OPINIÓN / REPASANDO COLUMNAS

David Gistau: «A Pablo Iglesias sólo le falta visitar el palco del Bernabéu para traicionar todas sus imposturas estéticas»

Para Carlos Herrera, Pablo Iglesias, hijo de un terrorista del Frap, es un "sujeto bajuno"

Los ministros más íntimos de Rajoy convencen a éste para que recorte el poder de Soraya, según Alejandro Vara

A los estudiantes de periodismo (dejad los estudios, chicos, y aprended un idioma extranjero y leed mucho) se les recuerda, al menos en mis tiempos, la frase de Walter Lipmann:

Las grandes exclusivas de hoy envolverán el pescado de mañana

Pues la prensa de este 5 de junio de 2015 envuelve, no el pescado, sino las cabezas de varios políticos: Esperanza Aguirre, Pedro Sánchez, Albert Rivera, Alberto Garzón… Tanta sangre chorrea la prensa que me empapa el paquete del tabaco y me deja sin el primer cargamento de nicotina. ¡Bien empezamos el día!

Victoria Prego (El Mundo) trae en el zurrón dos cabezas. Primero saca la de Aguirre:

La ristra de nombres de miembros del PP de Madrid implicados en casos de corrupción no ha terminado aún y le va a complicar extraordinariamente la vida a Cristina Cifuentes, que es la que está pagando ya unos platos que ella no ha roto. Todos esos nombres, que ya son multitud, son responsabilidad directa de Esperanza Aguirre como presidenta de la Comunidad que fue y como presidenta del partido madrileño que todavía sigue siendo.

No tenemos duda de que la señora Aguirre ha observado un comportamiento personalmente impecable durante todos estos años. Pero políticamente su trayectoria queda irremisiblemente manchada por este rosario continuo de imputaciones, condenas y encarcelamientos. Las dimisiones de Salvador Victoria y de Lucía Figar son también achacables a Aguirre que, sin embargo, ha guardado un inaceptable silencio sobre el asunto.

La candidata popular al Ayuntamiento de Madrid tendría que haber comparecido a dar muchas explicaciones y a pedir disculpas a los madrileños por tanto mangante como ella colocó en puestos de responsabilidad. Pero no lo ha hecho.

Y después la de Rivera:

Mientras tanto, Albert Rivera debe encontrar el momento adecuado para poner fin a su lista de exigencias, toda vez que las más importantes -la salida de la política de todo involucrado en investigaciones judiciales entre ellas- ya las ha obtenido. Y debe tener muy presente que la inmensa mayor parte de los apoyos recibidos por su formación en Madrid proceden de antiguos votantes del Partido Popular que no verían con buenos ojos que su partido propiciara un Gobierno del PSOE apoyado por Podemos.

En el mismo periódico, Federico Jiménez Losantos le da un repaso a Rivera y le recuerda episodios pasados de su vida política.

En sólo 10 días, Albert Rivera ha perdido muchas de las simpatías conseguidas durante 10 años. Incluso durante los cuatro últimos, cuando su alianza con Libertas y la presentación de Miguel Durán como candidato -todo un referente ético- provocaron una crisis brutal que se saldó con la salida de dos de los tres diputados -Robles y Domingo-, el despegue de UPyD y el descrédito del propio Albert Rivera.

Rivera se perfilaba como el candidato del centroderecha que, a diferencia de Rajoy, podía vencer a un Pablo Iglesias piafante que tras liquidar a IU -ayer anunció su disolución podemita- ha devorado al PSOE, entregado Pamplona a la ETA y pastelea con los separatistas. Sin embargo, en 10 días, usando la corrupción como los trileros la bolita y jugando con el PSOE y el PP, Rivera ha sembrado una desconfianza en el electorado de centroderecha que, ni pactando con Cifuentes, le será fácil disipar.

GISTAU: AL COLETAS SÓLO LE FALTA IR AL PALCO DEL BERNABÉU

A Santiago González (El Mundo) le chorrea la cabeza del comunista Alberto Garzón, por el que siente atracción.

El joven Garzón se manifiesta partidario de negociar con Podemos candidaturas de unidad popular, nombre que debe su inspiración al fracaso chileno de Salvador Allende, que en España tuvo traducción al euskera: Herri Batasuna. Tiene en contra a Cayo Lara, un comunista con memoria corta de la Transición: al morir Sabino Fernández Campo, no sabía quién era.

