Máximo Pradera llama a ABC "felpudo nazi" por una portada de 1939 y Jaime González le replica como un maricomplejines
Con más de un día de retraso, cosas de la prensa de papel, ha llegado al plato de los columnistas la polémica del callejero franquista de Madrid, de modo que nosotros podamos disfrutarla con el primer cigarrillo del 10 de julio de 2015.
¡Cómo vienen el ABC y El Mundo! Los mamporros que sacuden los columnistas a Carmena y su familia Addams mueven la mesa y me derraman el café. El ABC incluso ha desempolvado un artículo de Manuel Azaña escrito por éste en 1937.
Una de las primeras cosas que hace en nuestro país cualquier movimiento político es cambiar el nombre de las calles. Inocente manía, que parece responder a la ilusión de borrar el pasado hasta en sus vestigios más anodinos y apoderarse del presente y del mañana. En el fondo, es una muestra del subjetivismo español, que se traduce en indiferencia, desamor o desprecio hacia el carácter impersonal de las cosas.
RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA.
Si los rebeldes tomasensen Madrid, veríamos proprobablemente a la calle del Barquillo, la del Arenal o la de Carretas cambiar su nombre típico por el de algún general cargado de laureles. En el siglo pasado, los progresistas impusieron a la calle de Alcalá el nombre del general Espartero. Después nos hemos contentado con mantener en esa calle la imagen broncínea del caudillo liberal. Si los italianos acaban por triunfar, quizás se la lleven a Roma, como trofeo, para juntarla al león de Judá, que sacaron de Adís Abeba
NARVÁEZ: LAS BALAS DE LA INCULTURA DE LA ABUELA PAZ
Ignacio Camacho (ABC) se malicia que las invocaciones a los niños hambrientos eran un camuflaje de la izquierda para realizar lo que de verdad le gusta: depurar a los que considera enemigos. Y cita a Blas de Otero y a Arturo Pérez-Reverte.
Trescientos franquistas parece haber encontrado el Ayuntamiento de Madrid emboscados en su callejero. Se suponía que la izquierda radical había conquistado el Ayuntamiento capitalino porque había una emergencia social de familias desahuciadas y niños malnutridos pero la prioridad que se ha abierto paso en la agenda municipal es la revisión del nomenclátor a la luz de la Memoria Histórica, joya legislativa del zapaterismo.
Mal empiezan las aventuras políticas que llegan con listas bajo el brazo; tu nombre está ya escrito temblando en un papel, anotó Blas de Otero. En este caso se trata de una revancha incruenta de carácter simbólico, nominalista, pero tan sectaria que esconde una reescritura histórica. No pretende borrar los vestigios siniestros de la guerra (in) civil sino sólo los de un bando.
Suele decir Pérez Reverte, conocedor de nuestra tendencia colectiva al pendulazo, que no quiere que le dediquen calles para que ningún enemigo póstumo se dé la satisfacción de quitárselas.
Pedro Narváez (La Razón) comienza su columna con una frase magnífica.
Las balas de la incultura se disparan con la sonrisa de la abuelita Paz de Manuela Carmena, la ventrílocua de Podemos en el callejero de Madrid, que girará del gusto izquierdista cuando algunos pensaban que los soviets eran ya sólo el título de un álbum de Tintín.
A saber qué tiene pensado el Kichi de Cádiz para Pemán o Carmena para Julio Camba, de quien un solo folio bastará para sanarnos de la mediocridad, un arte que jamás soñarían las tesis de Monedero y Errejón; o de Muñoz Seca, cuya luz literaria acabó ensangrentada en Paracuellos, razón suficiente para estar en la lista que en su día hizo Izquierda Unida con nombres que deberían estar proscritos de las calles, tal vez para olvidar que el asesino era uno de los suyos. La amnesia es el mejor antídoto contra el remordimiento.
Carlos Herrera (ABC) pide calles para Fraga y Carrillo, para José Calvo Sotelo y La Pasionaria, que, añado yo, anunció su asesinato en las Cortes.
La muerte de Calvo Sotelo la conocemos todos y su figura, guste más o menos, era trascendente en la España de la época. Si merece una calle la Pasionaria ¿por qué no la va a merecer Calvo Sotelo?
Carrillo y Fraga merecen calles en Madrid, y donde corresponda, porque evolucionaron a posiciones democráticas a lo largo de su vida y sirvieron de manera muy efectiva a la Democracia nacida con la Constitución del 78. Como las merecen aquellas figuras significativas que aunaron seguidores en ambos bandos del conflicto.
