Federico Castaño revela que hay sectores del PSOE que llaman al mitin de Sánchez el 'Día de la Banderita'
De nuevo, el periódico que se considera el más influyente (todavía) de España, El País, desaparece de la batalla por la opinión este 23 de junio 2015.
Sólo las columnas habituales (en la última y en la reciente página 2) y sobre temas, perdón por la soberbia del periodista, de columnista aburrido: David Trueba y el académico Félix de Azúa recomiendan sendos libros que han leído, el primero sobre Joselito y el segundo sobre Bach. En dos palabras: apa-sionante. Antonio Caño y Juan Luis Cebrián tendrán un plan… Supongo.
Menos mal que los otros periódicos hacen que el cigarrillo y el café se me enfríen leyendo algunas columnas. Los temas más repetidos, más transversales, diría con neologismo catalán, es la aparición de la bandera nacional en el mitin de Pedro Sánchez, como el tío solterón que en una comida familiar presenta a su novia, una chica guapa y joven que cae bien a todos, y el anuncio de Albert Rivera de que se presentará a la presidencia del Gobierno nacional.
Bieito Rubido (ABC) se une al editorialista de El País que aprueba el uso de la bandera rojigualda por parte del PSOE.
La decisión de Pedro Sánchez de presentarse como candidato a gobernar la nación con la enseña constitucional de fondo solo merece aplauso, reconocimiento y una petición: insista en ello, por favor. Así podremos normalizar la vida de este país y elevar la autoestima colectiva, a la vez que cauterizamos heridas del pasado.
Es cierto que los socialistas han utilizado la bandera a veces con cierto complejo e incluso la niegan donde sostienen con sus votos a partidos independentistas. Pero no se les critique cuando la hacen suya. Ya superarán sus contradicciones. Bienvenidos a entender la idea democrática y progresista de una España constitucional. Señor Sánchez: cuanta más bandera, mejor. No es de nadie; es de todos.
¿UNA RUPTURA CON LA LÍNEA ANTI-ESPAÑOLA DE ZAPATERO?
Manuel Marín (ABC) subraya que Sánchez ha roto con la línea ideología marcada por Zapatero.
Hasta ahora, y desde el año 2000, el PSOE había hecho notables esfuerzos exactamente para lo contrario porque la enseña nacional no cuadraba en la estética del modernismo socialista ni en la iconografía de los nuevos «derechos civiles y sociales». La bandera rojigualda era rancia, evocaba conceptos casposos y desde Ferraz la asociaban a la derecha con cierto desprecio histórico-filosófico. No era cool.
De hecho, hasta hoy permanecía indeleble en el ideario socialista aquella máxima acuñada por Rodríguez Zapatero en el Senado -«el concepto de nación es discutido y discutible»-, con la que quiso justificar la definición de Cataluña como nación en el preámbulo de su nuevo Estatuto. Nadie, salvo Sánchez ahora, había hecho el amago de comunicar a su electorado que el concepto de nación española ya no es ni discutido ni discutible. Incluso, que el valor de España se puede exhibir sin complejos, con naturalidad y orgullo, reivindicándolo como un todo en positivo que suma, y no resta.
Ely del Valle (La Razón) asegura que los votantes socialistas han recibido una dosis de moral.
Sánchez sabe que una imagen vale más que mil palabras y que el cambio, que es eso que ahora cotiza al alza, sólo se percibe cuando se puede plasmar en una fotografía. La suya conlabandera,eltraje,suseñora esposa haciendo juego con la corbata y Susana aplaudiendo desde el patio de butacas ha sido un éxito mensurable en centímetros cuadrados. Al PSOE no le quedarán demasiados votantes, pero los que mantiene, hoy están convencidos de que hay posibilidades de remontar. Y eso, don Mariano, es lo que se entiende por comunicación.
En Vozpopuli.com, Federico Castaño revela que hay sectores del PSOE que se burlan del mitin de su secretario general llamándolo el ‘Día de la Banderita’.
