OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

Jaime González: «Quién lo diría, en Grecia los comunistas y trotskistas perdonan a los ricos que tienen toda su pasta en Suiza»

Salvador Sostres ataca a los "columnistas del llanto bien pagado", 100.00 euros anuales, que critican a Rajoy

El director de La Vanguardia, apóstol zapaterista, abronca la madre que sacó a su hijo de las protestas de Baltimore por violenta

Mientras me fumo el primer cigarrillo del último día de abril, tengo la satisfacción de confirmar lo que pensé, al igual que otros muchos españoles que ni son políticos, ni oenegeros, cuando vi a esa madre negra que sacaba a golpes a uno de sus hijos de las protestas de Baltimore: en España un juez la podría condenar a cárcel y multa según las leyes vigentes aprobadas por Zapatero.

Y este 30 de abril de 2015 encuentro al primer creador de opinión en el que el buenismo se impone al sentido común. Se trata ni más ni menos que del director de La Vanguardia, Màrius Carol.

La historia se ha viralizado rápidamente en las redes sociales y es uno de los vídeos más vistos en las últimas veinticuatro horas. Las imágenes muestran la ira desbocada de la madre contra el muchacho, hasta el punto de que uno acaba preocupado por la salud del menor (le golpea repetidamente en la cabeza), que obedece a su progenitora sin revolverse. Lo edificante del relato es que la mujer reaccionó para llevar a su hijo por el buen camino, lo preocupante es que ejerciera su autoridad a puñetazos.

Es ejemplar que una madre luche por sus hijos, pero no resulta imprescindible que combata contra ellos.

Ay, Màrius, Màrius, ¿escribes tu billete de hoy por convicción o por conveniencia?, ¿porque crees que hay que dialogar hasta el amanecer o porque quieres mostar tu lagrimita socialdemócrata? ¡Qué daño hacéis los columnistas buenistas! Sólo te ha faltado pedir que se someta a Toya Graham a un proceso de reeducación. Hala, recibe el premio a la columna ridícula de la jornada.

Luis Ventoso escribe en ABC una columna que se puede aplicar a don Màrius.

He visto, muchas veces, a niños de cinco y seis años dictándoles a sus padres lo que hay que comer y cómo deben vestirlos. He visto a críos poniendo cara de asco cuando sus mayores se han dejado lo que no tienen para regalarles un viaje chupi.

En España, donde se confunde modernidad con irresponsabilidad, dinero con cariño y buen rollo con incompetencia, no puedes decir lo que sigue, so pena de ser tachado de híper-carcafascistoide. Pero allá va: da gusto ver a una madre como las de antes (y tengan por seguro que en el zapaterismo la acusarían de malos tratos).

GENOCIDIO YA ES SÓLO INSULTO DE «RIÑA EN LA PELUQUERÍA»

Un sector del columnismo se revuelve contra sus compañeros y, sin embargo, enemigos.

Ignacio Ruiz Quintano (ABC) se queja de que el debate pública consista en juegos de palabras y en pegar carteles a las personas en los que pone «facha», «xenóbofo».

Un cinero mexicano, Iñárritu, con ese desparpajo cultureta que da la actual cinería andante, llama «genocidio cultural» a las películas de superhéroes; la prensa va con el cuento a Robert Downey Jr., con fama de chinche, que contesta: «Mire, yo le respeto. Creo que para un hombre cuya lengua nativa es el español, ser capaz de armar una frase como «genocidio cultural» habla de lo brillante que es.» Y entonces esa misma prensa acusa de xenofobia… a Downey, porque el periodismo ignora el significado de «xenofobia» y… «genocidio», que de constituir un tecnicismo finísimo del Derecho ha pasado a ser la expresión de una riña de peluquería.

En Londres, los hinchas del Arsenal cantaron el domingo «Boring, boring Chelsea», y cuando Mourinho responde que lo aburrido es estar diez años sin títulos la prensa titula: «Ataque de Mourinho al Arsenal».

Sigo con el nivel de los opinadores. En El Mundo, Salvador Sostres carga, lanza en ristre, contra los tertulianos de la pataleta, y aprovecha para aplaudir a Rajoy.

La expresión más baja de la actual España es el intelectual quejica, el que se cree el más profundo por ser el más triste. Se pasó la crisis dando lecciones y en todo se ha equivocado.

Para los intelectuales de llanto comprado, y muy bien pagado en infumables columnas y en tertulias de supermercado, la recuperación económica ha sido la noticia más nefasta. Y así intentan cuestionarla, negarla, taparla con accidentes de la imperfección humana, convirtiendo la corrupción en un drama cuando todo el mundo sabe que la corrupción es inevitable y que lo novedoso es que este Gobierno la persigue y la castiga, caiga quien caiga. Y no puede decirse que no haya caído nadie.

