Raúl del Pozo se asombra de que a Aznar se le condene y a Felipe se le absuelva
Le hago comenzar este repaso de columnas del día 14 de mayo de 2015, amigo lector, con la más divertida que he encontrado en la prensa: una del Oeste.
Gabriel Albiac (ABC) carga, como el 7º de Cabellería de la Unión, contra los ‘cabezas rojas’ que proponen erradicar de Telemadrid las películas de vaqueros.
John Ford, Howard Hawks, Anthony Mann, Budd Boetticher, Delmer Daves, Fred Zinnemann, Raoul Walsh, David Miller, Nicolas Ray, Sam Peckinpah o Monte Hellman son el cine, pedazo de analfabeto. Son el cine. No un género. El cine. Contraponer a eso los peñazos subvencionados de los últimos treinta años españoles es apostar por Belén Esteban contra Antígona. O sea, lo de todos los días. O sea, la partida lúgubre en la cual realizador y espectador juegan a ver quién hace más idiota al otro: podemos, dicen. Claro que pueden. En el plano brutal a contraluz de la puerta que se cierra tras Ethan, al final de Centauros del desierto, ha puesto Ford la tensión contenida que hereda todo el relato épico en Occidente desde Homero: la soledad del héroe.
«Películas de vaqueros», dice el tipo. Con esa petulancia del que vive en la inopia. Películas de vaqueros, chico. Cine. Y tú puedes ir largándote a freír monas. Y subvenciones.
Y ya con este ambiente (o marco mental o relato, como se dice ahora) podemos pasar a la columna de Raúl del Pozo, que me recuerda al muchacho que le habla al pistolero Shane mientras éste se pierde en el horizonte, porque ha cumplido su misión en el pueblo. En este caso, el papel de Alan Ladd o el de Clint Eastwood en el remake que hizo en los 80, lo interpreta José María Aznar.
Aún, después de 10 años de su mandato, José María Aznar podría ser definido como el estigmatizado. (…) En la tarea de ultrajar a José María Aznar no sólo han colaborado sus enemigos, sino sus propios compañeros, que suelen ser los verdaderos enemigos del político.
Claro que Aznar cometió errores y en la segunda legislatura mostró síntomas de megalomanía pero, a mi modo de ver, fue el mejor presidente de la última Democracia. No sé lo que dirá de él la Historia. Lo que dicen sus contemporáneos es que nos metió en una guerra sanguinaria, lo que es incierto y resultado de la propaganda.
Y constata que Felipe González, el de los GAL, el que introdujo la corrupción en el Estado, el que estableció la mentira (OTAN, no) como atributo de la política, tenga tanto prestigio incluso en la derecha (¿verdad, Luis María?).
A pesar de todo, no es justo tratarlo como un híbrido entre Godoy y Torquemada. Al único presidente a quien se absuelve de sus errores es a Felipe González, a los demás se les ha tratado con crueldad. Quizás ha influido en esta denigración el desdén nacional, que Ortega denominaba el odio español a los que destacan: «Los peores, que son los más, se revuelven frenéticamente contra los mejores».
A Aznar no se le condenó al ostracismo, pero casi. El ex aceptó el descrédito con paciencia. Cuando era presidente, ante los ataques citaba a Kipling para resaltar más la importancia del buque que la del piloto.
MONEDERO: «MONTORO ME DIJO (…) QUE ME IBA A MACHACAR»
En esta patrulla de valientes, incluyo a Isabel San Sebastián (ABC), por citar con nombre y apellidos a una compañera de otro periódico que sacó una exclusiva.
Una compañera de Libertad Digital, Sandra León, ha publicado una información absolutamente veraz, relevante, y por tanto impecable periodísticamente hablando. Se refiere a la empresa de la que el marido de la señora Carmena, Eduardo Leira, era propietario y administrador único
Después, responde a Manuela Carmena por amenazar con querellas contra todo bicho viviente, en aplicaicón del método de Podemos.
