El diario El País publica este 14 de julio de 2015 un editorial titulado ‘Apuesta muy exigente’ en el que arranca diciendo:
El programa para Grecia acordado por el Eurogrupo de primeros ministros (ya al borde del abismo) es muy exigente. Solo gracias a ello se logró el consenso entre todos los socios de la moneda única para dispensar en el futuro un tercer rescate financiero capaz de contribuir a que se reúnan los más de 80.000 millones de euros de financiación externa que necesita la economía griega.
Añade:
Si el acuerdo debe ser un trampolín válido de futuro y no un símbolo de todas las desgracias, insuficiencias y animosidades registradas estos meses, conviene que esa mayor integración europea se acelere, sobre todo en lo que genera más adhesión e ilusiones: recuperación económica, lucha por el empleo, mejora tecnológica de la competitividad, cohesión social…
Y concluye:
El resultado ha sido el inverso. [Alexis Tsipras] Ha encajado que su programa inicial haya sido vapuleado y borrado. Al final ha tenido la lucidez de no condenar a su pueblo a la condición de paria mundial (como le aconsejaban algunos gurús oportunistas); deberá emplear esa lucidez en este momento para convencer a sus conciudadanos de que, ahora, puede ser responsable.