Nada es tan casposo como un columnista llorica. Nada tan barato como un tertuliano indignado a más de 100.000 euros al año. Si los intelectuales solidarios hicieran el ejercicio de transparencia que tanto les reclaman a los cargos públicos, y explicaran lo que ingresan haciéndose las plañideras de los pobres, la masa enfurecida les escupiría a la cara.

Un miembro de la tribu tertuliana, sección Batallón de Guardia de La Moncloa, Federico Quevedo se queja en ElConfidencial.com de que los de Podemos le echasen de uno de esos programas televisivos con los que se llega a fin de mes. En ‘Las mentiras que Podemos intenta ocultar’ nos cuenta sus penas.

Hace unos meses, durante una entrevista a Juan Carlos Monedero en el programa ‘Un Tiempo Nuevo de Telecinco’, llegó a mi Twitter una fotografía de Pablo Iglesias supuestamente viajando en business en un vuelo de Bruselas a Madrid. La directora del programa tomó la decisión de enseñar la fotografía y sobre la misma cuestionar a Monedero por aquello de que implicaba aprovecharse de eso que los nuevos revolucionarios podemitas llaman los privilegios de la casta. Resultó luego que en ese vuelo Iglesias iba en clase turista, lo cual, unido a la supuesta ‘dureza’ con la que cuestioné a Monedero en el programa, me supuso una campaña de linchamiento sin precedentes y, en un acto de cobardía muy poco digno, la directora del programa -responsable última de que se enseñara la foto- optó por prescindir de mi colaboración.

La realidad, meses después, es que son numerosos los testigos que han visto a Pablo Iglesias aprovechando lo que, en efecto, es uno de los privilegios con que cuentan los eurodiputados: viajar en business. Como tener un iPhone 5. Todo lo que rodea a Podemos es una sarta de mentiras, una detrás de otra,

Y concluye con una insinuación que no sé si es una pataleta o un anticipo de una exclusiva.

¿Y estos son los que dicen que están junto a los más pobres y desfavorecidos, los que se identifican con los marginados y desahuciados? No se extrañen si cualquier día de estos nos sorprendemos con las cuentas de Pablo Iglesias en algún paraíso fiscal… ¡Uy, lo que he dicho!

¿Le ha enseñado alguien del Gobierno a Quevedo la lista de los defraudadores que Hacienda investiga?

PARA RAÚL DEL POZO MONEDERO ES EL HOMBRE QUE NO QUISO REINAR

Entre tanto pim-pam-pum contra Podemos, Raúl del Pozo dedica su columna en El Mundo a cantar las glorias de Juan Carlos Monedero. En ‘El segundo timonel’, Monedero, en vez del hombre que quiso reinar aparece como el hombre que no quiso mandar.

Ramón Tamames en ‘Un viaje político de la nada al poder’, libro de inminente publicación, transcribe la conversación de una cena el día 11 de febrero -yo también estaba-, en la que Juan Carlos Monedero comentó: «Para mí la política es circunstancial, y tengo ganas de volver a la universidad. Además, me he convertido en el enemigo público número uno, y no me dejan en paz con todas esas historias de mis trabajos y honorarios».

Uno de los protagonistas de la ascensión de Podemos, que en un plazo mínimo cosechó algo más de 1,24 millones de papeletas, se va, y Podemos se queda sin ideólogo de guardia. Se va antes de que lleguen los pragmáticos, los tecnócratas y los fontaneros. «Lo que dice Juan Carlos Monedero -comenta Ramón Tamames- tiene sentido y razón. Le gusta filosofar, mitinear, pero no quiere ser alcalde ni diputado; algunos creían que eso de la falta de ambición era superchería, pero Monedero decía la verdad».

La izquierda sí que hace amnistías fiscales, y no como la derecha, que lo suyo son chapuzas. Super-Varufakis, el Lex Luthor bueno de la progresía y el rojerío, ha anunciado una amnistía a los defraudadores griegos y, a diferencia del PP, les promete impunidad y perdón absolutos. Los columnistas del ABC tienen que aguantarse las risas. Comienzo por Jaime González.

Lo han bajado de la moto y los delirios del glamouroso ministro de Finanzas se han estrellado contra el muro de una realidad que lo ha volteado con estrépito. A Varufakis lo han querido canear a las puertas de un restaurante de Atenas, aunque según él la intención de los antisistema era simplemente humillarlo. Pudiera ser, pero si no es porque su mujer hizo de escudo, lo ponen mirando a Creta.