Amenaza Manuela Carmena con querellas a todo aquél que la vincule con un delito de alzamiento de bienes por ese traspaso patrimonial denunciado en su día y enseguida archivado por la Justicia. Es ciertamente más fácil querellarse, sobre todo para una cofundadora de Jueces para la Democracia con muchos y buenos amigos en la Carrera Judicial, que dar explicaciones satisfactorias sobre los hechos relatados. Lejos de mi intención, en todo caso, achacar a la candidata de Ahora Madrid una participación cualquiera en un delito. Yo la acuso, eso sí, de ser profundamente incoherente, someto esta acusación al tribunal de la opinión pública y me acojo para hacerlo a la libertad de expresión vigente aún en esta España democrática que algunos de sus compañeros de candidatura querrían ver convertida en Venezuela.
Juan Cruz entrevista en El País al purgado Juan Carlos Monedero, que deja el titular del día: la moderación matará a Podemos.
La construcción de un partido, por las propias miserias de la representación, ha generado muchas heridas y ha hecho que gente muy válida se haya ido de los círculos. Hay otro problema: nuestra moderación. La moderación desarmaría a Podemos. Lo peor que le puede pasar es que cuando hable algún líder se sepa de antemano lo que va a decir.
Otras frases del pensador metido a político, al que queda claro que no le gusta que le critiquen quienes él considera inferiores o subordinados, son las siguientes:
Montoro (…) Me dijo que no me iba a permitir disputar nada, que me iba a machacar.
(Y esto, ¿cuándo se lo dijo Montoro a Monedero? Ay, Juan Cruz, ésa es la pregunta que habrías debido hacerle.)
Nosotros entendimos que la televisión era el tren que los alemanes pusieron a Lenin para ir a Finlandia. ¡Coño, pero luego tienes que bajarte del tren, reunirte con la gente!
Soy mucho más útil fuera de la dirección, porque las direcciones son órganos colegiados donde desaparece la pluralidad. Yo no puedo entrar con un libro mío a la ejecutiva y que me arranquen muchas páginas, me lo devuelvan y me digan que eso es lo que he escrito.
Y junto a esta entrevista a Monedero, El País trae una conversión, la de Josep Ramoneda, que ahora nos dice que la Alianza de Civilizaciones fue la clásica nada con sifón. ¡Cáspita, Josep, eso no lo decías cuando Zapatero la propuso! Si no tuviese cosas más urgentes, como encontrar el mechero, me pondría a buscar tus columnas de los años zapateriles.
Cuando Zapatero llegó al poder quiso cumplir con su promesa electoral y su primera decisión fue retirar las tropas de Irak. Abrumado por la osadía de haber desafiado a la gran potencia, prácticamente desapareció de la escena internacional. Su aportación: la Alianza de Civilizaciones fue un ejercicio de juegos florales perfectamente irrelevante.
Otro converso es Fernando Ónega (La Vanguardia). Descubre ahora que en las campañas electorales los políticos mienten; además, le sale el falangista que lleva dentro de sí al criticar a los señoritos.
La foto de campaña más publicada en el mundo fue la de David Cameron haciendo que manchaba sus finas manos trabajando de albañil, como si hubiera colocado otros ladrillos en su vida que sus discursos gubernamentales. Para otro año habrá que crear el premio a la idea más imaginativa para estimular la creatividad de nuestros políticos e interesar a la gente en sus pasos, ya que sus palabras no lo consiguen, y para demostrar que el desnudo de Albert Rivera sigue siendo insuperable, por mucho que lo quiera imitar un candidato socialista de provincias.
RUIZ QUINTANO: RIVERA VIENE A DARNOS «ESTABILIDAD»
A Albert Rivera le siguen dando mantecadas de Astorga, algunas de las cuales comparte con Pablo Iglesias.
Santiago González (El Mundo) les pega a los dos jóvenes, y al tercero, que es Pedro Sánchez.
Albert Rivera (…) está dando señales de agotamiento por sobreexposición. En sólo un par de días ha acuñado tres disparates notables. El de la juventud, la obligatoriedad de que en los dormitorios españoles no pernocten más de dos personas y, last but not least, la obligatoriedad de que para pactar con C’s hay que someterse sí o sí a proceso de primarias. Eso es confundir la bisagra con la puerta. Negocie Rivera y trate de infiltrar el programa del otro, pero no quiera determinar el ser del otro.
