COLUMNAS A LA SOMBRA DE AGOSTO

Juan Manuel de Prada fulmina a Artur Mas y Pablo Iglesias: «Les une su cetrina pasión de odio a España»

"Están ansiosos ambos de rematar a la moribunda España"

Juan Manuel de Prada fulmina a Artur Mas y Pablo Iglesias: "Les une su cetrina pasión de odio a España"
Pablo Iglesias y Artur Mas. EP

La columnas agosteñas rebasan este 17 de agosto de 2015 el ecuador de este octavo mes del año con temas variaditos: desde la decisión de Podemos de tomar parte en la campaña electoral catalana, a la reunión del ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, con Rodrigo Rato, expresidente de Bankia o la fiabilidad que muchos internautas han conferido a las redes sociales para informarse.

Arrancamos con ABC y Juan Manuel de Prada, que pone el acento en el partido de Pablo Iglesias y su decisión de concurrir en Cataluña, aunque yendo dentro de una de esas coaliciones que más que un partido parece una indigesta sopa de letras:

Resulta, en verdad, muy aleccionador preguntarse por qué Artur Mas ha lanzado su «desafío soberanista». Sólo alguien cretinizado por la propaganda puede creer la paparrucha de que Mas es un hombre con un designio histórico; pues sólo los grandes hombres tienen un designio histórico. Tampoco se puede afirmar con certeza que Mas sea un simple orate que confunde el picor de las almorranas con la quemazón del designio histórico; pues, aunque romo y mostrenco, tampoco parece carne de manicomio. En realidad, Mas no es más que un señor grisáceo y mazorral que habría acabado de chupatintas o de dependiente de una corsetería, si no hubiese sido por la pugnacidad de su mandíbula, tan intimidante como la de Mussolini, y por su flequillo recogido en una onda, que sin duda hubo de impresionar a Pujol, de calvorota patética (que no es la monda y lironda, sino la que cría pelusilla).

Y ya se mete de lleno en el paso dado por el líder de Podemos, Pablo Iglesias:

Tan sorprendente o más resulta la actitud de Podemos, que tras muchos enjuagues y titubeos ha decidido participar en las elecciones catalanas adherido a modo de pólipo a una candidatura ful que se ha presentado con un manifiesto con olor a pies, regado de anacolutos y quincalla soberanista. En el manifiesto se hace bandera del sedicente «derecho a decidir» (tiene su gracia que aborteros y secesionistas empleen la misma expresión para justificar sus desmanes) y se menciona un proceso constituyente de ámbito estrictamente catalán.

La actitud de Podemos es todavía más desquiciada que la de Mas; pues lo tenía todo a su favor para llevarse al huerto a los votantes izquierdosos que se siguen considerando españoles y están hasta el moño de la quincella independentista. Pero Pablo Iglesias, que haciéndose con estos votantes podría haber reducido a fosfatina a los desfondados sociatas, ha decidido sumarse a la ola soberanista. ¿Qué ha podido moverlo a adoptar una decisión contraria a sus intereses?

Y asegura que:

A Mas e Iglesias los mueve una misma pasión, la única pasión capaz de pisotear los intereses propios, aun en los hombres más pragmáticos. Tal pasión, cetrina y azufrosa, es el odio; y su objeto común, España

Por odio a España Mas e Iglesias comparten aventura soberanista; y cegados por ese odio, ansiosos ambos de rematar a la moribunda España, están dispuestos a contrariar sus intereses.

Ramón Pérez Maura se centra en la reunión entre Jorge Fernández Díaz y Rodrigo Rato:

Mientras en España son tantos los que echan el verano en hablar de la entrevista entre Rato y Fernández Díaz, convendría invertir unos minutos en ver cómo se desempeña el ministro del Interior en las verdaderas amenazas de las que tiene que defendernos. Porque estoy de acuerdo con tantos en que no fue nada estético que Fernández recibiera a Rodrigo Rato, pero todavía no he conseguido que nadie me explique qué competencias tuvo el ministro del Interior en la pena de telediario contra Rato. Hasta donde me alcanza, los funcionarios públicos que actuaron están en el ámbito de los ministerios de Economía, Hacienda y Justicia.

Y apunta un dato:

Entre tanto, ABC publicaba ayer una información sobre cómo la Policía e Instituciones Penitenciarias -ambas dependientes de Interior- han descubierto el llamamiento que la dirección del Daesh, también conocido como Estado Islámico, ha hecho a sus fieles para la liberación de los terroristas islámicos presos en las cárceles españolas. Y lo hace en la misma semana en que hemos podido comprobar que el Daesh está en posesión de armas químicas.