Si el criterio es exquisitamente democrático, como vociferan los promotores de esta acción municipal, Dolores Ibarruri no puede tener una calle en Madrid, ya que la Pasionaria fue una eficaz colaboradora de la plaga estalinista que asoló media Europa.
Entrevisté a Dolores en los últimos años de su vida: era una anciana que reconvino su discurso y que templó las iras que exhibió en sus años políticos activos, con lo que creo que merece el recuerdo de una calle en Madrid. Pero también lo merecen las víctimas del asesinato múltiple y feroz de Paracuellos, a los que esta colección de estúpidos sectarios quiere retirarle la placa que recuerda su memoria. ¿Qué hacer?
Y concluye con un reproche a los votantes:
Que a estas alturas del partido, un engrudo de mamertos pretenda rotular de nuevo la didáctica de la memoria que supone el callejero, es la evidencia de que siempre estamos a tiempo de elegir para la administración de las cosas a los más cretinos del vecindario.
David Gistau (ABC), que comienza muy bien, acaba pidiendo que le dejen en paz, lo que no sé si es hartazgo o cobardía.
Es significativo notar que, en el caso de muchos de los personajes que serán extirpados del callejero, lo único que los hace sospechosos de franquismo es el hecho de haber sido asesinados. Como si, partiendo como base de la infalibilidad miliciana a la hora de decidir los paseos, la ejecución demostraría por sí sola que el muerto merece ser borrado de la memoria. Si lo mataron los nuestros es que era facha, y punto. De esta manera, a ver quién se atreve a discutir que hasta el pobre Muñoz Seca era un fascista tremendo, un fascista proporcional a la crueldad de su asesinato.
No volveré a escribir de esto. No quiero caer de nuevo en la trampa, que ya antaño nos tendió Zapatero, de participar de modo retrospectivo en infames episodios históricos españoles que no son de mi tiempo, ni de mi cartografía política, ni de mi porvenir, ni probablemente de mi interés. Esto me ha solucionado el folio de hoy, nada más. Sólo espero que la gimnasia miliciana sea lo bastante terapéutica como para que los nuevos populistas sientan haber ganado por fin la guerra y todos podamos continuar con el resto de nuestras vidas, cargadas de futuro.
En un ejemplo de cómo piensa la derecha que viene, Emilia Landaluce (El Mundo) mezcla la suciedad del Orgullo Gay con los planes de depuración del callejero.
El domingo, según fuentes del Consistorio, se recogieron 296.170 kilos de basura, el doble que en la pasada edición del Orgullo. Las calles sucias siguen siendo una de las principales preocupaciones de los madrileños. Pero, ¿qué ha hecho el Ayuntamiento al respecto? Muy sencillo: anunciar que el callejero de la ciudad cumplirá al 100% con la Ley de la Memoria Histórica. ¡Adiós a Molacuatro, uno de mis bares favoritos! Entre las placas prescindibles figuran Dalí, Manolete, Bernabéu, Jardiel Poncela, Pedro Muñoz Seca… Rosa Belmonte dice que el listado le recuerda a aquel libro que escribió Curri Valenzuela [‘100 personajes que hunden España’] en el que se incluía a Manolo Escobar como uno de los culpables de la crisis nacional. Nuestra Carmena ya ha anunciado que algunas calles serán indultados pero, ¿acaso alguno recordaba la militancia política del presidente del Real Madrid? ¿Y la de Manolete?
Federico Jiménez Losantos (El Mundo) no se queda sólo en la izquierda y en ‘Avenida de la Checa’ señala al rey Juan Carlos y a Mariano Rajoy por su complicidad con la ley de Memoria Histórica.
el Ayuntamiento de Carmena, con la pasividad del PP y Cs, quiere quitarles a esas víctimas del único acto de verdadero genocidio de la Guerra Civil hasta la calle que conmemora su martirio. Y enarbolando la infame Ley de Memoria Histórica, que firmó el corrupto Campechano I y no ha anulado el Cobardísimo Rajoy, también quieren quitarles las calles a los que la lista de un tristoriador de IU proscribe como «franquistas», entre ellos políticos e intelectuales de derechas víctimas del terror rojo antes de que Franco ganara la guerra (Calvo Sotelo, Muñoz Seca, Ramiro de Maeztu), o que, como media España, apoyaron al bando nacional: Dalí, Pla, Turina, Mihura, Jardiel, Gerardo Diego, DOrs… y Gómez de la Serna, el mejor cronista de Madrid.
Como su ídolo el Che, creador de los campos de concentración para homosexuales en Cuba, estos odiadores profesionales de la Avenida de la Checa prefieren liquidar a los que desconocen. También van a quitarle la calle a Manolete. Se la pondrán a Islero, el toro que lo mató.