Otro Adán es Pablo Iglesias, con el mismo problema de sobreexposición que Rivera, aunque desde hace más tiempo y quizá más irresoluble: cualquier opinión suya sobre el presente o el futuro está invalidada por una hemeroteca que rebosa valores antidemocráticos, unas primarias en las que apenas participó una tercera parte de los inscritos y unas alianzas rigurosamente impresentables.
Y luego está, naturalmente, Young Sánchez, que después de haber puesto en abril los topes en materia de pactos, ni Bildu ni el PP, dijo en Tenerife cinco días después: «Mariano Rajoy, que se olvide de partidismos y deje gobernar en Andalucía a Susana Díaz». Otro Adán. (…) A los candidatos del PP les pasa justo lo contrario que a las mujeres españolas hasta 1931: los socialistas les admiten como electores, pero no les consideran elegibles.
Salvador Sostres (El Mundo) llama a Rivera chivato de cole y nos dice que los que tienen que regenerarse son los votantes. Salvador no falla. Sus columnas son el acompañamiento adecuado para mi tabaco subsahariano.
Podemos y Ciudadanos no han venido a gobernar, sino a darnos lecciones. Lo de Pablo está más que amortizado, pero no es menos ridículo Albert con sus panfletos generacionales o su última ocurrencia de establecer por ley las personas que pueden vivir en la habitación de una casa, en una insólita versión buenista de La vida de los otros. Revela que no tiene clara ninguna otra idea su insistencia en la regeneración política, con ese tono de niña repelente que se chiva a la maestra de lo que los chicos han hecho durante su ausencia.
Que Ciudadanos y Podemos tengan que recurrir a bobadas para hacer ver que aportan algo subraya lo bien que funciona el sistema. España ha escrito en los últimos 40 años sus páginas más brillantes y no podemos poner nuestra historia de éxito en manos de cuatro histéricas.
Entre tanto quejica, algo de gratitud sería de agradecer. Lo que tiene que regenerarse es la ciudadanía, en busca del hombre fundamental que lucha por lo que quiere, paga las cuentas, cede el paso a las damas y nunca se olvida de dar las gracias.
Ignacio Ruiz Quintano asegura que Rivera viene a apuntalar el Régimen, no a reformarlo. El Imperio que invocaban el fascismo y el falangismo en los años 30 y 40 «entiéndase, hoy, la Estabilidad».
Habrá que ser abogado del Estado para ver un parecido entre el huevo inglés (sistema representativo) y la castaña española (sistema de listas), que tiene más de «calzone» italiano y esa picaresca del sur con que Renzi, un Riverita con más astucia, ha inventado… el «fascismo democrático», o sea, el «Italicum», una ley electoral que, en aras de la estabilidad (el «conceto» pepiñesco favorito de Franco), parte del sistema de listas mussoliniano y otorga a la lista más votada, en plan piñata estatal, los diputados que le hagan falta para alcanzar la mayoría absoluta.
La Segunda Transición está en camino.
Ignacio Camacho (ABC) me da la sorpresa de echar de menos a Pedro Arriola, al inventor de la consigna al político de pasar desapercibido.
En medio de esta apoteosis trivial hasta se echa en falta el influjo de los arriolas, esos gurús que aconsejan a sus patrocinados pasar inadvertidos y de puntillas, fundidos en la mediocridad para no equivocarse. Cuando un tipo sensato como Albert Rivera incurre en la improvisación, la ocurrencia o la desmesura -ay, qué caro puede pagar su arranque de fundamentalismo generacional, su prepotente liquidacionismo de «joven guardia»- es porque la campaña se le hace demasiado larga.
Es el síndrome de la tertulianización, del estrellato de los platós donde se fabrica una política de baja calidad y consumo urgente. Ese espejismo de popularidad volátil induce a pensar que se ganan votos haciendo el payaso en primetime o cantando boleros en telekaraokes.