«A nosotros nos deja fríos el uso de la bandera española, la simbología nacional chirría en Cataluña, su uso no nos aportará votos, más bien al contrario, entre otras razones porque en esto no podemos competir ni con el PP ni con Ciudadanos», afirma un dirigente del Partido Socialista de Cataluña (PSC), sorprendido por la estrategia de comunicación ensayada por Pedro Sánchez para vestir de largo su proclamación como candidato a las elecciones generales. «Se ha elegido un formato rancio que no aporta nada. Ha sido una sobreactuación un poco ridícula, entre otras razones porque todo el mundo ya sabe que el PSOE es una formación españolista», añade.
Las críticas al formato elegido por Pedro Sánchez y su equipo de asesores para que se hable y mucho de su proclamación como candidato, no tanto de su discurso, se extienden también a otras familias socialistas. De hecho, muchos de los que asistieron el domingo a la obra del Teatro Price de Madrid quedaron más satisfechos con la intervención del presidente asturiano, Javier Fernández, que con la del secretario general. «Pese a las apariencias, hubo grandes dosis de improvisación. Hay que ir a funciones más cercanas, que transmitan pasión y veracidad, en las que se perciba que te crees lo que dices», comenta un parlamentario madrileño.
Fray Josepho (Libertaddigital.com) dice que hágase el milagro y hágalo el diablo.
¿Que es un hipócrita? Sí.
¿Incongruente? También.
Pero me parece bien,
pues se empieza por ahí.
Venga, Pedro, sigue así.
Haz normal lo que es normal.
Si te atizan, persevera.
Y no escondas la bandera.
¡La bandera nacional!
CAMACHO: EL RIVERA-PETER PAN SE HA HECHO MAYOR
Y tras la presentación de Pedro Sánchez como candidato a la presidencia del Gobierno, la de Albert Rivera.
Ignacio Camacho (ABC) asegura que el Peter Pan inventado para enfrentarse al capitán Garfio de Podemos ha crecido y amenaza a Rajoy.
Los resultados de mayo no le han alcanzado para disputarle al PP la hegemonía del sector liberal moderado, salvo que el marianismo se desplome solo como las murallas de Jericó. Sin embargo, lo proyectan como el hombre y el partido que pueden decidir el futuro Gobierno de España, y más a corto plazo como el dique constitucional frente al soberanismo catalán. Eso significa un salto cualitativo descomunal para un dirigente que hace un año apenas si era una promesa emergente que peleaba con Rosa Díez por abrirle rendijas al bipartidismo. El sugestivo Peter Pan casi inventado por la sociedad mediática como antídoto contra los extremistas de izquierda lleva hoy los pantalones largos de un traje de estadista.
Su esfuerzo por romper la etiqueta de bisagra minoritaria depende ahora en gran medida de la capacidad de recomposición del PP. Incluso aunque no lo logre ya ha conseguido convertirse en un estímulo, en una impronta. Basta mirar a los nuevos pretorianos de Rajoy para entender hasta qué punto tratan de imitarlo.
Casimiro García-Abadillo (El Mundo) destaca la ausencia de equipo de Rivera, pero que eso no es un defecto.
Consciente de esa debilidad en su grupo (de equipo, de estructura), Rivera remarcó ayer como una de las razones que le han llevado a dar el salto a la candidatura para la Presidencia del Gobierno el hecho de contar con un «equipo». Dime de qué presumes…
Sin embargo, la gente no va a dejar de votar a Ciudadanos por la falta de banquillo. El atractivo del partido de Rivera está en su mensaje, en esa promesa de cambio sensato que cuadra como un guante en la imagen que él mismo transmite. Parafraseando a McLuhan, ahora el líder es el mensaje.