JAIME GONZÁLEZ REPLICA A MÁXIMO PRADERA
Junto a la polémica del callejero madrileño, la otra en la que se han enzarzado Máximo Pradera y Jaime González es de chichinabo. Así replica el segundo a un tuit del primero.
Padrera honró ayer a ABC con uno de esos comentarios que abonan su perfil en Twitter, toda una montonera de mugre que -con la ola de calor- desprende un tufo que apesta. «Hay una pequeña diferencia entre un periódico de derechas y un felpudo para nazis», escribió. Y para ilustrar su hazaña, reprodujo una portada de ABC del 20 de abril de 1939 -meses antes de la invasión de Polonia- en la que aparecía un dibujo de Hitler con motivo de su cumpleaños.
En cualquier caso, este «felpudo para nazis» (por la parte que me toca) no le guarda rencor. Prometo darle un abrazo la próxima vez que le vea. Siempre, claro, que no aproveche la ocasión para llamarme fascista por escribir en ABC. También lo hicieron su abuelo materno, Rafael Sánchez Mazas, fundador de la Falange, y Rafael Alberti, dos ejemplos de polos opuestos unidos por las mismas páginas. El humor negro empieza por uno mismo. Aplíquese el cuento.
Pero Jaime, ¿tan difícil es contestarle a ese pensador de la socialdemocracia, que diría tu compañero Ruiz Quintano, que en abril de 1939 ABC tenía un director impuesto por el Gobierno franquista y estaba sometido a la censura, con lo que la propiedad no era responsable de lo que se publicase en el periódico?
El pensamiento del día lo aporta Ignacio Ruiz Quintano (ABC), que empieza su folio poniendo a caldo a Albert Rivera y Pedro Sánchez por sus ínfulas por haber ganaado unas primarias de candidato único.
¿Por qué hablan de «democratizar» los partidos? Porque así no hablan de las únicas dos cosas que nos interesarían: el sistema electoral mayoritario y la separación de poderes. Y, asesorados por los expertos, tiran cacahuetes a los monos, que somos nosotros: «sostenible», «gobernanza», «empoderamiento», «centralidad», «primarias»…
-Todos tienen primarias, pero no se presenta nadie más que uno -ha dicho, y con razón, Mariano.
Sólo por haber ganado unas primarias (?), Rivera y Snchz vienen tan farrucos que han decidido constituirse ellos mismos en poder constituyente, y traen una nueva Constitución bajo el brazo, prueba de la cultura política franquistona en que se han formado.
Y al final la frase, redonda y brillante como la perla del collar de una infanta de España:
-Para avanzar, necesitamos adultos en la sala -dijo famosamente Christine Lagarde, harta de jugar a los chinos con los griegos. «Faltan cabezas» , se quejaba el Conde-Duque. Cuatro siglos después, sólo pedimos adultos.
Sí señor: «pedimos adultos».
PARA MARHUENDA TODO ES «ERROR EN LA COMUNICACIÓN»
El PP ha montado un jardín de infancia en Madrid, al que llama Conferencia Política, para reunir a unos miles de militantes que aplaudirán al mago del enchufe, Mariano Rajoy.
Francisco Marhuenda (La Razón) mantiene sus saltitos de alegría cada vez que Rajoy sale en televisión y sigue empeñado en que el descontento de los antiguos votantes del PP con este partido se debe sólo a un «error en la comunicación».
El reto para Rajoy es enorme y además no quiere pasar a la historia como un presidente que no consigue un segundo mandato.
El aspecto sentimental y emotivo es muy importante. Es parte de lo que ha sido el error en la comunicación. No les gusta mucho que se diga, pero se ha creado una imagen de frialdad y falta de empatía. En la sociedad del «buen rollo» no basta con hacerlo bien y ser serio, porque hay que crear vínculos afectivos. Un ministro decía en broma que «hemos conseguido cabrear a todo el mundo; bueno, creo que hay uno en mi circunscripción del que nos hemos olvidado, pero seguro que lo haremos en cualquier momento». Es bueno tener sentido del humor. Ahora le toca a Rajoy resolver estos problemas y mostrar que, además de serio,eficaz y honrado,es un gran político. Y es bueno que recuerde que la tecnocracia es positiva para la gestión, pero no para el Consejo de Ministros.
Antonio Casado (ElConfidencial.com) disecciona la Conferencia Política que celebrará el PP este fin de semana.
no es un congreso ni una convención orientada a elaborar propuestas electorales. En realidad pretende ser una lluvia de ideas que se agota en sí misma, aun contando con intervenciones de relumbrón. Entre otras, las de la vicepresidenta, Sáenz de Santamaría, y varios ministros, como De Guindos, García-Margallo y Montoro, de los que se esperan efectos motivantes de una militancia en horas bajas.
