OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

Del Pozo: «El PP y el PSOE van a iniciar la Segunda Transición desde posiciones más débiles»

Santiago González da por agonizante a Sánchez, "después de excavar un poco más el suelo, ya tan bajo, de Rubalcaba"

Del Pozo: "El PP y el PSOE van a iniciar la Segunda Transición desde posiciones más débiles"
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez.

A Aguirre y sus liberales, los madrileños le han dado "una cura de humildad", según Lucía Méndez

A nadie le gusta estar en el bando perdedor, pero el comportamiento de algunos columnistas en El País del 25 de mayo de 2015, es ridículo. Por un lado, el editorialista trata de achicar agua del barco socialista, que sigue perdiendo votos respecto a los desastres de Zapatero y Rubalcaba; y por otro lado, varios columnistas empiezan a escribir columnas-alfombra a las enterradores de la izquierda socialdemócrata.

Juan Cruz se derrite, y es literal, por Manuela Carmena:

Con los delincuentes explicó tan bien las sentencias que terminaban pidiéndole perdón por el perjuicio. Su energía, dice Juan Puig de la Bellacasa, uno de los compañeros más jóvenes de entonces de los despachos laboralistas, produce empatía, «un fuego tranquilo». Ella cree que el pesimismo es reaccionario, y eso lo aplicó incluso en medio de la sangre atroz de Atocha.

No le interesaba ingresar en la política; pero este 3 de marzo mientras promovía su libro Por qué las cosas pueden ser diferentes (Clave Intelectual), su editora Lourdes Lucio comprobó que maduró la idea. Lourdes la vio abrazar a los que habían sido sentenciados por ella.

Xavier Vidal-Foch es más comedido ante Ada Colau, pero no mucho, ¿eh?

Esta señora de 41 años tendrá las ideas picudas, pero suele encarnarlas de forma redonda. Es la alcaldable más rebelde, pero también la vecina más normal y próxima, que sonríe bien, gasta ropa holgada y exhibe sin rubor cejas pobladas. La adivinas llevando al chaval de tres años a la escuela, cartera en bandolera; pasando el aspirador concienzudamente por los rincones del piso o salpimentando, distraída, unos espaguetti mientras simultáneamente ultima una sorprendente protesta callejera

Inquieta a muchos su recelo ante algunos grandes tractores de actividad económica, sean congresos tecnológicos o el crucerismo portuario. Ese tipo de sospecha tan propia del desconocimiento, y que suele arreglarse con codos, cuando acompaña la inteligencia. Si luego hay que apostar por una metrópoli más ambiciosa, o más habitable, tiempo habrá para decidirlo. Veremos.

¡Qué mal me sabe el café subsahariano con este vaso de almíbar! Ayúdeme, amigo lector: ¿a quién de los dos le doy el premio a la columna ridícula del día?

EL PP, REDUCIDO A UNA «CORREDURÍA DE SEGUROS»

El personaje del día parece ser Manuela Carmena. Sólo en El Mundo encuentro columnas críticas con ella… y con el PSOE.

Santiago González culpa del éxito de la antigua vocal del CGPJ a Aguirre y a los socialistas.

En Madrid, el rompeolas, Esperanza Aguirre ha aguantado el tipo después de haber cometido el error estratégico de haber elevado a Manuela Carmena a adversaria principal, en lugar de haber hecho un hombre al pobre Carmona. Algunos analistas se entusiasmaban anoche con la posibilidad de que Carmena pueda ser alcaldesa con el apoyo de Carmona, mientras Podemos apoyaría a Gabilondo para que gobernara la Comunidad. Ya sólo les faltaba esto. Los socialistas, que han callado como putas cuando tenían los datos de la incompetencia profesional de Manuela Carmena cuando el PSE la puso a asesorar sobre víctimas de los abusos policiales y el último Gobierno de Zapatero les devolvía una y otra vez los informes de Carmena por insuficientes, se anularían a sí mismos para las generales.