Él dice, y lo dice con convicción, que quiere ganar las elecciones y que tiene posibilidades de conseguirlo. Yo creo que ese objetivo es francamente difícil, por no decir imposible. Por ahora, es sólo un sueño. Lo que sí que puede lograr Rivera es un buen resultado y un potente grupo parlamentario, lo que sería bueno para nuestra democracia.
Pilar Ferrer (La Razón) subraya el carácter reconciliador de Rivera.
Tras su discurso, comentarios diversos en el auditorio. Es el nuevo Adolfo Suárez, decían unos. No tiene nada que ver con Miguel Roca, opinaban otros. Centrista y reconciliador, como lo fue Suárez.
Reformista también, pero sin ningún estigma catalanista como sí lo tuvo Roca. Y representante de una generación sin odios, algo que Rivera destaca siempre frente a la agresividad de Podemos y la ambigüedad del PSOE. «Mucha bandera ahora, mientras permite que gobiernen los que la injurian», comentaban varios asistentes críticos hacia el secretario general del PSOE. El éxito de Rivera es que reivindica su esencia de catalán y español sin complejos. «Yo sí me la he jugado», comentó en un corrillo tras el meditado discurso.
¿ Y qué pasa en el PP? Raúl del Pozo (El Mundo) consigue la exclusiva del día: ha hablado con Jorge Moragas y le ha arrancado unas palabras reveladoras.
Le digo a Jorge Moragas a bocajarro: «El lunes, maitines. Está usted, que es director de campaña, con María Dolores de Cospedal y los cinco vicesecretarios. ¿Quién manda?». Contesta sin dudar: «Mariano Rajoy». «Y si Mariano Rajoy está en Bruselas, ¿quién da las órdenes»». «Entonces mandaría María Dolores de Cospedal, secretaria general», responde. Jefe del desembarco, Jorge Moragas, no es el plenipotenciario de Rajoy, sino el que lleva su escudo en la batalla; intentará impedir que lleguen a La Moncloa las fuerzas de izquierdas. Más política, más calle, más debate, menos pasado, más futuro, menos cifras y más cortesía.
A Jorge Moragas, plomero mayor del reino, no le gusta nada la algarabía de las tertulias, pero enviará a los guapitos de cara a rompérsela en el ring de La Sexta o donde sea. Los jóvenes telegénicos, como los paracaidistas, tomarán posiciones en el desembarco, bajo el fuego graneado.
Le comento lo extraño que resulta el hecho de que Mariano haya dado todo el poder a Mariano. «Da la casualidad de que Mariano Rajoy es el candidato; es lógico que dirija su propia campaña», añade.
Raúl, que ha visto mucha agua pasar por debajo de sus puentes, le da un consejo a Moragas: que prepare su cabeza si hay fracaso electoral.
ser valido es oficio peligroso. Dijeron que el origen de la peste estaba en la cabeza del cardenal Richelieu.
El argumento de Marhuenda (La Razón) ante el terremoto político es apelar a la experiencia y la solvencia. Cómo me recuerda a los periodistas de cámara de Manuel Fraga o José María de Areilza que elogiaban a éstos por su preparación y sus títulos.
En el fervor renovador suena muy bien las primarias como medida de regeneración, pero en el PSOE se ha demostrado que tiene un recorrido muy escaso. Es verdad que vivimos en un mundo tan mediático que lo único importante son las formas y el fondo importa menos. Los candidatos han de tener buena planta, comunicar bien y caer en gracia. En cualquier momento se presentaran actores y actrices, porque son los más enrollados e incluso los presentadores, tertulianos o protagonistas de los realiyts porque son los más populares. He de reconocer que me gusta otro tipo de política y este fervor por los jóvenes a cualquier precio y el desinterés por las trayectorias académicas y profesionales me desagrada. Hay un absoluto desinterés por la experiencia.
BUSTOS LE COGE LA BICICLETA A RUIZ QUINTANO
Si Raúl del Pozo firma la columna-exclusiva del día, Alfonso Ussía (La Razón) hace lo mismo con la columna-zurriagazo. ¡Cómo le atiza al ‘Kichi’ por honrar a Fermín Salvoechea! Y aprovecha para dar un repaso a José luis de Vilallonga y a Sabino Arana. Echo de menos a Pilar Bardem.
