LA CLAVE DEL DÍA

ABC sostiene que Sánchez y Felipe ajustan cuentas con Zapatero

Los socialistas abjuran de ZP porque "represente la dilución" del partido "entre los nacionalismos y la extrema izquierda"

Según el periódico, Felipe ha decidido proteger al actual secretario general de conspiraciones internas

En el PSOE cambian poco las cosas: parece que sigue mandando Felipe González, como desde 1974. Pedro Sánchez sólo permitió que hablase en la Conferencia Municipal uno de los anteriores secretarios generales del partido, González, mientras condenaba al silencio a los restantes, Joaquín Almunia, Alfredo Pérez Rubalcaba y José Luis Rodríguez Zapatero; éste aceptó asistir con la boca cerrada.

Para el periódico monárquico ABC, González se ha unido a Sánchez para protegerle de las conspiraciones y las venganzas de un Zapatero que, por resentimiento, es capaz de abrir las puertas a Podemos, aunque hunda al PSOE.

La conclusión en su editorial es que el PSOE se encuentra en una situación de debilidad tal que es difícil que obtenga la victoria en las elecciones locales del próximo mes.

El acto fue el escenario de un ajuste de cuentas del PSOE con su historia reciente. Por eso, Pedro Sánchez prefirió ser ungido por Felipe González y mandó al silencio y al segundo plano a Zapatero.

Las urgencias de Pedro Sánchez por recuperar identidad política han contribuido a magnificar la influencia de González, en la misma proporción en que ha hecho público y notorio su repudio por Rodríguez Zapatero. El anterior presidente socialista no es que sea un «jarrón chino»; es que es un incordio para Pedro Sánchez, porque Zapatero represente la dilución del PSOE entre los nacionalismos y la extrema izquierda. Además, lo último que necesita Sánchez es que Zapatero ande legitimando a los ultras de Podemos o enredando con sus apariciones inoportunas en Cuba o Marruecos. En la memoria colectiva inmediata, Zapatero sigue encarnando la responsabilidad socialista por la crisis económica: la negó, la ocultó, y cuando estalló ya era tarde.

Aunque a Sánchez le haya venido bien el apoyo de González, su aparición estelar el domingo retrata la débil situación del PSOE actual. González entró en escena para rodear a Sánchez de un perímetro de seguridad que este no puede conseguir por sí mismo. Se trató, por tanto, de solucionar un problema interno, no de mejorar las expectativas electorales del PSOE, que no variarán significativamente por lo que haga o diga Felipe González.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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