Algo tenemos que agradecerle en España: muchos han abierto los ojos y descubierto lo que esconde el populismo. En tres meses, el espejo heleno se ha roto en mil pedazos. Dijo Pablo Iglesias: «En Grecia se ha hecho más en seis días que otros gobiernos en años». Era a comienzos de febrero. Ahora está más callado que la H.

Y sigo con Ignacio Camacho (ABC)

Henchido de arrogancia el flamante astro del populismo posmoderno, el Teseo que iba a domar al minotauro global, se pasó de frenada y se puso estupendo citando a Rooselvelt: el malvado eurocapitalismo le tenía manía y él se pasaba tanto odio por el mismísimo friso del Partenón. Porque yo lo valgo. Y entonces la bomba que estalló, tic-tac, fue la de la realpolitik. Y se llevó por delante a Varufakis y su audaz cerebrito políglota. Retirado como interlocutor, laminado como embajador financiero, quemado como logotipo viviente de Syriza. Varufucked.

Y ahí lo tienen, con su última genialidad a cuestas: una amnistía fiscal, como la de un Montoro cualquiera. Peor aún: una indulgencia casi gratuita, sin consecuencias penales ni tributarias

Con el socialismo 2.0 atascado en el laberinto griego, los apóstoles del tic-tac no saben hacia dónde mirar en busca de mitos de referencia. Superman Varufakis anda de capa caída, los Castro se abrazan con el gringo, Múgica se ha jubilado sin logros, Correa es poco conocido por estos pagos, Maduro no es presentable. Se busca un héroe alternativo o, en su defecto, un relojero con experiencia.

El último rejón del día en el toro de Podemos lo clava Josep Ramoneda en El País. Les suelta a los ‘podemitas’ que ya han cumplido su misión.

También Podemos sufre los efectos de las expectativas generadas y ahora toca regodearse en su suerte. Su novedad fue que surgido de los movimientos sociales tuvo el atrevimiento de desafiar a los partidos convencionales en su terreno. Y las encuestas le coronaron. Hace un año, Podemos acababa de nacer. Hoy los sondeos le otorgan un 17% o un 18% de votos. Sería un gran éxito, si no se hubiese creado artificialmente la creencia de que podía arrasar. En cualquier caso, gracias a Podemos, el bipartidismo ya no será lo que era. Y la reforma de las instituciones es un imperativo. Podemos ha pasado demasiado rápido de la crítica radical a la indecisión y la indefinición. Quiso ser un partido atrápalo todo y Ciudadanos le ha birlado el espacio de descontentos de la zona central del espectro.

Y frente a la demagogia y la mentira izquierdista, algunos nos ofrecen la seriedad y el aburrimiento de Mariano Rajoy. ¡Menuda alegría! José Luis Martín Prieto (La Razón) reconoce que va a votar por el registrador de Pontevedra.

Estando de vuelta del más pequeño fervorín político lo mejor que les puede ocurrir a los españoles es no equivocarnos grave e irremisiblemente y que el Presidente Rajoy pueda gobernar una segunda legislatura acabando la recuperación económica

Como se nos han olvidado las fiebres tercianas de la prima de riesgo hoy se reprocha a Rajoy enrocarse sobre su discurso económico. ¿Y que necesitamos? ¿Ingeniería social, el Gobierno de CARITAS o la transmutación de los parados en funcionarios? Pedro Sánchez duda de sí mismo; Pablo Iglesias y su Comité Central, estraperlistas de comunismo con misses venezolanas; lo mejor de Albert Rivera es su desnudo en un cartel electoral… Ninguno tiene la menor experiencia de gobierno en una pedanía. Rajoy es lo único que se puede comprar en el mercado. Resultará catastrófico confundir las voces con los ecos.

Bieito Rubido (ABC) también nos propone a Rajoy y lamenta la importancia de la televisión para hacer política.

Berlusconi lo reconoce siempre: «Cuanto más aparezca en la pequeña pantalla, más posibilidades tengo de ganar las elecciones». Exactamente lo contrario a lo que hace Mariano Rajoy. Incluso se creía que administrar bien un país era un mérito que podría permitir repetir mandato. Pero ya no es así. Hasta tal punto no es así que, desde que los de Podemos se relacionan peor con los platós, han comenzado a desinflarse en sus expectativas de voto. No deja de ser un pésimo síntoma de los tiempos que la democracia se juegue en el último chascarrillo de un fragmento de una tertulia a voz en grito.