El alcalde «batazuno» de Cádiz, «Kichi», «Chichi» o como le digan, ha retirado la foto del Rey que presidía su despacho para sustituirla por la de Fermín Salvochea, su antecesor favorito. Fue un personaje singular, sin duda alguna, pero la característica más acusada de Salvochea la comparte con todos los señoritos, que no señores, fracasados de sus tiempos.
Fermín estudió en una Inglaterra tradicional y libre, y padeció lo que tantos señoritos han experimentado desde sus tiempos a los actuales. La fiebre del esnobismo de izquierdas. De vuelta a España se convirtió en una referencia revolucionaria. Fue detenido, encarcelado, y como sucedía con los señoritos encarcelados que jugaban a revolucionarios, indultado. Dado que la fortuna recibida de su padre se mantenía intacta, se instaló en Francia, como José Luis de Vilallonga durante el franquismo.
Fue detenido por esconder en su domicilio una nutrida muestra de explosivos. Más o menos como «Alfon», pero a lo bestia.
Salvochea se enfadó con la vida cuando sus cuentas corrientes menguaron, como le sucedió a Sabino Arana posteriormente. Salvochea, como alcalde de Cádiz, tiene que estar presente en sus galerías. Pero no fue lo suficientemente grande para castigar al Rey en su homenaje.
El mensaje más habitual que envió a España durante su juventud, «Padre, mándame más dinero que Londres es muy caro», es un mensaje que está muy bien, pero no es revolucionario.
José María Marco (La razón) es más racional al escribir sobre Salvochea.
Por decisión de José María González «Kichi», apoyado por el PSOE, Fermín Salvochea, el delirante cantonalista gaditano, ya es el nuevo santo patrón del municipalismo y los alcaldes de nuestro país. Veremos lo que ocurre a partir de aquí con los gobiernos de las Comunidades Autónomas. Ni siquiera hará falta cambiar los símbolos ni las grandes instituciones nacionales, como ha dejado claro Pedro Sánchez en el lanzamiento oficial de su candidatura a La Moncloa. Más diversión, imposible.Todo el año es carnaval, digo, federal.
Jorge Bustos (El Mundo) hace blanco de sus ironías a los alcaldes podemitas que prometen más felicidad que farolas, aunque lamento decir que copia a Ignacio Ruiz Quintano una idea que el columnista de ABC ha venido difundiendo desde hace varios meses: la bicicleta como el vehículo de la clase moralmente superior.
Que los poetas y los curas hagan metáforas le parece a uno saludable, porque trafican con bienes espirituales; pero que versifiquen las alcaldesas, que manejan dinero público, ya me inquieta más. Cuando oiga a sus representantes vendiendo decencia e ilusión como reverendos de western, puede usted llevarse la mano a la cartera.
A no ser, claro, que Carmena no hable figuradamente sino que pretenda crear un cuerpo municipal de abrazadores roussonianos que vayan palmeando lomos por la Gran Vía y frotando chepas en Azca para aliviar el estrés de los ejecutivos.
Un político convencional no llega al ayuntamiento prometiendo la felicidad, sino calles limpias y más guarderías, pero se ve que con esto ya no alcanza, como no alcanza con la espuma y la cebada para vender cerveza sino que hay que prometerle al consumidor que tu cerveza le aportará más amigos.
Eugenio D’Ors asociaba la emotividad femenina al paradigma romántico y el raciocinio viril al paradigma clásico, aunque hay pensadores tan femeninos como Rousseau, cuyo moderno concepto de autenticidad ha degenerado con la posmodernidad en esta ternura publicitaria que nos empalaga. Hubo un tiempo en que la izquierda fundaba su superioridad moral en El contrato social; hoy la funda en una bicicleta.
