Escribe este 17 de julio de 2015 David Gistau una columna de opinión en ABC titulada ‘Su verdad, gracias’ que arranca así:
Los periodistas no apreciamos los efectos benéficos que nuestro oficio puede obtener de la web del Ayuntamiento de Madrid para la divulgación de la verdad. El primero es precisamente ese: transferir la responsabilidad de la verdad, que algunos periodistas muy imbuidos de la noción misionera que los obliga a permanecer insomnes escriben la Verdad, y su peso demoledor, muy perjudicial para las vértebras.
Continúa:
Los últimos traviesos de la opinión errada, que aún discuten con la representación pura de la soberanía ejercida por las plataformas de unidad popular, necesitan ser ayudados y aun reconvenidos en público. Reprogramados. Ejecutados en efigie, incluso, si se niegan a deponer la actitud díscola. Además, uno de los inconvenientes de la democracia es que resulta difícil adquirir una dimensión heroica por el hecho de ser periodista.
Finaliza:
La web de Carmena, que es el poder descendiendo a la reyerta, ha conseguido que, en una reacción instintiva, casi pavloviana, los periodistas detecten un enemigo genérico que los ha devuelto a un reparto de papeles más digno. Ha tenido que ser este grosero engendro controlador el que restaure a la triste tribu periodística una mínima conciencia de sí y de sus antagonismos naturales.