Nada hay menos parecido a las tradicionales sedes de los partidos políticos españoles que las modestas instalaciones de Ciudadanos en un pequeño piso a pocos pasos de la madrileña Glorieta de Bilbao. Tras subir unas escaleras de madera típicas del Madrid clásico, y llegar a la primera planta, un detalle gracioso llama la atención.
A la izquierda, está la puerta del partido de Albert Rivera. A la derecha hay otra, junto a la que se puede leer casi borrado el letrero de una empresa que parece ya no existir. Lo llamativo es que entre las palabras destaca una: «Magenta», como una cómica referencia a un UPyD que parece diluirse como un azucarillo frente a la pujanza de los ‘naranjitos’.
Periodista Digital se ha acercado hasta allí para entrevistar a la cadidata de Ciudadanos a la Alcaldía de Madrid, Begoña Villacís. Cuando llamamos al timbre tardan un poco en abrir, y ahí ocurre algo peculiar para un partido político. No nos abre una secretaria ni un guarda de seguridad. Lo hace la propia Villacís, que además muestra cierta sorpresa al saber que somos quienes le vamos a entrevistar. Luego observaremos que cuando alguien toca a la puerta, el encargado de abrir es quien más cerca esté de la entrada en cada momento.
El espacio en el que entramos es austero, casi monacal, con las paredes blancas y sin ninguna decoración. Del recibidor, ancho y que hace las veces de un pasillo desde el que se accede a las pocas instancias del piso, pasamos a una habitación muy amplia que parece servir para todo.
Cerca de las ventanas hay tres amplias mesas de trabajo alrededor de las cuales se concentran algunas personas. Más cerca de la entrada, otra zona está ocupada por un grupo de sillas colocadas a modo de sala de conferencias. Y en un lateral hay un atril, tras el cual un amplio panel color naranja con el nombre y el logo del partido es el único detalle que desvela que se trata de la sede de Ciudadanos.
Esa sala demuestra servir para todo: sala de reuniones, salón de prensa y oficina de trabajo. Por ahí pululan voluntarios, personal del partido y candidatos sin que se vea jerarquía alguna. Un detalle deja en evidencia el entusiasmo de quienes se afanan en sacar adelante la campaña electoral. Los pocos ordenadores que vemos son todos portátiles y muy distintos entre sí, de diferentes marcas y modelos. Pronto sabremos el motivo: no son propiedad del partido, sino de quienes los están usando.
En este ambiente tan distinto al que se puede respirar en Génova (PP), Ferraz (PSOE) o, incluso, Cedaceros (UPyD) es donde conversamos con Begoña Villacís. Eso sí, antes de arrancar la entrevista, la candidata se ve obligada a hacer algo. Tiene que pedir a las personas que están allí trabajando que hablen en voz baja para que podamos grabar sin problema. Cumplen. Y, una vez terminada la charla ante la cámara, les avisa de que pueden recuperar su volumen normal.
TITULARES
A todos los de mi equipo nos pasó que de repente nos dejamos de ver representados por esos partidos que llevan tanto tiempo en el poder.
La ley no tiene por qué dominarlo todo.
Si no fuese por esas tertulias [televisivas], probablemente sólo existiría un debate, que es el que se produce en las Cortes.
Reconozco el papel de los medios en permitir dar voz y promover una democracia más real.
Los medios han sido responsables de garantizar la democracia, y la han ejercido responsablemente.
La hipocresía jurídica que yo veía constantemente es uno de los estímulos que tenía para meterme en política.
Los impuestos en España, concretamente en Madrid, tienen que bajar. Tiene que bajar el IBI, que nos lo han subido un 40% desde 2008. Tiene que mantenerse eliminada la tasas de basuras.
Queremos establecer en muchas multas el aviso previo. La primera vez se le avisa y la segunda ya tiene que hacer frente a la multa.
El gasto [del Ayuntamiento] sólo lo puede bajar un partido que no tenga cargos que recolocar, compromisos adquiridos y, en definitiva, servidumbres.
500 millones nos costó trasladar el Ayuntamiento de Madrid [a Cibeles]. Esa partida era absolutamente innecesaria. Yo, ahora, no me gastaría otros 500 millones. Lo mantendría en Cibeles.
No debemos tener complejos a pactar con nadie por las cosas que queremos llevar a cabo
El Ayuntamiento te dice ‘yo te subo los impuestos cuando me da la gana, porque yo puedo’. Son las reglas del patio: ‘yo tengo el balón, yo pongo las reglas’. No.
Creo que podemos dar la gran sorpresa y ser la fuerza más votada en Madrid. Todo el mundo nos considera la llave, pero yo quiero ser la puerta.
Será difícil que en mis declaraciones trate de humillar al resto de partidos. Nosotros somos gente constructiva que busca espacios de consenso. Lo del rencor se lo dejamos para otros.