Este 5 de julio de 2015, escribe Cristina López Schlichting en La Razón una columna titulada ‘Churchill y los molinos de viento‘ en la que arranca diciendo:
«TheTimes» recogió unas declaraciones de Pablo Iglesias en Badalona en las que proponía un «frente popular» y esta semana ha publicado un editorial titulado «Error radical». A los británicos, que han dado grandes historiadores de España, les desconcierta estelen gua je delos años 30 en un dirigente democrático. Y no sólo a los británicos. Es muy chocante que la Segunda República se ponga de ejemplo. Algunos piensan que el experimento comunista «nunca se ha llevado verdaderamente a cabo».
Añade que:
El drama de Podemos es que Pablo Iglesias se identifica con uno de los bandos del 36. El rencor hacia «los otros» -ricos, creyentes, políticos- constituye el arma de quien comulga con la lucha de clases. En Grecia ha prendido esta lógica y los seguidores de Syriza luchan contra imaginarios humilladores: los europeos, Bruselas, los capitalistas, los políticos socialistas o liberales.
Y concluye que:
Las deudas no se deben al capitalismo, sino a gastar más de lo que se ingresa. Cuando hay problemas reales, ya lo dijo Churchill, sólo el esfuerzo y el sacrificio sirven para salir adelante. O, en versión propia, luchar contra molinos de viento no ayuda a afrontar la realidad.