No sé cómo defenderá esto el joven Sánchez, pero en algo le toca el hecho de que en Madrid haya pasado a ser la tercera fuerza con menos de la mitad de concejales que cualquiera de las otras dos. En Barcelona, la misma Barcelona que tantos años capitaneó Pasqual Maragall, Ada Colau ha conseguido desbancar a CiU, y el PSC, el mismo de Maragall, ha pasado a ser la quinta fuerza. Es un resultado natural.

A Mariano Rajoy no le queda más remedio que aguantar. A Pedro Sánchez, lo vista como lo vista, le va a resultar muy difícil aparentar que tiene opciones para noviembre, después de excavar un poco más el suelo, ya tan bajo, de Rubalcaba.

Jorge Bustos enuncia los puntos débiles de Carmena.

La Esperanza acabó perdiéndose en Madrid en favor de una presumible coalición de izquierdas que liderará Manuela Carmena, histórico sorpasso que edifica una paradoja: la candidata más exitosa de esa joven fuerza que es Podemos ni es joven ni es de Podemos, y quizá precisamente por eso ha ganado. Durante la campaña asistimos a un desplazamiento dialéctico del eje izquierda-derecha a la dicotomía experiencia-esperanza, o casta-juventud

No le ha hecho falta a nuestra juez de progreso articular una oferta política medianamente consistente, ni explicar cómo gestionar mejor una gran capital europea: la campaña se la ha hecho Aguirre, que entre defenderse de Génova, manotear contra el espectro de Stalin, señalar a Moncloa y tarifar con Montoro ha terminado consumida. Ya no le quedan fuerzas ni para cazar talentos.

Y Bustos ofrece la mejor definición del PP de Mariano y Soraya:

La misma tecnocracia que logró revertir en tiempo récord el ciclo bajista de la economía nacional ha descarnado al PP hasta dejarlo en una correduría de seguros: un autómata aquejado de raquitismo comunicativo, inanidad intelectual y desnaturalización ética.

Raúl del Pozo (El Mundo), que apoyó a Carmona, está conmocionado por el resultado de PP y PSOE.

«Un hostión al PP y el PSOE se ha convertido en un partido andaluz», declaraba un ex dirigente de la época de Aznar a las 10 de la noche de ayer.

Millones de ciudadanos han manejado la papeleta como un puñal, como una venganza contra el PP. En España siempre se vota contra alguien. Algunos analistas me decían a primera hora que la España gris sostendrían el bipartidismo y que el sistema saldría erosionado, no dañado; pero yo creo que las elecciones de ayer le dan la vuelta a la situación y abren una vía de agua en la arboladura del poder.

Las apuestas eran arriesgadas, después de una campaña de demagogos y halcones. Los pesimistas de Ferraz volvieron a tener razón, los resultados son mucho peores que los que esperaban, aunque el PSOE puede formar gobiernos de izquierdas contra las mayorías insuficientes de la derecha. «El PP y el PSOE van a iniciar la Segunda Transición desde posiciones más débiles. Han dejado de ser un partido-vaso comunicante del otro», me dice un dirigente de IU, herida por las traiciones.

¿HA VOTADO ANA BOTELLA A CARMENA?

Uno de los personajes más denostados en las columnas es Mariano Rajoy.

‘Rajoy ha matado al PP’ es el título de la columna de Federico Jiménez Losantos.

Con la ideología de la nómina, el PP está condenado a deshacerse si antes no se deshace de quien lo ha llevado a esta situación, la de puro polvo, sombra, humo, nada.

Este 24 de mayo de 2015 se hizo realidad la fantasía de Rajoy que aquí comentamos ya hace años: que no quedara nada del PP para que él pueda presentarse en las Generales como último valladar ante un Frente Popular -Podemos, PSOE, IU y los separatistas, incluida la ETA- cuyo programa es acabar con el régimen constitucional del 78 y abrir la fosa del 36, la desintegración del Estado y la ruina de España. ¿Y puede este prodigio de doblez, ese archivo de necedades y traiciones, pensar en sí mismo o en su vicesombra, la torva Soraya, como remedio de un desastre del que es único responsable? Claro que puede, y si le dejan, lo hará. Tras matar al PP, aún lo dejará sin enterrar.