Hay un error básico de Alberto Garzón, que se viene arrastrando desde que Tania Sánchez estaba en activo. Pablo Iglesias no está buscando un secretario general para Podemos y pasa de la unidad popular. Lo único que le interesa de Izquierda Unida son los votos y los cuadros. Y ya los tiene.

David Gistau (ABC) levanta acta de la transformación del Coletas en un miembro de la casta, al que sólo le falta aparecer en el palco del Bernabéu.

A Pablo Iglesias sólo le falta visitar el palco del Bernabéu para traicionar todas sus imposturas estéticas. Para completar su disolución en la casta, que es donde siempre quiso estar. Como está adornado por esa aureola nazarena de profeta, aún logrará que sus devotos encuentren un pretexto para cada renuncia ejecutada con cinismo. Pero ahí está el hombre, disfrutando del prestigio de lo secreto, de lo cenacular, de lo tan madrileño por intrigante, después de haberse referido a los «reservados de los restaurantes» como uno de esos lugares que jamás pisaría porque en ellos se agazapan los vicios de la casta.

Iba a entrar para expulsar a los mercaderes. Iba a entrar como los barbudos de Castro entraron en los casinos de Meyer Lansky, para vaciarlos. Y al final entró para tomar posesión de un estatus, para llenar con sus propias posaderas el hueco dejado por la socialdemocracia menguante del PSOE y por el comunismo extinguido de IU. No importa el cinismo. Lo que importa es hacer este esfuerzo y orear la seductora palabra «secreto» para que luego todo sea tortilla y baloncesto y el descubrimiento mutuo de unos tíos «muy majos».

Bieito Rubido (ABC) subraya que los cuatro principales jefes políticos han perdido, pero que el que menos ha perdido es Rajoy.

Apenas ha comenzado el baile de los nuevos protagonistas de la escena política, pero ya muestran los vicios y defectos propios de su condición humana: la duda patológica de Pedro Sánchez, el narcisismo de Pablo Iglesias y la inexperiencia, pretendidamente angelical, de Albert Rivera. Frente a ellos, la veteranía de un político experimentado, cauteloso y poco divo, como es el presidente Rajoy. De una u otra manera, los cuatro administran la miseria de sus renta.

José Alejandro Vara (Vozpopuli.com) revela que la cuchilla empieza a rodear el cuello de Soraya Sáenz de Santamaría.

Los ministros más próximos a Rajoy, los que integran el denominado G-7, han conseguido convencerle de que es preciso modificar muchas cosas en el día a día de la acción del Ejecutivo. Y la primera, poner coto a los superpoderes de la vicepresidenta, hasta ahora auténtico factótum de la Moncloa. Después de un goteo permanente que ha durado meses, el presidente ha modulado algunas de sus actuaciones, según confiesan a este periódico al menos dos ministros del restringido club del Ejecutivo. Rajoy ha empezado a cortarle el vuelo a su vicepresidenta. Asuntos importantes como el reparto de licencias de televisión ha decidido asumirlos en persona. Incluso ya no es Santamaría la interlocutora principal con quien estudia la reforma que piensa llevar a cabo en el Gobierno tras el revés del 24-M.

La preponderancia política de la vicepresidenta era uno de los temas habituales en estas conversaciones informales, que fueron subiendo de tono, hasta que llegaron a los oídos del presidente. Las quejas iban siempre en la misma dirección. Soraya sólo se preocupa de su perfil, ha hecho grandes favores a algunos medios con este único objetivo, no ha mirado por el presidente, ni por el el Gobierno, ni por el partido….

Hermann Tertsch (ABC) duda entre Carmena, Carmona, Pablemos, SNCHZ, Rajoy y Aguirre.

«No estoy vinculada a Podemos ni a ningún partido», dice Manuela Carmena. Y seguro que se lo dijo al entrevistador con la tranquilidad de espíritu que tienen aquellos que proclaman una verdad inapelable. ¡Ay, los comunistas, qué tranquilidad tienen siempre para escupir a la verdad! Por obvia que ésta sea.

