OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

La clave de Ciudadanos: una borrosa ideología que seduce al votante desencantado del PP

Losantos se pregunta cómo Rosa Díez, "víctima de tanto escrache", puede montar "tanto auto de fe" contra los disidentes de UPYD

José María Marco dice que cuanto más guay, gay, in y pop es el PP más votos se le escapan

A medida que paso las hojas de El Mundo del 25 de marzo de 2015 me parece escuchar paletadas de tierra que caen sobre el ataúd de Rosa Díez. Es el momento de dármelas de leído y recurrir a la cita clásica de ‘Sic transit gloria mundi’, muy adecuada para la Cuaresma. 

En el periódico que más ha apoyado a UPYD, cuatro columnistas dan por liquidado el partido magenta. Miro el cenicero que tengo sobre la mesa y veo cenizas. Polvo serás, Rosa, pero, ¿polvo enamorado? Lo dudo.

Raúl del Pozo (El Mundo) ha conseguido hablar con Rosa Díez y también con Irene Lozano. La primera recurre a conspiraciones para explicar la decadencia de UPYD:

La victoria tiene muchos padres y madres, la derrota se llama Rosa. (…) A primeras horas de la mañana hablo con Rosa Díez. «Somos -dice- el único partido que se ha enfrentado contra la corrupción y no nos lo han perdonado. Si nos convierten en irrelevantes la batalla por la claridad y la limpieza se habrá perdido». Habla con firmeza y denuncia la campaña de ocultamiento que ha sufrido UPyD. Piensa que han apoyado descaradamente a Ciudadanos, el nuevo partido de la burguesía catalana, como un posible aliado del futuro, aunque el empujón se les ha ido de las manos, lo han lanzado y ahora tendrán que hacer lo que hicieron con Podemos: empezar a enseñar sus casos de corrupción. O quizás se estén configurando dos derechas a la francesa.

Y las declaraciones de Lozano muestran el cinismo de quien linchó a Francisco Sosa Wagner en un artículo en El Mundo cuando éste propuso un pacto con Ciudadanos.

También hablo con Irene Lozano, escritora, estrella ascendente, fiel a Rosa en sus decisiones respecto a Ciudadanos. «Han enloquecido, -responde- la actitud de Rosa y del núcleo dirigente que se aferra al poder me recuerda a la postura que adoptó Federica Montseny cuando se negaba a formar parte del Gobierno republicano en el exilio, diciendo aquello de poco pero buenos». Le pregunto por qué ha pedido la dimisión de la Díez: «Creo que dejó de entenderlo todo el día de las elecciones europeas, no notó que el suelo se movía a nuestros pies, que surgía un tiempo nuevo. Y no sólo es ella la responsable; aún hay otros que la apoyan en su postura de resistir hasta el final. Hablan de morir con las botas puestas. Pero, ¡qué cojones morir!, ¿por qué hay que morir en el año que está naciendo todo, otra vez, de nuevo?».

Jiménez Losantos (El Mundo) se pregunta por la psique de Díez para hacer dentro del partido lo que le han hecho a ella fuera.

Rosa Díez está siendo devorada por sus mastines. Los gorriaranes y lozanos, fieles hasta mañana o infieles desde ayer

Ayer quedó hecho trizas el único partido que, siendo de raíz vasca, defendía acabar con los fueros y privilegios medievales del País Vasco y Navarra, que ciertos bobos incluyeron en nuestra Constitución como último tributo al carlismo de ayer, sin entender que serviría al separatismo de hoy. Porque ayer se suicidó en su búnker, entre los ladridos de sus mastines, la líder que se presentaba en Cataluña, entre pedradas, a defender a los que no tragan la servidumbre nacionalista, la que apoyó (salvo en el caso del 11M, única concesión intelectual a las cloacas del régimen) a las víctimas del terrorismo. Porque ayer murió políticamente la oradora implacable a la que Pablo Iglesias y sus gorilas de la Complutense montaron su miserable escrache. ¿Y cómo una persona que ha padecido la violencia estalinista por defender públicamente la democracia, sea capaz en privado de ejercerla? ¿Cómo la víctima de tanto escrache del PP, CiU, PNV, PSOE o ETA pudo montar y disfrutar el auto de mala fe contra Sosa Wagner?