Isabel San Sebastián (ABC) lamenta la desaparición del PP en Navarra, Cataluña y el País Vasco.

Las mayorías absolutas del 2011 quedan para la Historia en todas las comunidades autónomas, y lo mismo ocurre con los grandes municipios, algunos de los cuales cambiarán de manos. En Cataluña, País Vasco y Navarra, amenazadas por el secesionismo, se pierde el rastro de sus siglas, lo que constituye un fracaso clamoroso, amén de una grave amenaza dado el alarmante avance del nacionalismo excluyente, que se hace fuerte en el viejo reino con su marca más siniestra: Bildu. Pero lo más significativo es la pérdida rapidísima del caudal de confianza recibido hace tres años en beneficio de la abstención. Alguien debería reflexionar sobre los porqués de este abandono y alguien, probablemente Rajoy, habría de pagarlo como se pagan estas cosas en política, aunque albergo pocas esperanzas al respecto. Es más fácil buscar excusas o confiar en el miedo con vistas a las generales que asumir responsabilidades.

Federico Quevedo (ElConfidencial.com) advierte a sus fuentes en el PP que Rajoy no es Cameron y por tanto no es probable que se repita en España la victoria parlamentaria del conservador británico.

Algo tiene que cambiar si Rajoy quiere que las elecciones generales le vuelvan a dar un respaldo a su partido. Y algo será poco. Tendrá que cambiar mucho. Ayer por la noche el escrutinio cayó como un jarro de agua fría en la sede del PP. Y más que va a caer cuando miles de cargos públicos municipales y autonómicos se vean de nuevo en la calle. Y va a ser difícil para el PP explicarles que, aun así, han ganado las elecciones, porque para ellos, como para cientos de miles de votantes y de militantes del PP, se habrán perdido.

Esta es la realidad, y hará mal el PP si no reflexiona sobre la misma y se muestra autocomplaciente en la amarga victoria… Hoy se reúne el Comité Ejecutivo, y si alguien no hace que el partido se despierte de su letargo, a lo mejor resulta que las buenas expectativas con las que Rajoy afronta las elecciones generales se vuelven en contra. Esto no es Gran Bretaña, ni lo va a ser en diciembre. Creer lo contrario es engañarse, y el PP se engañó en la última semana de la campaña electoral.

Y, por supuesto, cuando mencionamos a Rajoy, tenemos que citar a Paco Marhuenda (La Razón), que cree que Rajoy puede ganar las elecciones generales, pero a condición de que arroje por la ventana a los Arriolas.

Rajoy tiene ahora la oportunidad de corregir errores y afrontar el reto de ganar las generales. hay un porcentaje importante de votantes que se han quedado en casa y no han optado por Ciudadanos. Es evidente que tiene que hacer política, mucha política, y cerrar la etapa tecnocrática. Tiene que salir a ganar y puede conseguirlo. La comunicación es clave, peroi también que el partido esté unido y que prescinda de algunos personajes que no son más que un lastre, porque se juega mucho.

Lucía Méndez (El Mundo) se ceba en Esperanza Aguirre y su corte de liberales.

La única que estaba en disposición de pedir la convocatoria de un Congreso del PP -que ya toca- era Esperanza Aguirre, y ella misma ha sido acallada por el electorado madrileño. Quién lo iba a decir. Cura de humildad para la lideresa y para las decenas de palmeros, analistas, comentaristas, economistas de la Escuela de Chicago y politólogos liberales, que han dejado amplia huella publicada asegurando que Aguirre era la mejor candidata posible porque atraería el voto más conservador enfadado con Rajoy.

El presidente del PP les hizo caso, y se equivocó al designarla candidata, aunque los muy cafeteros siempre podrán decir para disculparle que se ha quitado el penúltimo enemigo de encima. Aguirre ha sido un catalizador, pero no para los votantes del PP, sino para los madrileños de izquierda, a los que ha sacado de casa con una campaña histriónica y golpeando con su bolso lleno de piedras a una mujer discreta y humilde a la que ha convertido en alcaldesa.

