La Vanguardia aconseja a Mas que se olvide de convocar elecciones anticipadas en septiembre
La mayor sorpresa de los editoriales de hoy, 25 de mayo, la proporciona El País. Según el periódico dirigido por Antonio Caño, el PSOEde Pedro Sánchez ha obtenido unos resultados «que se pueden juzgar como satisfactorios», pese a que es tercero en Madrid y cuarto en Barcelona y pese a que ha perdido 600.000 votos respecto a las elecciones municipales de 2011.
ABC, El Mundo y La Razón subrayan el fracaso del PP en distinto grado. Para el periódico todavía dirigido por García-Abadillo, el resultado es «desolador» y pide la convocatoria urgente de un congreso.
La cabecera de Vocento condena la tecnocracia que ha practicado el Gobierno de Rajoy estos tres años y atribuye el batacazo del PP a la falta de discurso político y al incumplimiento de su programa electoral.
La Razón de Marhuenda se une a Rubido en el reproche a la visión economicista del PP actual: «La baza sola de la recuperación económica, con ser cierta, no ha sido suficiente».
La Vanguardia se consuela asegurando que en Cataluña se da «un nivel de estabilidad que no se ha dado en el resto del Estado», aunque CiU pierde más de 100.000 votos. El acceso de Ada Colau al Ayuntamiento de Barcelona le lleva a proponer a Artur Mas que se olvide de su proceso separatista.
EL MUNDO
El paisaje no puede ser más desolador porque revela que el PP ha desperdiciado todo el poder que acumulaba para hacer las reformas que la sociedad reclamaba.
Los valores emergentes del PP tienen que entender que la formación corre el riesgo de no sobrevivir si se empecina en el argumento caduco de la recuperación económica, que se vuelve como un bumerán por su frialdad mientras más de cinco millones de españoles están en paro y, entre los que no lo están, muchos más padecen las consecuencias de la precariedad salarial. Esa ausencia de empatía y de sensibilidad social, unida al inmovilismo con el que el partido afronta el descontento de la ciudadanía con el funcionamiento institucional y su repudio a los escándalos de corrupción, son las asignaturas pendientes que sólo pueden aprobarse a través de una renovación profunda de cargos, de fundamentos y hasta de lenguaje para adaptarse al nuevo paradigma político que el PP parece que todavía no ha entendido. Urge un congreso, que debe ser cuanto antes.
EL PAÍS
el PSOE, que cuenta con más opciones de obtener poder territorial -en la medida en que pacte con otras formaciones- consigue unos resultados que se pueden juzgar como satisfactorios, aunque le obligan a seguir trabajando en la vía de la renovación, sin dar por descontada su posición como alternativa al PP en las legislativas de noviembre.
Para acabar de definir el cambio en marcha hay que esperar al proceso que se desarrollará en las próximas semanas, decisivo para determinar las cuotas de poder territorial de cada fuerza. Los datos del escrutinio celebrado ayer corroboran la necesidad de negociaciones. Una de ellas destaca sobre todas las posibles: la expectativa de una relación entre el PSOE y Podemos. No les conviene aparecer demasiado unidos en el proceso de constitución de gobiernos autonómicos y municipales, pero tampoco sería fácil comprender que se multiplicaran los bloqueos al estilo del ya vivido en Andalucía.
ABC
El dato evidente de haber ganado al PSOE en el cómputo global del voto no debe compensar al PP la previsible pérdida de parte sustancial de su poder autonómico y municipal.
La recuperación económica de España no ha sido suficiente para que el PP retenga a una parte sensible de sus votantes ni para captar nuevos apoyos.
La movilización de la izquierda se ha producido precisamente porque quizá percibió la confusión en el centro-derecha. Nunca fue suficiente la economía, y siempre hicieron falta en el Gobierno, como hemos reiterado en estas páginas editoriales, un discurso político mejor definido, un respeto por los compromisos electorales, una conservación de la identidad ideológica y, sobre todo, una mejor empatía con el ciudadano. Ahora el PP, como responsable de encarnar la ideología liberal-conservadora con la que se identifican millones de españoles, más que los que ayer lo votaron, debe asumir que ha llegado la hora de adoptar nuevos mensajes.
LA RAZÓN
Tiene el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, una dura tarea por delante para tratar de recuperar el apoyo de su base electoral de cara a las próximas elecciones generales. La baza sola de la recuperación económica, con ser cierta, no ha sido suficiente.
El futuro, en lo que se refiere a los intereses generales, es muy poco halagüeño. Los discretos resultados de Ciudadanos inutilizan al partido de Albert Rivera para hacer de contrapeso con el PP a las nuevas fuerzas de izquierda, que, muy probablemente, con la vista puesta en las generales, se negarán a aceptar el papel dominante en los hipotéticos frentes populares que se quiere arrogar el PSOE. Con lo que, a menos que se respete el gobierno de la lista más votada, que sería lo deseable, muchos ayuntamientos (…) y la mayoría de las comunidades autónomas entrarán en procesos de inestabilidad política que los harán ingobernables a medio y largo plazo
LA VANGUARDIA
La Barcelona del éxito, labrada en el trabajo de muchos años por parte de la administración municipal y de la sociedad civil, una ciudad celebrada globalmente, ha visto como sus ciudadanos deciden elegir a una alcaldesa, la primera en sus dos veces milenaria historia, que basa su discurso en la defensa de los desahuciados. Será un apasionante a la par que duro reto para Colau compaginar su legítima aspiración igualitaria con una ciudad que ha adquirido una velocidad de crucero excelente y que es la envidia de otras muchas capitales del mundo.
CiU ha vuelto a perder otros 100.000 votos, muchos de ellos a ERC y a la CUP, pero otros a Ciutadans a pesar del evidente liderazgo de Mas en el proceso. La pregunta es si, en estas condiciones, la hoja de ruta debe seguir tal cual y, sobre todo, si las elecciones mal llamadas plebiscitarias deben mantenerse en la fecha del 27 de septiembre próximo.