Santiago González (El Mundo) dice que UPYD es un barco que se hunde.

La clientela de ambos partidos no acertaba a hallar las diferencias que se reprochaban en las alturas y era evidente que el partido que pusiera más empeño en buscar el desencuentro acabaría pagando la factura en las urnas. Las citas electorales que restan no serán para mejor, mientras los dirigentes más voluntariosos tuitean, como el abogado Herzog, que «UPyD está más vivo que nunca», y Gorriarán acusa a los díscolos con el tópico del temprano abandono del barco por las ratas. Él dice delicadamente «los irresponsables», pero la constante en la metáfora es el barco que se hunde.

Antonio Lucas une a Díez y a Mariano Rajoy en víctimas por su mano.

Rajoy y Díez, incluso viceversa, no se quieren ir nunca. Y entretanto se acantonan en su doctrina pasando de autocrítica. Prefieren callar a ver si entre una Liga y una Champions se nos olvida que la única verdad no prohibida es la que ambos se niegan: que la cosa de Andalucía les ha salido de puta pena. Y lo digo con ánimo sereno y «rigurosamente subjetivo». Ahora sí les asoma un enemigo real, ellos mismos.

EL PP PUEDE PERDER 2.000 CARGOS EN MAYO

Y con el pie que me ha puesto el columnista de El Mundo, paso de lo que se dice en el peristilo del PP.

A Oneto (Republica.com) le sorprende que Rajoy no dé la cara.

Totalmente al margen de lo que está pasando, el comportamiento de Mariano Rajoy, convencido de que nunca podrán ganar las elecciones, ese conjunto de «zascandiles, amateurs, comentaristas o tertulianos», sigue donde estaba, sin comparecer en público, sin hacer la mínima autocrítica de lo que ha pasado con su candidato, Moreno Bonilla, asegurando con optimismo, que ha habido una mejora de más de trescientos mil votos respecto a las elecciones europeas del pasado año, pero sin explicación posible de cómo se ha podido producir la pérdida de más de medio millón de votos y 17 escaños

José María Marco (La Razón) pone en evidencia la estrategia guay, gay, in y pop del PP.

Conviene pensar con frialdad qué es lo que el PSOE ofrece a los andaluces que otros no les dan (seguridad, probablemente) y por qué un partido de apariencia tan centrada y urbanita como Ciudadanos se nutre de votos que antes habrían ido al PP, justamente cuando éste más presume de centrismo, modernidad e incluso de postureo fashionista.

José Alejandro Vara (Vozpopuli.com) cuenta que en la reunión de la cúpula del PP Rajoy por fin reconoció que Ciudadanos le quita votos. ¡Cráneo privilegiado!

En su breve intervención, ausente de autocrítica, el presidente del Gobierno tuvo a bien señalar que el joven partido de Rivera es un azimut dirigido al corazón del PP. Son nuestros votantes, advirtió el presidente. Algo que todo el mundo sabía. Y hay que cambiar de estrategia, razonan ahora en Génova. Las invocaciones al origen catalán del líder de Ciudadanos es una chapuza. Insistir en que es una formación de centroizquierda, como rezaba en su web, es una patochada. Ciudadanos se mantiene en una indefinición ideológica que llega con facilidad al votante desencantado con el Gobierno del Partido Popular.

Curri Valenzuela, también asombrada por la falta de reflexión en el PP sobre la bofetada electoral en Andalucía, calcula en 2.000 los cargos que el partido puede perder en mayo.

Al menos 2.000 de los actuales alcaldes, concejales y diputados autonómicos del PP pueden perder sus puestos dentro de dos meses en toda España. Es la estimación que se hace en el partido en el supuesto de que los populares no superen el 27 por ciento del porcentaje de votos que obtuvieron en Andalucía.

Esa estrategia para después de la debacle en Andalucía sigue siendo la misma de la semana pasada: aguantar el castigo de sus votantes, que les están penalizando por los recortes y por sus escándalos de corrupción, con la esperanza de que en las municipales se fijen solo en la buena gestión de sus alcaldes y dar por hecho que los resultados en esa Comunidad no son extrapolables al resto de España.