En esta línea, Emilia Landaluce (El Mundo) sospecha que Aguirre perdió el voto de Ana Botella.

Ana Botella se metía en una cabina para hacer secreto su voto. ¿Y si la mujer de Aznar también ha votado a Manuela?

¿DE VERDAD HA GANADO PEDRO SÁNCHEZ?

Entre los ganadores, algunos columnistas señalan para mi sorpresa a Pedro Sánchez. Así, Antonio Casado (ElConfidencial.com), lo que no es ninguna sorpresa. Sánchez tiene menos votos que Rubalcaba, pero no le importa.

En resumen, los resultados de ayer confirman que el PSOE ha vuelto a entrar en el partido, a muy poca distancia del PP y a mucha del tercero en discordia -sea Podemos o sea Ciudadanos-, y que se desvanecen los negros augurios que le situaban camino de la irrelevancia (sindrome Pasok), cuando solo hace unos meses parecía una jaula de grillos y no lograba remontar en las encuestas.

Sin que las elecciones de ayer le den para tirar cohetes, Sánchez mantiene su condición de aspirante creíble a la Moncloa, ya no dirige un partido al borde del desahucio, se coloca en una excelente posición susceptible de firmar acuerdos tanto por su izquierda (Podemos) como por su derecha (Ciudadanos), se consolida como líder del PSOE y supera lo que parecía una condena a ejercer bajo protectorado de Susana Díaz.

Victoria Prego (El Mundo) también se centra en que lo importante son los despachos,l no los votos.

Pedro Sánchez tiene motivos para sentirse reforzado. El primero de ellos es que acaba de recuperar Extremadura para el PSOE con la ayuda de Podemos y esa es una hazaña que se apunta en su favor. Y el segundo motivo es que, si llega a alcanzar pactos con otras fuerzas políticas de izquierda, y tiene dónde elegir aunque la más destacada es Podemos, podrá hacerse con un buen número de ayuntamientos y gobiernos autonómicos

Con este panorama, que es extensible a toda España, el secretario general del Partido Socialista saldrá reforzado dentro y fuera de su formación. El poder se tiene cuando se gobierna y no se tiene cuando se está fuera del gobierno por mucho que se haya ganado en votos. Y eso es lo que le va a suceder al Partido Popular si no consigue el apoyo de Ciudadanos.

Sin embargo, Ignacio Camacho (ABC) enumera los fracasos del PSOE, que es superado por otras listas de izquierdas.

El balance del PSOE de Pedro Sánchez resulta inverso al de su adversario especular: puede compensar su insuficiente facturación en votos con el gobierno de algunas autonomías y ayuntamientos en coaliciones multipartidistas. En Madrid, Barcelona y Valencia ha cedido ante el empuje de candidaturas radicales, lo que deja su condición de alternativa nacional demasiado condicionada por la fuerte presencia de Podemos. El partido de Pablo Iglesias le está quitando el voto útil en las grandes zonas urbanas y ese éxito sugiere su capacidad de mediatizar la hegemonía de la socialdemocracia en el bloque de izquierda. O por lo menos de desplazarla de su vocación moderada.

David Gistau (ABC) comparte esa línea de pensamiento con Camacho.

¿Por qué el PSOE ha logrado empeorar su peor resultado en vez de obtener un margen de victoria que prepare el país para una nueva alternancia en Moncloa? Parece obvio. Porque el voto de la izquierda se ha dispersado en flamantes opciones nuevas que no existían en 2011, cuando el PP fue el polo de atracción de todo lo que proviniera del enfado o el ansia de cambio. Partidos como Podemos y personalidades con fuerza, como Carmena, beneficiada además por el pinchazo de Carmona y por su victimización a manos de Aguirre, más o menos asociadas a Podemos. O Ada Colau, cuya recolección de votos habría sido una extravagancia imposible hace apenas unos años

Emerge, sin embargo, un potente bloque de izquierdas que se entenderá a poco que Podemos extraiga al PSOE de su retrato culpable del bipartidismo y lo convierta en interlocutor válido.