Ha cambiado Sánchez de opinión porque si cumpliera su palabra de no pactar con comunistas que son, como él decía, una amenaza para la libertad y la prosperidad de España, se vería muy bien cuál ha sido realmente el resultado que ha cosechado él. Y quedaría en evidencia que ha sacado el peor resultado jamás logrado por su partido.

Porque lo cierto es que a Podemos le han salido muy bien las candidaturas de las ciudades. Las ganas de cambio por el hastío profundo que genera ya el PP, por la arrogancia e indolencia de Mariano Rajoy, por la soberbia y los continuos errores de Esperanza Aguirre, se han unido a una campaña grotesca de un Carmona abandonado por los suyos, y han obsequiado así a Carmena y Podemos con un buen resultado.

Enric Juliana no trae cabezas, sino una taza de odio para alimentar a sus lectores, cada vez menos, de La Vanguardia: ‘Madrit’ supera a Barcelona y Cataluña porque juega con cartas marcadas, que si no…

Madrid superpone el poder del Estado y el de las grandes empresas, sin las limitaciones que la democracia norteamericana inventó para su capital federal. Madrid no es una autonomía más. Es la más poderosa. Gracias a los beneficios de la capitalidad y a una obsesiva concepción radial de las infraestructuras, succiona energías de toda España e incluso ejerce dumping fiscal, al disponer de una base tributaria más resistente a la crisis económica. Las multinacionales, los bancos y los ministerios son poderosos baluartes. Con todo, el Ayuntamiento de Madrid acumula en estos momentos una colosal deuda de más de 7.000 millones de euros.

JABOIS PROPONE A IGLESIAS Y SÁNCHEZ LA CASA DE ZP

Me quito los grumos de sangre y leo a continaución una ristra de quejas de los columnistas por el secreto que rodea las reuniones entre el póker de reyes de la política española: Mariano, Albert, Pedro y Pablo. Me pregunto si las protestas son por el oscurantismo o porque los políticos han acordado no dar confidencias ni llamaditas a sus columnistas de cabecera…

Dudo entre Manuel Jabois (El País) y Jaime González (ABC) para escoger los párrafos más divertidos del día. Primero los de Jabois:

La reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se celebró en territorio neutral: una buena sede habría sido la casa de Zapatero aun a costa de los recelos de Sánchez. Estuvieron los dos solos y pidieron platos muy frugales y una ensalada para compartir. Hubo un esfuerzo natural de ambos en parecer tan austeros que casi desemboca en codazos para irse a la cocina al acabar de cenar. Iglesias pidió de segundo un pescado y Sánchez, tras descubrir Podemos sus cartas, reclamó una tortilla francesa. Se supone cierta tensión para ver quién tiraba más bajo. Como Iglesias ha exigido para su apoyo que los alcaldes se bajen el sueldo, Sánchez se ofreció a hacer la tortilla él mismo, algo que obligó al jefe de Podemos a regalar los zapatos al primero que pasó, que resultó ser un magnate ruso. Con el sobrante de pelo en la nuca Sánchez se había hecho un chicho minúsculo, con lo cual Iglesias, harto, le preguntó si venía a pactar o a torear.

La política de gestos, ya de por sí descontrolada, tiene en época de berrea su mayor auge. (…) Las confidencias a la prensa giraron sobre el baloncesto, así que, pase lo que pase en las generales, el presidente seguirá saliendo de las cumbres con el Marca bajo el brazo.

Y después los de González:

Hay que ir acostumbrándose a otra forma de democracia: lo importante no es saber si Iglesias y Sánchez llegaron a algún acuerdo poselectoral -que no le interesa a nadie-, sino descubrir qué tipo de pescado comió el primero -si merluza o lenguado- y si la tortilla francesa del segundo era de uno o dos huevos.

La manera de explicarnos la cena privada con Sánchez es coherente con su idea de régimen: dieta informativa baja en calorías. Vamos dados: el concepto de transparencia que maneja Pablo Iglesias se basa en encumbrar lo nimio a su cota más alta para que la democracia tenga el diámetro de un plato. Si a Mariano Rajoy se le ocurre contarnos lo que cena, lo fríen a la parrilla a la manera de san Lorenzo mártir. Ya saben: vuelta y vuelta.

Pedro Narváez (La Razón) casi añora el plasma de Rajoy.