Moragas, que además reina en el antedespacho del presidente del Gobierno, quiere con Mariano Rajoy que el cónclave de este fin de semana genere una lluvia de ideas que aporte vidilla al partido y, a la vez, visualice a su rejuvenecido Estado Mayor. Y a sus nuevas estrellas: el novísimo Pablo Casado y la redescubierta Cristina Cifuentes
José Alejandro Vara (Vozpopuli.com) subraya que Cospedal cada vez cuenta menos en el partido.
El PP quiere utilizar el eco de su conferencia para lanzar a Cifuentes como ejemplo del perfil del nuevo PP, alejado de incómodas ataduras del pasado y capaz de ultimar pactos con otras formaciones. Nuñez Feijóo se ha dejado escuchar en las vísperas, subrayando el ejemplo del PP gallego en las iniciativas de ámbito social. Precisamente ‘lo social’ es otro de los asuntos estrella del nuevo PP, aunque no hay ninguna mesa en la que se aborde el asunto de la familia. Parece que se ha incluido en el apartado de «la vivienda» y la burbuja inmobilaria.
Dolores Cospedal, cada vez con menos protagonismo en el partido, pese a que sigue siendo la secretaria general, será la encargada de abrir las sesiones con una intervención en la que hablará de regeneración, según las fuentes consultadas.
Por el contrario, Hermann Tertsch (ABC) asegura que da igual lo que vaya a hacer el PP, porque los neo-rojos ganarán. Su columna se titula ‘De la checa a la ternura’.
Está claro que el futuro les pertenece. Los comunistas españoles, hoy dotados de tantas marcas blancas, rojas y rosas como haga falta, van camino de ganar la partida. Y España será roja y rota, dicen. Y parece que pueden llevar razón. Ahora se llaman todos progresistas. Y van camino de ganar el futuro y la dictadura del proletariado gracias a la ternura. Lo que no consiguieron con tiros en la nuca lo harán haciéndonos llorar a todos como benditos. Si nos portamos bien. O convirtiéndonos en monstruos culpables que merecen todo el castigo porque no lloramos de ternura como es nuestra obligación.
Los nuevos comunistas no tienen aquella cabeza de campesino o carnicero de Lister, Carrillo y Chernienko. Los de ahora son Berias hipster y Dzershinskis cool. Dominan todo el discurso político de la actualidad y la propaganda, así como los medios para difundirlos, y no tienen rivales serios ni en la política ni en los medios de comunicación. Los chicos de la derecha política española, los ultracentristas y sus diversas variaciones, van camino de convertirse en partidos satélites de ese gran movimiento progresista.
ARTUR MAS, UN «MEMBRILLO» E «INDOCUMENTADO»
Y del PP a CiU, o a C, o a la lista del president… Vamos, a Cataluña.
Santiago González (El Mundo) le atiza a Artur Mas porque se ha quejado de que ‘Madrit’ no le trata como a un pistolero de ETA.
Se queja este cuarto menguante, camino de su luna nueva, de que «el Gobierno negoció con ETA y no conmigo». Hace falta ser membrillo. E indocumentado. Un dirigente democrático, quejándose de que no le tratan como a un jefe de la banda terrorista, que no quieren negociar con él. No es un lamento compatible con los hechos. Cuando Rajoy llegó a La Moncloa, ETA lo había dejado dos meses antes y desde entonces, que uno sepa, no hubo negociación alguna entre el Gobierno de España y los terroristas vascos. El Ejecutivo anterior sí negoció con ETA, pero también lo hizo con él, recuerde aquella noche de los cigarros largos en que Zapatero y Mas violaron la ley antitabaco y pactaron el Estatut y la salida de Maragall de la Generalitat (enero de 2006).
Y luego, honorable president, debería usted apuntar un par de diferencias. La primera: «Nosotros no matamos». Y la segunda que le sugiero: «Aquí, al impuesto revolucionario lo llamamos FLA».
Salvador Sostres (ABC) detesta a Francesc Homs y nos cuenta una anécdota sobre su don de gentes en la que él fue testigo.
me recuerda la tarde en que después de haber comido y bebido longitudinalmente con Manuel Vicent, tomamos un taxi y el conductor nos preguntó: «¿Dónde vamos?». «¿Cómo que dónde vamos?», respondió Vicent. «¡Nosotros vamos al Ritz y usted váyase a la mierda!».