Así lo expresó el propio Mariano Rajoy en la reunión del Comité Ejecutivo del lunes, donde nadie le dijo lo contrario. Como tampoco se escuchó ni una queja esa misma tarde en la Ejecutiva regional del PP andaluz.

Bieito Rubido (ABC) reprocha a Rajoy sus silencios y, también, haber confiado la comunicación de su Gobierno a Soraya Sáenz de Santamaría y Carmen Martínez Castro, aunque sin nombrarlas, que las dos señoras mandan mucho.

Todos los pueblos son ingratos. Los que votan y viven en democracia, más todavía. Que se lo pregunten a Winston Churchill, que lo explicó bien en sus memorias, cuando no daba crédito a la derrota de 1945. A Mariano Rajoy le puede ocurrir algo parecido. Ha sacado a España del desastre económico heredado de Zapatero, pero ahora casi se le reprocha. Se lo advirtieron desde el minuto una de Legislatura: hay que tener un relato de la crisis. Contar con un portavoz solvente. No basta una medida y casi rutinaria rueda de prensa cada viernes. El silencio no es rentable. Y en democracia, menos. Si tú no hablas, lo harán por ti las tertulias -sobre todo las televisiones-, y trata después de explicar a esos ingratos que las cosas pudieron haber sido bien distintas.

CARRASCAL: SÓLO LA CRISIS HA HUNDIDO EL «CHIRINGUITO»

Y de los astros descendentes a los astros ascendentes: Podemos y, sobre todo, Ciudadanos.

José María Carrascal tiene el mérito de echar en cara a los españoles, tan indignados con la corrupción, su responsabilidad y hasta su participación en el saqueo y el robo hecho por la partitocracia.

Podemos y Ciudadanos son las dos caras de una misma moneda: la del cabreo hacia los dos grandes partidos en la izquierda y en la derecha. La excusa es la corrupción. «¡Han robado tanto!», dice la gente. (…) Pero nadie protestaba, porque quien más quien menos esperaba sacar provecho de ello. Las recomendaciones, el clientelismo, el «qué hay de lo mío» estuvieron a la orden del día durante la Transición, con todo el mundo esperando que un familiar, un amigo, el partido llegaran al poder para sacar tajada de ello. Y eso es también corrupción.

La crisis ha dinamitado el chiringuito por la sencilla razón de que no había dinero para mantenerlo.

Y por ello aparecen Podemos y Ciudadanos. La diferencia es que este último ofrece «un cambio civilizado».

Es como han surgido los partidos contestatarios, los hijos rebeldes: Podemos, del PSOE, Ciudadanos, del PP, que piden paso y les están quitando votos a manta. Hay, sin embargo, una diferencia entre ellos: mientras que Podemos apela al odio, a la venganza, a la mala leche, a romper la baraja, Ciudadanos mantiene las formas, la calma, la sonrisa. Es por lo que, si bien Podemos tuvo una salida explosiva, creo que Ciudadanos tiene más largo recorrido. Lo tiene por lo que ofrecen: Podemos, bolchevismo y chavismo, algo más viejo y menos eficaz que la democracia corrompida que teníamos; mientras que Ciudadanos ofrece algo menos traumático, más amable: un cambio suave, civilizado, con la colaboración de todos, una especie de nueva Transición.

David Gistau (ABC) nota que Podemos sólo ha chupado a Izquierda Unida

Obsérvese en los resultados lo poco que «empoderan» los indignados y los centinelas del ideal colectivista del Estado. No «empoderan» como para acometer ese vasto proyecto de redención pública y desmantelamiento del régimen. Como mucho «empoderan» para usurpar a la IU de los tiempos de Anguita la condición de tercer personaje en un juego cuyas reglas no cambian.

Todo demuestra que la corrupción no es en España un catalizador de cambios, sólo una estufita de cabreos pasajeros que al final encuentra asiento en su huequito cultural.

Y añade un elogio sobre Esperanza Aguirre:

La única del PP que lo ha comprendido es Esperanza Aguirre, candidata del PP que hace su campaña contra el PP para desviar el voto del rencor a su compañera de ticket, la oficialista. Ni vistiéndose de buzo en su «gymkana» electoral logrará Carmona que Aguirre repare en él y lo declare adversario.