La nueva política quiere ser tan transparente que se convierte en invisible. Y antes se quejaban del plasma de Rajoy como símbolo de incomunicación. Lo mejor por lo visto es no comunicar nada y así nos ahorramos las preguntas difíciles (…) ¿Qué hay de nuevo? Lo viejo. El futuro del país se decide en encuentros clandestinos ante una tortilla francesa sin ni siquiera un jurado «MasterChef» que la apruebe. Los primeros tiempos de la nueva era alumbran, quién lo diría, a una generación de trileros, la profesión más antigua además de la que ya saben.

Jorge Bustos (El Mundo) me sorprende al elogiar la discreción y pide disculpas por ello a la profesión.

Yo digo que el deber del buen reportero es recabar filtraciones como la del político maduro anudar programas de regeneración entre diferentes, cuya negociación no se vaya al traste por culpa de un aventamiento prematuro. De la presión de un gremio sobre el otro se beneficia la sociedad entera.

Si algún votante creyó a Iglesias cuando juraba -en televisión- acabar con la política de reservado, es su problema. El populismo, por definición, es impracticable, y hemos de felicitar al líder de Podemos por este abandono gradual del adanismo y su humilde asunción de los viejos códigos, que han llegado a viejos precisamente porque funcionan. En cuanto al celo reflector del cuarto poder y sus solemnes fareros, que aspiran a iluminarlo todo en pro de la salud de la democracia, no es preciso para eso que filmen el durante: basta con que informen del después, documenten el ahora y fiscalicen el ayer.

La carretada de palos corre a cargo de Carlos Herrera (ABC), que se la da a Pablo Iglesias por dárselas de defensor de las víctimas del terrorismo. Propone un ‘cordón santiario’ en torno a éste.

Que un individuo que viene de las oscuras entrañas del comunismo radical (pleonasmo, lo sé), del FRAP paterno, de los escraches universitarios y de otras perlas expuestas ante la complacencia rumiante de buena parte del periodismo televisivo español sea capaz de acusar a una víctima del terrorismo de utilización del cadáver frío de su padre muestra a las claras que estamos ante un sujeto bajuno sin ningún tipo de escrúpulos para alcanzar un poder que utilizar de forma ya conocida por todos aquellos que hayan estudiado mínimamente la historia de los populismos en Europa. Que un sujeto que preside una comandita de pensadores caducos sospechosos de ser financiados por regímenes asesinos como el iraní, que reciben financiación encubierta de cuchitriles políticos como Venezuela, se atreva a vomitar sobre las personas que mantienen viva la fotografía sepia de las víctimas de ETA («violencia política» según su criterio) le convierte inmediatamente en un indeseable al que sí hay que someter a un cordón sanitario.

Que eso no lo sepa ver el PSOE de Sánchez, ese pelotón de ideas simples puestas en escena con teatralidad colegial, produce algo más que alarma. Susana Díaz, la que parece guardar una cierta cordura política con la vista puesta en algo más que las urnas inmediatas, lo viene señalando con hechos en los últimos días: acercarse a ellos es perecer a sus manos. No obstante, no se fíen, puede que también ella termine entregándose a ellos.

CAMACHO PROPONE LA 2ª VUELTA PARA EVITAR CAMBALACHES

Y de las anécdotas a los conceptos.

Ignacio Camacho (ABC) abjura de los pactos y cambalaches y propone la segunda vuelta electoral.

Este cambalache de los pactos, este cabildeo de reuniones, este secreteo de consultas, este tira y afloja de intrigas, exigencias y regateos, se acabaría con algo tan sencillo como el ballotage. La segunda vuelta electoral entre los dos candidatos más votados para refrendar los pactos en las urnas y evitar el conciliábulo mercantil de los despachos. Sin necesidad de interpretar la «voluntad de los ciudadanos» según los intereses de poder y a conveniencia de partes. Nos pasamos el tiempo hablando de regenerar la política y cada cuatro años se produce el espectáculo de un trueque en el que la mayor capacidad de decidir queda siempre en manos de partidos menos votados. A menos votos, más influencia. Que alguien explique la virtualidad democrática de esta ecuación inversa.

A los políticos les gusta en el fondo el ambiente del toma y daca de salones, el alcahueteo de chalanes que les hace sentirse ajedrecistas expertos. Y los próximos alcaldes, dentro de cuatro años, volverán a depender de las permutas más o menos confesables del mercado negro.

