La Razón reprende a Pedro Sánchez por decir que el PSOE podría pactar con Podemos
La encuesta del CIS (más de 3.000 encuestados y por encima del 40% de indecisos) sobre las elecciones andaluzas cuya campaña comenzó anoche ocupa a todos los periódicos, salvo a El País, que mantiene su campaña favorable a Pedro Sánchez con un editorial de alabanza a su propuesta de listas abiertas.
ABC se muestra este 6 de marzo de 2015 muy preocupado por la caída del PP de Juan Manuel Moreno Bonilla, por lo que insta al partido y al Gobierno a hacer una «autocrítica» de su política económica y, también, a solucionar su «falta contundencia y convencimiento» en la aplicación de políticasde centro-derecha.
El Mundo subraya la desaparición de UPYD en beneficio de Ciudadanos y advierte del recrudecimiento de la pugna en el PSOE entre Susana Díaz y Pedro Sánchez.
La Vanguardia sorprende con un editorial en el que alaba a Ciudadanos, le defiende del ataque del PP y lo entronca con el «primer nacionalismo catalán», el de Prat de la Riba y Cambó.
La Razón tiene tan poca confianza en Moreno Bonilla que da por perdidas las elecciones para el PP y trata de persuadir a Susana Díaz de que pacte con los restos de este partido antes que con Podemos.
ABC
Ante esta previsión, que se califica por sí sola, el Gobierno de Rajoy y el PP tienen que reaccionar con urgencia si quieren no empezar este año electoral con el estigma de un revés implacable, que lo instale en una dinámica derrotista hasta las elecciones generales. No es fácil de entender cómo el Gobierno que ha recuperado a España de la crisis económica y que controla el poder político del Estado, en todos sus niveles, con mayorías absolutas, se enfrenta a su primera prueba electoral con un retroceso de la magnitud que refleja el CIS. Además, frente a un PSOE responsable políticamente de uno de los casos de corrupción pública más graves de la historia democrática.
Tampoco tiene fácil explicación que un partido sólido como el popular, con el mayor número de afiliados en España, autor de los mejores años de gobierno democrático y de grandes proyectos reformistas, descomponga su figura cuando se habla de Ciudadanos y de Albert Rivera. Quizá convenga en el PP mayor autocrítica por estos años de gobierno en los que España ha enderezado su rumbo económico de manera modélica, pero en los que también se ha echado en falta contundencia y convencimiento en la defensa y aplicación de políticas de centro derecha liberal que avancen en la protección del derecho a la vida, la familia, la educación, la justicia o las víctimas del terrorismo.
EL MUNDO
Al ser las andaluzas las primeras votaciones en las que puede medirse directamente el efecto Podemos en la política nacional, son el gran laboratorio para valorar las consecuencias que ese efecto va a tener en las demás formaciones. Y lo que se atisba es el agotamiento del bipartidismo, la consolidación del partido de Pablo Iglesias en una comunidad en la que partía con unas expectativas menos favorables que en otras regiones, el descalabro de IU, el desgaste del PP -que pierde en las ocho provincias ante el PSOE- y la confirmación de que UPyD se desangra en beneficio de Ciudadanos, que lograría por primera vez entrar en el Parlamento andaluz.
Puesto que las elecciones las planteó Susana Díaz en clave interna, de la amplitud de su victoria y de cómo la gestione, dependerá la fortaleza o la debilidad de Pedro Sánchez en el PSOE.
LA VANGUARDIA
La novedad andaluza es la aparición de Podemos y Ciudadanos, y especialmente del partido de Albert Rivera, convertido ahora en el objetivo de la artillería pesada del PP, que basa su contraataque en el origen catalán del grupo. Uno de los ejes de la campaña de C’s, desde que emergió en Cataluña, es la reforma a fondo de la Administración, argumento tradicional del primer nacionalismo catalán (Prat de la Riba, Cambó) que, por su actual deriva independentista, ha quedado en el cajón de los recuerdos. Rivera ha desempolvado con agilidad política ese argumento en favor de la meritocracia y la eficacia, lo que le puede dar credibilidad y beneficios electorales entre unas clases medias que se sienten abandonadas por los dos grandes partidos.
LA RAZÓN
De confirmarse estos datos -no hay que olvidar que hay un 40% de indecisos-, Susana Díaz afronta un momento complicado, pues deberá gobernar en minoría y sacar adelante las leyes fundamentales con acuerdos puntuales con las otras fuerzas políticas, por lo que deberá meditar mucho sobre cuáles van a ser sus compañeros de viaje. Andalucía, con un nivel de paro altísimo -una realidad que bloquea la capacidad productiva de la comunidad-, necesita un gobierno fuerte con unos objetivos de crecimiento claros y alejarse de las propuestas espectaculares pero de poco contenido. Ayer, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, dijo estar dispuesto a pactar con Podemos algunos puntos, como un sistema fiscal que grave a los más ricos. Afortunadamente, él no será quien tenga la última palabra en Andalucía.