Y mientras tanto, pasito a pasito, Esperanza Aguirre parece acercarse a la alcadía de Madrid, como cuenta Curri Valenzuela (ABC).
No hay comidilla política estos días en la que algún comensal no se pregunte qué pasa si el PP se da un batacazo el 24-M mientras Esperanza Aguirre consigue la mayoría absoluta. Y sin que los presentes especulen sobre el peligro que puede correr el liderazgo de Mariano Rajoy y su miedo a esa circunstancia. «En el supuesto, harto difícil, de que esto ocurra no va a pasar nada», pronostica el topillo después de husmear por los despachos de La Moncloa y de Génova.
En Génova comparten el pronóstico. Los tracking les demuestran que la campaña de Aguirere va remontando día a día y hoy arroja cifras bastante mejores que las del del CIS. En la cúpula del PP quitan importancia a las contradicciones entre esa campaña y la nacional y a los rumores de una confrontación política en ciernes. «Esperanza es Esperanza y lo que tiene que hacer es ganar», dijo al topillo uno de los que más mandan
Lo mismo nos desvela José Alejandro Vara (Vozpopuli.com)
Soplan vientos de alivio en el cuartel general del PP, después de una larga temporada de fricciones internas y tras el mazazo sicológico que supuso el último barómetro del CIS, que auguraba un horizonte nada tranquilizador. La campaña empieza a encajar. Las navajas se han guardado en el cajón, las pugnas intestinas prácticamente han desaparecido y todo el mundo rema en la misma dirección.
Aznar, en su mitin junto a Luis Fernanda Rudi, ha dado aliento al sector del PP más tradicional. Este fin de semana hará lo propio en un macro-acto en Madrid, junto a Aguirre, Cifuentes y su esposa, Ana Botella. Ni una crítica a Rajoy, ni un comentario ácido sobre el Gobierno.
POR QUÉ OBAMA DESPRECIA A LOS CRISTIANOS
Menos cinéfilo que Albiac, Bieito Rubido en ABC pone a Tony Blair como ejemplo a los socialistas españoles.
Nunca entendí la fascinación que sobre los socialistas ha ejercido siempre el separatismo. Se encuentra en las antípodas de sus raíces ideológicas. Aunque no ocurre igual en toda Europa.
Tony Blair acaba de escribir que «Escocia es un vasto desafío, los laboristas nunca ganaremos siendo más escoceses y más izquierdistas. Ganaremos cuando confrontemos una ideología completa al nacionalismo, que es una filosofía reaccionaria enmascarada como progresista, y cuando nos presentemos a la gente de Escocia con políticas que miran adelante, progresistas, y no basadas en el mito de que los problemas de Escocia se resolverán con una relación diferente con Inglaterra». No es una mala lección para los socialistas españoles.
César Vidal (La Razón) denuncia la expansión de una práctica aberrante entre los musulmanes: la legalización de los matrimonios con niñas mayores de nueve años.
Desaparecida la influencia colonizadora de naciones como Gran Bretaña, Francia o España y liquidada buena parte de la occidentalización impulsada por ciertas dictaduras brutales, pero ansiosas de modernizar sus naciones, la única salida que han visto no pocos es un regreso al Corán y a la tradición recogida en los hadizes. Talibanes y Boko Haram podrán llegar al extremo de perseguir a los que distribuyen vacunas (…) pero otros se limitan a ser estrictos en su cumplimiento legalizando, por ejemplo, el matrimonio con niñas ya que consta que fue práctica de Mahoma con una de sus esposas más queridas. La noticia -no lo oculto- sobrecoge, pero sobrecoge más si cabe cuando se tiene en cuenta que el Gobierno iraquí tiene intención de legalizar el matrimonio con niñas. Es lógico dado el ejemplo de Mahoma, pero, con el corazón encogido, no puedo dejar de preguntarme: ¿para eso se derribó a Sadam Hussein? ¿Para eso se fue a Irak?
