ABC, el único periódico que editorializa al respecto, alaba al Rey por el "contundente" mensaje a la opinión pública
La Corona ha condenado a la infanta Cristina de Borbón, hermana del Rey y sexta en la línea de sucesión al Trono.
El BOE, que ya sólo se publica en versión digital, recoge el real-decreto, firmado por el rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el que el jefe del Estado «revoca la atribución» a su hermana «de la facutlad de usar» eltítulo de duquesa de Palma de Mallorca. El padre ade ambos, Juan Carlos I, concedió el título en 1997, cuando la infanta se casó con el jugador de balonmano Iñaki Urdangarín.
Real Decreto 470/2015, de 11 de junio, por el que se revoca la atribución a Su Alteza Real la Infanta Doña Cristina de la facultad de usar el título de Duquesa de Palma de Mallorca
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 6 del Real Decreto 1368/1987, de 6 de noviembre, sobre régimen de títulos, tratamientos y honores de la Familia Real y de los Regentes, he resuelto revocar la atribución a Su Alteza Real la Infanta Doña Cristina de la facultad de usar el título de Duquesa de Palma de Mallorca, que le fue conferida mediante Real Decreto 1502/1997, de 26 de septiembre.
Así lo dispongo por el presente Real Decreto. Dado en Madrid, el 11 de junio de 2015
Felipe, Rey
El Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy Brey
El juez Castro, instructor del ‘caso Nóos’, que empezó en julio de 2010 como pieza separada del ‘caso Palma Arena’, dictó el acto de apertura de juicio oral en diciembre pasado, pero la Audiencia de Palma no ha fijado aún la fecha.
De esta manera, la Corona cambia su postura sobre la situación procesal de la infanta Cristina: de la protección dada por Juan Carlos I y la reina Sofía al distanciamiento de Felipe VI.
El único periódico ha llegado a tiempo de editorializar sobre el real-decreto es ABC. En la pieza, titulada ‘Una decisión patriótica del Rey’, el periódico más monárquico de España reprocha a la infanta que no hubiera renunciado voluntariamente a sus derechos a la sucesión y subraya que la Corona mantiene el «liderazgo de la renovación institucional del Estado».
ABC
Desde mucho antes de que se formalizara la imputación contra Doña Cristina y de que la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca ratificara que su destino es el banquillo de los acusados, la hermana de Don Felipe VI había contraído la obligación personal de preservar a la Corona de los perjuicios de su situación procesal. Sólo a ella correspondía tomar la decisión de renunciar a los derechos sucesorios, pues son de carácter personal. Con este gesto, más simbólico que material y sin consecuencias en el orden judicial, habría contribuido a separar primero a su padre, el Rey Juan Carlos, y luego a su hermano, el Rey Felipe, del juicio social que vinculó los asuntos irregulares de su esposo con su condición de yerno y cuñado de los Reyes de España.
No se puede ser imputada y acusada, por un lado, y continuar en la línea sucesoria, por otro. Ha sido la contumacia de Doña Cristina la que ha obligado al Rey Felipe VI a ejercer su potestad hasta donde le permite la regulación de la Casa del Rey, revocando la autorización que le fue concedida a su hermana para usar el título de Duquesa de Palma.
El mensaje del Rey a su hermana es tan contundente como el que recibe la opinión pública, inmersa en un proceso de cambios políticos provocados en gran medida por la falta de regeneración y transparencia en los usos y comportamientos de clase partidista.
A punto de cumplirse el primer aniversario del acceso de Don Felipe al trono, esta decisión, que sin duda alguna habrá sido dolorosa, hace realidad los compromisos del Rey ante los españoles cuando puso a la Corona en el liderazgo de la renovación institucional del Estado. Puede haber quien no valore en su justa medida lo que realmente significa la privación del título de Duquesa de Palma a la Infanta Doña Cristina, pero supone una decisión de enorme trascendencia histórica y que, además, es necesaria, oportuna y justa. Y, ante todo, un acto de patriotismo del Rey Felipe.