el convencimiento y la responsabilidad, sin mengua del respeto efectivo a la disciplina, en un universo en el que el juego y el deporte ocupaban lugar destacado. No olvidemos su aprecio por los paisajes españoles y, en concreto, el gozo por el descubrimiento de las bellezas del Guadarrama.

¿Es que los maestros del siglo XIX, laicos y religiosos, no se sacrificaban por sus alumnos?

El historiador José María Marco, que dedicó una biografía al pedagogo, descubre su inmensa soberbia, que ha contagiado a toda la izquierda.

La contribución de Giner fue importante, sin duda, pero tiene un sesgo muy particular. Giner, efectivamente, partió siempre de un desprecio básico, indesarraigable, hacia su país. Cuando habla bien de España es de los paisajes, de la sierra de Madrid, de la montaña de Santander. Todo lo que no sea esa pureza casi indecible le parece vulgar, basto, degradado. Así que la modernización de España consiste en depurar su país de todo aquello que no le gusta. Es esta una parte importante del significado de la Institución Libre de Enseñanza y de los organismos que Giner y su grupo fueron creando alrededor: una empresa de depuración de la que iba a salir una nueva España diseñada según los criterios espirituales y sobre todo estéticos del grupo.

Giner comprendió que las claves de la legitimación política en el mundo moderno pasan por la estética, por el estilo. Así que creó una minoría selecta, exquisita, absolutamente consciente de su superioridad, que conoce desde dentro, íntimamente, las claves estéticas de lo moderno. Serán los prescriptores, como se dice hoy, de lo que es de buen gusto y de lo que no lo es. Y más allá, de lo que es la modernidad y lo que no lo es y, dando un paso más, de lo que se puede considerar como español moderno y lo que no lo es. Total, que para ser un español moderno hay que acatar las manías estéticas de Giner.

Y en este Miércoles de Ceniza inspira a Antonio Burgos (ABC) una columna en la que describe esa sociedad laica y basada en la conciencia y la responsabilidad individual que ansiaba Giner y que han logrado sus discípulos.

Ceniza se hace sólo de los valores cristianos, de nuestra fe católica, nuestras creencias y devociones. Si te burlas de la Iglesia o haces cuchufletas con imágenes veneradas por todo un pueblo, eres más progre que la leche que mamaste. Pero no se te ocurra burlarte de los budistas. Y de los musulmanes, ni te cuento. Los islamistas pueden decapitar cristianos de tres en fondo, que como no son caricaturistas ni franceses, No Passsa Nada. Nadie protestará. Nadie saldrá a la calle llevando al pecho un letrero que ponga: «Yo también soy cristiano de Siria». Y leña al mono cuando se trate del exceso de algo o alguien de la Iglesia. ¿Y del abuso de menores? Un fontanero puede hacer probadas perrerías con niños. Nadie dirá nada. Pero, ay, como el inculpado, quizá con denuncia falsa, sea un cura o un fraile. «Un fraile, dos, tres frailes, fascista el que no baile…». Y este baile de valores nos ha traído esta sociedad que se cree perfecta, triste ceniza de sí misma y de cuantos valores supremos creíamos que representaba…

GALA PRESUME DE SER UN ‘INTOCABLE’ A LOS SOBORNOS

Cuando Pilar Rahola (La Vanguardia) deja de ser una ‘choni poligonera’ del catalanismo y escribe de lo que sabe, merece la pena leer sus columnas. Hoy desmenuza el concepto de ‘lobo solitario’ para describir al terorrista islamista.

aquí no hay tipos radicalizados que, en la soledad de su fanatismo, tienen una idea letal. Muy al contrario, se trata de un cuerpo doctrinal profusamente difundido en red, con ideólogos emblemáticos que seducen y reclutan a jóvenes de todo el mundo para convertirlos en mártires de su yihad. Detrás hay dinero, tecnología, estrategia y una gran capacidad de penetración. Y todo está perfectamente organizado para que, al final, el loco de turno perpetre su gesto solitario y macabro. ¿Lobos solitarios? Lobos bien nutridos y bien dirigidos.

El País participa en este debate con una tribuna de un tal Benjamin Abtan que me recuerda las estupideces de la Transición, cuando en Diario 16 y El País se sostenía una improbable relación entre ETA y la estrema derecha, aliados contra la naciente democracia. Ahora la extrema derecha europea está encantada con el terrorismo islamista.

Copenhague y París revelan la conexión del islamismo y la extrema derecha. (…) Estos asesinatos son más que la aplicación del proyecto macabro y totalitario de los asesinos. Tienen el propósito de radicalizar a las sociedades afectadas, para incitar un cara a cara entre el islamismo y la extrema derecha. Ambos comparten la misma visión, la de un mundo amenazado por un choque de civilizaciones en el cual el frente sería una Europa al borde de una guerra civil.

ABC publica una tribuna de Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación, y sacerdote aunque esto se lo apea de la firma. Como es habitual en su asociación, mucha verborrea.

El elemento fundamental que decidirá el futuro de Europa es si al fin se convertirá en el lugar de encuentro real entre diferentes propuestas de significado, por dispares y múltiples que sean. Ahora es cuando comienza para Europa la prueba. Espacio de libertad quiere decir espacio donde poder narrarse, solo o junto a otros, delante de todos. Que cada uno ponga a disposición de todos su visión y su modo de vivir. Esta colaboración facilitará que nos conozcamos a partir de la experiencia real de cada uno y no de estereotipos ideológicos que hacen imposible el diálogo.

nosotros, cristianos, ¿creemos todavía en la capacidad que tiene la fe que hemos recibido de provocar un atractivo en aquellos con los que nos encontramos? ¿Creemos todavía en la fascinación victoriosa de su desnuda belleza?

Querido lector, si ha entendido usted algo, explíquemelo, por favor.

Antonio Gala se gana la columna ridícula del día al contarnos en su billete de El Mundo cuán honrado es él que rechazó un cargo propuesto por un mandamás socialista.

Recuerdo una cena provocada en casa por el dirigente del PSOE que dijo adiós a la política hace poco. Me reprochaba mi abandono. «El abandono, y no tácito, es el vuestro.» Al final de la cena me preguntó, en confianza, si deseaba yo algo: algún puesto, un favor… Sorprendido, pensé. Le respondí: «Siempre algo me atrajo: la dirección de la Casa de España en Roma». Sonriendo, me contestó: «El actual está nombrado hace poco… ¿Te importa esperar unos días?» Notaba la alegría en su cara, harto de ver cruzarse por delante líos y maletines. «No; no me importa.» Sonrió abiertamente, de modo inolvidable. «Roma saldrá ganando contigo.» Dejé pasar el postre: «Era una broma», dije, «que me da absolutamente la razón. Ya no tendré nada más que ver con el PSOE. Ni con ningún partido… Siempre los preferí enteros».

Es la primera vez que cuento esta tristeza. No sirvo para ser sobornado. Ni creo que el soborno sirva a la larga para nada. Lo digo porque el camino del PSOE se torció, hace tiempo ya, en Andalucía.

Antonio, esto que cuentas habría tenido mérito y, sobre todo, nos lo habríamos creído si lo hubieses hecho y contado en los años 80, cuando el rodillo de Felipe González. Ahora, no te cree nadie y encima haces el ridículo.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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