En Libertaddigital, Raymond Ibrahim detalla un par de casos de discriminación de los cristianos perseguidos por los musulmanes por parte del Gobierno de Obama y concluye con una pregunta sin respuesta.
A la hermana Diana, una influyente líder cristiana iraquí que tenía previsto visitar EEUU para abogar por los cristianos perseguidos en Oriente Medio, le fue denegado el visado a principios de mes por el Departamento de Estado, aunque ya había visitado el país en otras ocasiones, la última de ellas en 2012.
PublicidadLa hermana Diana formaba parte de una delegación de líderes religiosos iraquíes -entre los que había también chiíes y yazidíes- que iba a visitar Washington para describir la situación de sus correligionarios. A todos se le otorgó el visado; salvo a la única cristiana, la hermana Diana.
¿por qué EEUU minusvalora o niega los ataques contra los cristianos?
Y de los cristianos, al jefe en la Tierra de los católicos, el Papa, al que José Luis Martín Prieto regaña en La Razón a cuenta de sus arrumacos con Raúl Castro.
El Papa Pancho, para incondicionales argentinos, se distingue por una bonhomía y caridad superiores a las de Juan XXIII, y es capaz de recibir una delegación de íncubus y súcubus que abandonarían el Vaticano henchidos de entusiasmo por Su Santidad.
Raúl sólo aventura ir a misa si Francisco continúa siendo como siempre ha sido. Sería preferible que persistiera en su ateísmo y convocara elecciones libres. El presidente Hollande, tras dar un hachazo a su propio programa económico y haciendo un hueco en sus líos de faldas, se ha subido a la pasarela La Habana para darse un baño de izquierdismo, y será el primero de una larga lista de debutantes, porque la Unión Europea ya decidió antes que Obama que Cuba, con sus rarezas, es una democracia homologable. Los principios de la Revolución francesa están en almoneda.
MÀRIUS CAROL: NO HAY CONSPIRACIONES, SALVO CONTRA EL BARÇA
El martes 12, Màrius Carol se burlaba de los conspiranoicos al comentar las revelaciones del periodista Seymour Hersh sobre el montaje que era la muerte de Osama bin Laden por soldados de EEUU. Pero hoy admite en su esquela de La Vanguardia la teoría de la conspiración para explicar lo que le ocurre a su amado FC Barcelona en los juzgados.
La casualidad es una dama de curiosos caprichos que se presenta inesperadamente jugando con los calendarios. Casual es que el juez José de la Mata, de la Audiencia Nacional, que instruye el caso Neymar, haya anunciado que abre juicio contra el presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, a su predecesor, Sandro Rosell, y al propio club el día después de clasificarse para la final de la Champions. O que la Fiscalía anunciara la petición de penas de dos años para Bartomeu y siete para Rosell al día siguiente de que el Barça venciera al Real Madrid. Por no hablar de que el azar pueda ser mudable hasta el punto de que el juez Ruz propusiera juzgarlos la semana siguiente de que el Barça se hubiera puesto líder de la Liga.
Y es que el Barça es mucho más importante que Bin Laden.
La columna ridícula del día se la doy a Luz Sánchez-Mellado Bonilla que se estrena en la última de El País con los modos de Maruja Torres.
De pensamiento, palabra, obra y omisión. Todos los santos días del año. Por mi culpa, por mi gran culpa y la de la sociedad de consumo, es bueno que haya chivos expiatorios. Es mi deber y salvación confesar que ardo de ira al ver que, solo tras siete años de crisis cual plaga bíblica, y solo arreados por un argentino macanudo que los está poniendo firmes sin levantar una octava su voz de tango, los obispos piden perdón a los pobres por haber ignorado farisaicamente su hambre mientras pontifican sobre cómo, cuánto y cuándo disponer de sus orificios corporales.
Confieso, señor, que rabio de envidia ante el éxtasis del primer polvo enamorado, la insolencia de las niñas de 15 años, la belleza sin truco de un canto rodado.
A algunas les sientan muy mal los años. Tanto progresismo para caer luego en la envidia, ese vicio pequeño-burgués.