Pablo Molina (Libertaddigital.com) intuye que los quince escaños en el Parlamento andaluz pueden convertirse en un lastre para Podemos, porque les van a colocar en el centro de la pista del circo.

La llegada a la Cámara andaluza de dos nuevas fuerzas políticas sin duda dinamizará la vida parlamentaria, pero en el caso de los 15 diputados de Pablemos el resultado puede ser espectacular. Habrá que ver, en primer lugar, si alguno de ellos logra superar la fórmula de juramento del cargo de Sánchez Gordillo, que vinculó su desempeño parlamentario a la liberación del pueblo palestino. A partir de ahí, las intervenciones de los podemitas y sus discursos parlamentarios van a servir para que los indecisos del resto de España sepan lo que esta muchachada puede llegar a dar de sí con un cargo de diputado detrás y un micrófono delante.

Antonio Gala resume el triunfo del PSOE y el fracaso del PP en las elecciones andaluzas con una frase que me parece de aplauso:

Todos roban, pero hay quienes lo hacen mejor

¿CREE EDUARDO GARZÓN QUE LOS AVIONES ‘LOW COST’ VUELAN SIN ALAS?

El accidente del avión de la aerolínea Germanwings, en el que han muerto 150 personas, inspira a varios columnistas.

Ignacio Ruiz Quintano (ABC) critica al pobre Eduardo Garzón, miembro menor de una estirpe roja que culpó al capitalismo.

-Maldita sea esta sociedad capitalista donde una compañía aérea antepone el beneficio empresarial a la seguridad de los pasajeros -tuiteó ayer Eduardo Garzón nada más salir la noticia del accidente en los Alpes, no se sabe si muy lejos de Ötzi, u Hombre de Similaunla, momia ideológicamente contemporánea (3300 a. C.) de Mas y los Garzon Brothers, que al rato aclararon (los Brothers) que lo suyo «se llama perseguir la prevención de accidentes, no politizar una tragedia».

Parece miseria moral, pero sólo es indigencia intelectual: la que lleva a una persona con pinta de adulta a redondear su estúpida teoría de los pobres con que en las compañías de bajo coste se vuela sin alas (¡los recortes!) como en los restaurantes de menú se serviría gato por liebre.

Ignacio Camacho (ABC) concluye su columna dedicada al accidente del avión alemán con una frase sobre la desazón del público posmoderno, que espera ansioso una explicación para consolarse.

Cuando la vida no es más que la shakespereana sombra que pasa, el cuento absurdo narrado por un idiota, lleno de ruido y furia, vacío de certidumbres, deshabitado de esperanzas.

Joaquín Prieto (El País) recuerda que Felipe González no tuvo problemas en el Chile de la junta militar para visitar en la cárcel a dos dirigentes socialistas y se pregunta si lo que permitió el general Pinochet lo negará el conductor de autobús Maduro.

El dirigente español recibió a familias de desaparecidos que buscaban ayuda para presionar a la dictadura. Sin problema alguno pudo visitar en la cárcel de Capuchinos a sus defendidos, Erich Schnake y Carlos Lazo, socialistas chilenos condenados por tribunales de guerra a largas penas de prisión bajo los cargos de sedición y traición. La ministra de Justicia y el presidente del Tribunal Supremo recibieron después a González. Tampoco hubo el menor problema para marcharse del país, una vez terminadas las gestiones que interesaban al dirigente del PSOE.

Al cabo de varios meses, la dictadura chilena abrió la mano y permitió la salida de la cárcel de varios presos, entre ellos los defendidos por el joven González, que de este modo vio su gestión coronada por el éxito. Schnake vino a España.

Me ha venido esta historia a la memoria al observar los movimientos de Felipe González para defender ahora a presos políticos del régimen venezolano. Y la pregunta se impone: ¿prohibirá Nicolás Maduro lo que, a la postre, permitió Augusto Pinochet?

