OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

ABC asegura que la fundación de Garzón capta clientes para su despacho

El periódico afirma que la "combinación" entre los derechos humanos y el negocio "rebaja su perfil de paladín de la Justicia"

ABC asegura que la fundación de Garzón capta clientes para su despacho
Baltasar Garzón. LS

El bufete del ex juez exige a los clientes 56.000 euros sólo por estudiar el caso que presentan

ABC publica este 11 de mayo de 2015 una información sobre el ex juez Baltasar Garzón según la cual éste y su hija emplean la fundación Figbar, sin ánimo de lucro, como captadora de clientes para su despacho de abogados. Y añade que el bufete exige 56.000 euros a los clientes sólo por estudiar su caso.

El periódico dirigido por Bietio Rubido publica un editorial sobre esta exclusiva en que recuerda las contradicciones de Garzón, así como las relaciones del juez estrella expulsado de la carrera judicial por prevaricar, con los gobernantes socialistas.

Sin embargo, su denuncia pierde fuerza cuando el editorialista introduce la siguiente coletilla en su argumentación: «aunque no fuera una cuestión de legalidad, sí lo sería de ética y estética».

El abogado Baltasar Garzón ha creado en torno a su persona no sólo un mito, sino también un negocio profesional, en el que el ánimo de lucro de su despacho jurídico -absolutamente lícito en el ejercicio de una profesión liberal- va de la mano de la fundación que lleva su nombre, Fundación Internacional Baltasar Garzón (Figbar), para que nadie se confunda. El problema es que, realmente, lo que hay es mucha confusión entre el despacho de Baltasar Garzón y la Fundación Internacional Baltasar Garzón, de tal manera que, en ocasiones, esta sirve de captadora de clientes para el afamado abogado de causas universales.

La vigente Ley de Fundaciones atribuye a estas entidades fines de interés general y prohíbe que se constituyan para prestar servicios a sus fundadores. En todo caso, aunque no fuera una cuestión de legalidad, sí lo sería de ética y estética, porque los hechos conocidos por ABC revelan una relación instrumental entre la Figbar y el despacho de Garzón, que llega a facturar 2,5 millones anuales bajo la forma de sociedad limitada.

El autor de «El fango» -título con don de la oportunidad- fue condenado por prevaricar, y compartió cacería con el ministro de Justicia del Gobierno de Zapatero antes de lanzar la operación Gürtel y, en otra ocasión, con destacados miembros de la red Púnica. Y ahora, esta combinación entre los Derechos Humanos y la facturación de su despacho rebaja aún más su perfil de paladín de la Justicia. No hay nada malo en querer ganar dinero con la propia profesión, pero sí lo hay en hacerlo con incoherencias como las que revela la información que hoy publica ABC sobre los negocios de Garzón.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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