Màrius Carol me sorprende con un billete en contra de la excelentísima alcaldesa de Barcelona. ¡Adónde vamos a llegar! ¡La Vanguardia contra las instituciones!
No es suspendiendo licencias hoteleras como se resolverá el problema (los usuarios del crawl no se alojan en los Four Seasons), ni tampoco haciendo proclamas antiturísticas. El presidente de Perú, de visita a España, quedó impresionado de que en Barcelona no quisieran más turistas. «Los que no deseen envíenmelos», dijo Ollanta Humala sin salir de su asombro.
Que La Vanguardia empiece a publicar reportajes y columnas contra el Ayuntamiento de Barcelona quizás se deba a que el nuevo equipo suspendió un acuerdo publicitario con el Grupo Godó por importe de cinco millones de euros anuales. Qué mal pensado doy, ¿verdad?
Por cierto, el periódico publica un editorial a favor de una ley de igualdad de trato entre hombres y mujeres aprobada por el Parlamento catalán. Pues a ver cuándo el señor conde de Godó predica con el ejemplo y despide a Carol y le sustituye por una señora, ¿no?
Pero la decadencia de la prensa escrita no se encuentra sólo en su endeblez intelecutal y su dependencia del dinero oficial. La columna de Enric Juliana atrasa el 23-F en diez años.
El Estatut de Cataluña no contempla otra posibilidad, contrariamente a la Constitución española de 1978, que deja abierta la puerta a un presidente del Gobierno sin acta parlamentaria. (La puerta que intentó franquear el general Alfonso Armada en febrero de 1991).
Como no creo que Juliana desconozca cuándo se cometió el 23-F, la errata se la cargo al corrector o, mejor dicho, a la falta de correctores. Por el ahorro, al horror del error.
PARA MILLÁS, LA DEUDA CONVIERTE A LOS GRIEGOS EN NEGROS
Para ilustrar la decadencia del pensamiento progresista El País de Antonio Caño publica un par de columnas.
Fernando Vallespín se niega a la expulsión de Grecia del euro porque los europeos le debemos mucho. Creía que alguien que no ha alcanzado la edad de jubilación no caería en los argumentos historicistas de los Xavier Vidal-Foch, Abel Hernández y Luis María Anson.
Enseñar la salida a un país de apenas 12 millones de personas que simboliza algunos de sus mayores logros civilizatorios en nombre del autismo tecnocrático equivale a ponerle fin a lo más noble de la peripecia europea. Y, por cierto, salida en griego significa éxodos, cuya semántica equivale en nuestro idioma a una forma de exilio. ¿Cómo podemos exiliar a quienes nos han conformado? ¡Menuda idiotez!
Según Juanjo Millás (El País) los griegos se están sacrificando para acabar con el racismo que sufren los negros de EEUU… o algo parecido.
¿Será Grecia, me pregunto, la Rosa Parks de esta nueva forma de negritud denominada deuda? ¿Estarán sufriendo los helenos las consecuencias de no haber cedido su asiento en el autobús a los acreedores? Parks fue a la cárcel, pero gracias a ella desaparecieron los asientos para negros y blancos.
Ayer Alfonso Ussía nos daba envidia a quienes vivimos al sur de los Picos de Europa contándonos que él estaba en una valle de la bella provincia de Cantabria, antes Santander, antes la Marina de Castilla, con 21º de temperatura. Hoy Raúl del Pozo, que debe de estar en Madrid vencido por el calor, asegura que la causa de la guerra civil no fueron el asesinato de Calvo Sotelo por una banda de policías y escoltas del socialista Prieto, ni las injusticias sociales, ni la revolución pendiente, ni el desorden público, sino el calor.
A pesar de este acoso y de algunos crímenes habituales, la gente se porta muy bien, incluidos los griegos, a los que les van a chupar la sangre. Con calor, el hombre suele convertirse en un peligroso mamífero, como ocurrió el 18 de julio de 1936 cuando los españoles no pudieron soportar la ola de calor.
La sección de la columna ridícula del día celebra el regreso a su palmarés de María José Navarro (La Razón) y lo hace con el mismo defecto de Manuel Jabois y Carmen Rigalt: contarnos sus problemas psiológicos.
Amigas de España: mi ginecóloga me acaba de decir que ya no ovulo todos los meses, es decir, estoy pre menopáusica. Me temo que tus ovarios no están en funcionamiento como antes. Por la forma y lo que veo, ya no se van a corresponder las reglas a lo que esperas, ya no podrás mirar fechas como antes, seguramente será todo más espaciado. Y de pronto te das cuenta de que te agarró el viejazo.
Como me dijo un amigo, en España hay afortunados a los que les pagan por hacerse pajas.