A PUIGVERD, EL ACCIDENTE LE MUESTRA LA BELLEZA DE LA DEMOCRACIA

Joan Tapia (ElConfidencial.com) da con la perogrullada del día al escribir sobre los resultados de las elecciones andaluzas.

Andalucía no es extrapolable, pero tendrá influencia. Bastante.

Por un lado, qué quieres que te diga; por otro lado, qué sé yo.

Enric Juliana (La Vanguardia) no sabe que ni los chistes ni las metáforas, por buenos que sean, no deben repetirse en exceso. Después de haberlo hecho el lunes 23, Por segunda vez en dos días, compara a Podemos con el crucero Aurora, que comenzó la Revolución de Octubre.

Podemos dejó sola a Teresa Rodríguez, victoriosa en Cádiz, fuerte en el área metropolitana de Sevilla y floja en la Andalucía rural. Lo más significativo de su resultado andaluz es su poca uniformidad. Podemos aparece como el nuevo partido de las periferias urbanas más castigadas por la crisis. El 29% en Cádiz es muy relevante, pero el crucero Aurora no ha disparado desde el Guadalquivir los cañonazos de la Revolución. Pablo Iglesias aprovechó la noche mediática para anunciar la ruptura con su novia, Tania Sánchez. Una manera muy posmoderna de tomar distancias con un resultado que no le gusta.

El banquero Jaime Botín (El País) publica una tribuna en la que riñe al PSOE por proponer que se suban los impuestos a los ricos.

En su número del 10 de marzo, el diario Expansión publicaba a doble página un detallado programa tributario elaborado por los técnicos del PSOE para el caso de llegar al poder. Me llamó poderosamente la atención que el énfasis se pone en los gravámenes pero nada se dice del empleo de los fondos recaudados, como si el cobrar impuestos fuese un bien en sí mismo y no, como en realidad sucede, un mal necesario para atender a las numerosas carencias y dificultades que es preciso superar para poder vivir en paz y con justicia.

Si para Jaime Botín el PP es malo («bajo el cual la desigualdad ha aumentado de manera inaceptable») y el PSOE empieza a serlo, ¿cuál será su partido favorito?, ¿Podemos, Ciudadanos?

La emoción por el accidente del avión que despegó del Prat causa en Antoni Puigverd (La Vanguardia) un ataque de cursilería, en el que mezcla la muerte y el dolor con la democracia.

Cuando una tragedia colectiva nos abruma parece que la condición humana sea más fraternal de lo que es realmente. Bajo el impacto de la tragedia, las polémicas rebajan el tono y la conflictividad se contiene. Sabe mal decirlo, pero el hecho es que, en medio del dolor, la democracia parece más bella.

La columna ridícula del día la firma, al cincuenta por ciento, el veterano Antonio Garriegues Walker, que nos echa en cara a los españoles, gobernantes y ciudadanos, que, con 4,5 millones de parados, no acojamos a más refugiados del mundo mundial.

Mientras Alemania el pasado año recibió a más de 173.000 solicitantes de asilo, Suecia a 74.000 o Italia a más de 58.000, estos datos contrastan con la situación de España, un país con prácticamente 47 millones de habitantes, donde el pasado año se recibieron 5.947 solicitudes de asilo, de las cuales 1.679 eran de Siria y 946 de Ucrania.

Desde ACNUR estamos convencidos de que proteger el espíritu del asilo contra los múltiples desafíos existentes y revalidar esta institución única como un logro de toda la humanidad y de nuestras sociedades, es una tarea necesaria y noble. El asilo ahora está protegiendo a sirios, malienses, centroafricanos, sursudaneses y ucranianos, pero igual que ellos ahora, nosotros mañana podríamos necesitar de la protección del asilo: tú y yo, nuestros hijos o nietos. Los últimos 70 años de historia nos han demostrado que las guerras y la violencia pueden afectar a cualquier sociedad y cultura en cualquier momento. El asilo es de todos: para los refugiados de hoy y para todas las generaciones futuras.

La verdad, don Antonio, mal está que apoye su propuesta con el argumento del miedo, pero el uso de la primera persona del plural para incluir entre los futuros damnificados o desplazados a sus nietos (¡un Garrigues, mendigando o haciendo cola!) me causa una carcajada con la que me despido por hoy.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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