Y para acabar con las personas, Almudena Grandes le escribe una carta de amor a su compañero Luis García montero, cabeza de lista de IU a la Comunidad de Madrid, que no ha obtenido ni un solo escaño. ‘La bondad’ se titula su columna.

Yo no quiero que me gobierne una persona que no roba, pero es dura de corazón. No quiero gobernantes capaces de vender a sus compañeros, de triunfar por la vía de humillar a sus contrincantes más débiles, de asentar su poder sobre las cenizas humeantes de incendios provocados por ellos mismos, sin atender al número de las víctimas que han perecido entre las llamas. Me da igual que gestionen con eficacia, que tengan un expediente académico admirable, que enamoren a las cámaras. La regeneración democrática de la que todos hablan tiene que asentarse en una previa, imprescindible regeneración moral. La malas personas no deberían dedicarse a hacer política.

Enric Juliana (La Vanguardia) incluye entre los derrotados a Artur Mas.

El área metropolitana de Barcelona se aleja del corredor central del soberanismo, mientras el voto de los partidos pro independencia crece y se afianza en el resto de Cataluña, especialmente en las comarcas interiores. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, subrayó anoche la victoria de CiU en el cómputo general catalán y regresó a la expresión «projectes de país», con escasas referencias al «procés». La digestión de los resultados electorales en Barcelona y Cataluña será larga.

LA GUERRA QUE VIENE: JUBILADOS CONTRA JÓVENES

Pasemos a análisis más exhaustivos, sobre la marcha de los tiempos que nos ha tocado vivir.

Juan Manuel de Prada (ABC) tiene algunas de las frases más brillantes del día.

Lo auténticamente milagroso es que la facción socialista -en su mezcla de demagogia, corrupción callosa y a mansalva y complacencia con los errores de su pasado reciente y remoto- siga juntando millones de votos (lo que prueba que, para muchos españoles, votar al Partido Socialista es una necesidad fisiológica, como respirar o hacer cámaras).

El partido misteriosamente llamado Ciudadanos (cuando el nombre que más le cuadra es Tertulianos)

Tanto Podemos como Ciudadanos se nos antojan, hoy por hoy, «marcas blancas» del sistema, majadas diseñadas para recoger ovejas descarriadas de las facciones conservadora y socialista.

Y al final da una solución que reconoce imposible:

Ahora bien, España lo que necesita -como el porcentaje de abstenciones demuestra- es un partido que, frente a progres de derechas e izquierdas, restaure los principios de justicia social y bien común. Pero esto el sistema no lo permitirá.

José García Domínguez (Libertaddigital.com) describe las elecciones de ayer como la primera batalla entre dos bandos: funcionarios, trabajadores fijos y jubilados contra jóvenes, desclasados y subempleados.

Mucho más que a la trifulca rutinaria de derechas e izquierdas, estaríamos asistiendo a una confrontación en las urnas entre insiders, la población de edad avanzada, esos contratados indefinidos que han capeado los coletazos de la crisis gracias al blindaje que les provee un Estado del Bienestar pensado por y para ellos, y outsiders, el precariado transversal e interclasista que agrupa a los jóvenes en un sentido amplio, la bioclase emergente de los ninis, los falsos autónomos y los contratos-basura, nuestra genuina carne de cañón desde que empezó el desastre en 2008. Y ahora a seguir robando, caballeros.

Por último, Francesc-Marc Álvaro (La Vanguardia) lo ve todo a través de su cristal separatista.

Trias ha sido superado por la candidatura de Colau, formación que asume teóricamente el derecho a decidir pero que no tiene, entre sus diez prioridades, nada que se acerque a las posiciones independentistas de CDC, ERC y CUP. Además, BComú no deja de ser parte -muy importante- del proyecto general español que lidera Pablo Iglesias, como ha quedado claro durante la campaña. Una eventual entrada de Bosch y de los concejales de la CUP en un gobierno de izquierdas de Colau no sería irrelevante de cara a los equilibrios delicados dentro del bloque soberanista. ¿Cómo afectaría eso a la carrera del 27-S?

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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