La columna de José María Carrascal (ABC) justifica la propuesta de Camacho.

¿Qué va a pasar? Me inclino por que se impondrá lo que Goethe llamaba «las afinidades electivas», que en español llamaríamos «cada oveja con su pareja»: Podemos con el PSOE y Ciudadanos con el PP. Pero visto que mi experiencia en países de democracia consolidada no sirve en una España que se empeña en seguir siendo diferente, puede ocurrir que todos se atrincheren en sus posiciones y tengamos un guirigay de mil demonios, incluso con repetición de elecciones en algunos ayuntamientos y autonomías. Algo que no favorecería a ningún partido, y menos que a nadie a España. Pero está visto que los españoles no aprendemos más que a palos.

Y a veces, ni por esas.

Federico Quevedo (ElConfidencial.com) hace de la necesidad virtud y hasta propone que el PP permita el acceso de Podemos al gobierno de comunidades y ayuntamientos para que se hunda.

Debe haber pocos periodistas menos entusiastas que yo con la idea de que Podemos alcance cualquier cuota de poder, por pequeña que esta sea, básicamente porque considero que eso es lo mismo que entregarle un poder democrático a alguien que no cree en la democracia. Pero, precisamente porque yo sí creo en la democracia, me he opuesto siempre a cualquier clase de ‘cordón sanitario’, y me da igual que las víctimas del mismo sean el PP o Podemos.

Si lo hacen, que lo hagan ellos que son los que pisotean los elementos esenciales del Estado de derecho, pero no un partido que se dice responsable del mismo. Las experiencias anteriores acabaron como acabaron, y dudo que esta vez sea distinto. Si el PP quiere recuperar parte del poder perdido el pasado 24-M, lo mejor que le puede ocurrir es que Podemos y sus satélites se estrenen… Es más, hasta debería de hacer lo posible con sus votos para que fuera así.

Florencio Domínguez (La Vanguardia) destaca la buena relación entre el PNV y los socialistas vascos.

El País Vasco es la única comunidad en la que los pactos tras las elecciones locales se encaminan por un territorio conocido y sin sobresaltos. El PNV y el Partido Socialista han expresado su disposición a llegar a acuerdos con los que se cerraría un ciclo de distanciamiento de 17 años. Falta por determinar el detalle de los pactos, pero todo el mundo, incluidos los protagonistas, los da por hechos.

En toda España se vive la agitación de las negociaciones y la incertidumbre de acuerdos que no tienen precedentes. Se está ante una situación experimental de la que puede resultar cualquier cosa. Sólo el País Vasco se enfrenta a pactos tranquilos, entre socios que se conocen y cuyo entendimiento está bien visto por la sociedad.

¡ESCÁNDALO! ¡A TIERNO GALVÁN LE GUSTABAN LOS TOROS!

El pensamiento y la cita del día los encuentro en la última de ABC de mano de Ruiz Quintano.

Para garantizar la masiva estupidez contemporánea, está la socialdemocracia. «Se torea mejor que nunca», dicen los «profesionales» del toro. «El mejor periodo (la Santa Transición) de nuestra historia», dicen los «profesionales» de la política. Y para poder decir eso suprimen, en la escuela y en los toros, la historia.

-Cuando el acontecimiento taurino sea para los españoles simple espectáculo -avisa Tierno en los 80-, los fundamentos de España como nación se habrán transformado.

¡A Tierno Galván le gustaban los toros! ¡Como a Forges antes de volverse progre!

David Trueba (El País) me causa la risa floja cuando le leo un elogio a François Hollande y encuentro esta frase en su columna:

la Resistencia, símbolo aún de la línea que separa honor y vergüenza en el relato patriótico francés.

La Resistencia francesa… Eso sí que es una película y no las que tú haces, David. Por cierto, en el año y medio que transcurre desde la declaración de guerra a Alemania y el ataque de Hitler a la URSS, los comunistas franceses boicotearon el esfuerzo de guerra de su patria accidental (eran patriotas soviéticos) y el PCF montó una red para descubrir, secuestrar, juzgar y ejecutar a los camaradas críticos con el pacto nazi-soviético.

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Autor

Pedro F. Barbadillo

Es un intelectual que desde siempre ha querido formar parte del mundo de la comunicación y a él ha dedicado su vida profesional y parte de su vida privada.

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