JUAN GOYTISOLO, «UN HOMBRE MALVADO»

Por fin una polémica como es debido. Sobre el Premio Cervantes a Juan Goytisolo.

En la Tercera de ABC, Serafín Fanjul despotrica no sólo del escritor español anti-español afincado en Marrakech, sino, también, del Gobierno del PP que le premió.

«Este hombre es un malvado», me comentó un profesor marroquí, que no entendía tal torrente de improperios y la propuesta de traición a la patria, ni siquiera en beneficio de la suya.

¿de verdad la obra del galardonado merece tal galardón?; ¿por qué el Cervantes ha de darse un año a este lado del Atlántico y al siguiente al otro, si por acá somos cuarenta y cinco millones mal contados y por allá cuatrocientos cincuenta?; ¿qué pasa con Fernando Arrabal, que, por cierto, no es nada sospechoso de «derechista», si es que la derecha política tiene prohibido dar premios a quienes los apoyan?

¿Tendrán algo que ver el Excmo. Sr. D. José Mª Lassalle (sí, ese, el de María San Gil), secretario de Estado de Cultura -¿será suya también la ocurrencia de la sardana?-, y el ministro Wert, que se lo ha permitido? Sí, claro, con un jurado independiente y experto, tanto como la comisión designada por Rodríguez para desguazar el Archivo de Salamanca. Después, la derecha política simula escandalizarse porque sus exvotantes no quieren ni verlos en la pantalla. Y no estoy inventando.

Jesús Láinz (Libertaddigital.com) asegura que Goytisolo pecó de incoherente al aceptar el Premio Cervantes, pero no lo hicieron los políticos que se lo concedieron.

Quienes, por el contrario, no han pecado de incoherentes han sido los gobernantes que han concedido el premio que lleva el nombre del manco de Lepanto al autor de estas palabras puestas en boca del traidor Don Julián: «A mí, guerreros del Islam, beduinos del desierto, árabes instintivos y bruscos: os ofrezco mi país, entrad en sus campos, sus ciudades, sus tesoros, sus vírgenes os pertenecen…». Etcétera.

Porque ni en sus medidas inmigratorias, ni en las culturales, ni en las educativas, ni en las de natalidad, ni en las de fronteras, ni en las de política exterior, ni en las policiales, ni en las militares, ni en campo alguno de eso que, con minúscula o con mayúscula, se llama política, este gobierno ha dado la menor señal de enterarse de lo que le espera a España, al igual que al resto de Europa, en el inmediato futuro. Como una imagen vale más que mil palabras, recuérdese simplemente a esos infortunados cristianos arrojados al mar por sus compañeros musulmanes de patera. Pues sólo éstos tienen derecho a heredar Europa, tanto por su virilidad como por nuestra impotencia.

¡Merecido premio, el de Goytisolo, vive Alá!

Por heraldo del mañana.

Otra polémica no menor, pero sí apagada, es la de la pitada separatista al Rey y al himno nacional en la final de la Copa. Arcadi Espada (El Mundo) propone la expulsión por un año de ambos equipos si se produce esa grosería.

Si las propias autoridades futbolísticas castigan a un club porque sus incontinentes vejan a jugadores del rival, cómo podría procederse distinto con los incontinentes que vejan a millones de ciudadanos. Por tanto hay que anunciar a esta masa informe de valientes, tan expresivos, que sus insultos van a suponer la expulsión del llamado club de sus amores de cualquier competición oficial. Sin exageraciones: por un año bastará.

Lo importante de la libertad de expresión, y lo que la hace admirable, no es que esté garantizada por el ordenamiento jurídico, sino que el ordenamiento jurídico fije su precio. A la briosa gente del Barcelona y del Bilbao hay que darles la oportunidad de que elijan entre insultar y ver fútbol. Y a sus patronos más o menos cómplices, entre el insulto y la recaudación. España es el primer país del mundo en descargas (de conciencia) ilegales y este inmoral «todo gratis» tiene que cambiar.

¡Qué voy a decir salvo que estoy de acuerdo.

Concluyo con Alfonso Ussía (La Razón), que canta a Margallo casi como Walt Whitman a Lincoln.

Margallo ha ocupado el lugar del capitán que no abandona a su tropa. Retrasó su vuelta para esperar a los compatriotas afligidos y garantizar la vuelta de todos. Muchos no volverán, por desgracia. O lo harán sin vida. Pero hay que saber agradecer, aunque sea su obligación, la competencia y los desvelos de un buen ministro.

Rajoy, Montoro, Margallo y Monedero. Cuántos héroes hay en las columnas del día.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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