Viajamos a Cataluña. Dolores Garcia (La Vanguardia) resume en un párrafo la situación política catalana.
La batalla por el voto útil va a ser muy dura. Ciutadans se erigirá en el polo contra la independencia y Podemos en el referente de la protesta contra la crisis y los recortes. CDC será el tercer pico de ese triángulo sobre el que pivotará la campaña. Para el resto de fuerzas políticas -aunque todas están convencidas de tener una bolsa de votantes-, hacerse un hueco en un panorama tan fragmentado va a ser una pugna muy feroz.
Y Miquel Roca, en el mismo periódico, advierte de que las conmociones en el sistema de partidos catalán pueden salir muy mal.
Italia lo vivió y no le fue bien. Enterrar precipitadamente las fuerzas políticas históricas, por más justificado y legítimo que pueda resultar, no acostumbra a traducirse en estabilidad ni progreso.
Pero el escenario es el que es, lo que hace falta es que los protagonistas sepan moverse en él y acepten jugar el papel que a cada uno le corresponde. Si uno quiere hacer el papel del otro, o este no se sabe el guión, o todos se olvidan de los límites del escenario, el resultado puede ser decepcionante. El cambio no tiene que dar miedo; lo que puede ser preocupante es que todos quieran uno diferente.
PÉREZ-MAURA VELA POR LA EDUCACIÓN DE LA PRINCESA LEONOR
Alfredo Pérez Rubalcaba publica una tribuna en El País en la que deja claro que el PSOE no admite más sistema educativo que el que él crea.
es ya un axioma en el mundo educativo: cuando el PSOE gobierna, las leyes educativas se aprueban con el apoyo de todos los grupos salvo el PP, y cuando gobierna el PP sucede lo contrario, las leyes las aprueba solo el PP con el resto de los grupos en contra.
No creo equivocarme si afirmo que en el próximo Congreso habrá una mayoría de grupos parlamentarios contrarios a la ley Wert. Será el momento de llevar a la práctica el compromiso que mencionaba al comienzo de este artículo, y sustituir una mala ley aprobada sin ningún consenso por un texto meditado y avalado por un gran acuerdo político.
Es para mí, un motivo de orgullo y satisfacción otorgar el premio a la columna ridícula del día a Ramón Pérez-Maura (ABC), muy preocupado por las funciones escolares de fin de curso.
Viernes 19 de junio de 2015, 9.30 horas. Actuación de fin de curso de alumnos de quinto y sexto cursos de primaria. Con sus profesores han preparado una gran puesta en escena de una versión adaptada de «Los Tres Mosqueteros» de Alejandro Dumas.
En escena, la mujer de Luis XIII, Ana de Austria, Infanta de España, aparece en su alcoba con su amante el duque de Buckingham, al que declara su amor eterno y regala unos pendientes que ella recibió de su Rey. (…) el malvado de la trama es el cardenal Richelieu, que se empeña en demostrar al Rey, por el honor de Francia, que la Reina ha regalado a su amante inglés los pendientes que recibió de su marido. Es decir, los buenos de la trama son la Reina infiel y los mosqueteros que intentan salvar su honor por encima de la verdad, del Rey y de Richelieu.
Yo me pregunto si los padres de estos alumnos de 11 y 12 años del colegio Santa María de los Rosales estaban satisfechos después de lo que vieron interpretar a sus hijos el pasado viernes. Como contribuyente español y cotitular con otros 46,6 millones de compatriotas de la soberanía nacional, creo legítimo cuestionar si esos supuestos valores encarnados por una Reina nacida española son los que se debe enseñar el próximo curso a la alumna de 10 años de ese mismo colegio de Rosales que responde al nombre de Leonor de Borbón Ortiz, Princesa de Asturias.
Pérez-Maura es el único ser humano que conozco que de la galaería de personajes de Los Tres Mosqueteros escoge para sí el papel de sayón de Richelieu.