Y añade:

El distingo entre norteamericanos o murcianos es marginal. Hace un año que Obama prometió degradar y destruir Estado Islámico. ¿Resultado? El Daesh se extiende por Irak, donde tomaron Ramadi en mayo y después de enseñarnos cómo prenden fuego a prisioneros enjaulados, hogaño emplean armas químicas. Normal. Ahora puede venir Obama y sugerir a Fernández Díaz y a Rajoy que dejen de hacer las cosas bien y negocien con Estado Islámico para que no intenten asaltar nuestras prisiones. Sería una iniciativa perfectamente coherente con el devenir de su incompetencia y su impotencia.

José María Carrascal se centra en la salida del gurú electoral de Mariano Rajoy, Pedro Arriola:

La jubilación de Pedro Arriola es una gran noticia para Rajoy. Conocen mi alergia a las encuestas, y Arriola funda en ellas su saber y prestigio. No les niego valor, pero en conjunto, como tendencia, no en singular ni como profecía de lo que ocurrirá dentro de meses. Como profecía son el espejo de la madrastra de Blancanieves: dicen lo que desea su dueño, o sea, quien las paga. Yo me comprometo a sacar una encuesta en la que salga ganadora UPyD si me dan el tiempo y el dinero suficiente. Bastaría buscar personas del perfil social e ideológico de Rosa Díez, incluir muestras de otros partidos, cocinarlas, y ahí la tienen.

Explica que:

Es lo que ocurre con todas las encuestas, incluida la del CIS, que no lo maneja el Gobierno, sino profesionales con tendencias políticas. Predeterminada, por tanto, como las demás. Pedro Arriola viene aconsejando a líderes del PP desde hace 25 años. Se le atribuyen sus victorias, pero ¿y sus derrotas, por qué no supo prevenirlas? La mayoría absoluta de 2011 se debió no a él, sino al desastroso mandato de Zapatero.

Y habla del trabajo que le queda por delante al asesor directo de Mariano Rajoy, Jorge Moragas:

Vamos a ver cómo Jorge Moragas afronta la situación. En un viaje relámpago, he recorrido media España el fin de semana, encontrando con que donde no hay fiesta, la hay en el pueblo vecino. Quien no está de vacaciones, vuelve de ellas o se dispone a tomarlas. Pero todo el mundo está enfadado, unos con el Gobierno, otros con la oposición; el empleado, con su trabajo, el parado, por no tener trabajo; los empresarios, con las administraciones públicas, los obreros, con sus empresas. Los jóvenes echan pestes de los mayores, y los mayores, de los jóvenes. ¿Será posible, me decía, que en 48 horas no haya podido encontrar un solo español satisfecho? Pues sí, es posible.

En La Razón, Alfonso Ussía le mete de lleno a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, por su desaire a la Virgen de la Paloma:

Quebrando la tradición – Tradición es Cultura-, la alcaldesa titular de Madrid no acudió a saludar a la Virgen de la Paloma. La justificación es una prueba de su compromiso familiar. Tenía un «cumple». Con toda probabilidad el «cumple» de su sobrino, gran acaparador de cargos y por su aspecto, mayor que ella. ¿Qué importancia tiene la Virgen de la Paloma comparada con la de su sobrino? Ninguna. Bobadas de los católicos, que en Madrid son muy pocos. Su inferior en el cargo que no en el mando, la asaltacapillas en bolas, se lo advirtió: «Manuela, que me ha dicho Pablo que si vas a visitar a la Virgen de la Paloma, te tire de los pelos». Y Manuela obedeció al instante y se inventó lo del compromiso familiar.

Subraya que:

El día en el que, sin ganar las elecciones, Manuela Carmena fue proclamada alcaldesa titular de Madrid, alguien tenía que haberle anotado en su agenda: «15 de Agosto. Día de la Virgen de la Paloma». Pero claro, cuando la que manda de verdad es una chica que asalta capillas y se desnuda al grito de «¡Arderéis como en el 36!», la alcaldesa «okupa» tiene todo el derecho al pavor.

Remacha que:

Y como siempre lleva en el bolso a su sobrino, se inventa que es su «cumple», le compra una bolsa de gominolas y unos globos, y se zafa del respeto institucional para refugiarse en el jolgorio que se produce en la ceremonia de soplar y apagar las velitas, que si son las de su sobrino, la tarta debe presentar un diámetro interesante y por razones preventivas, colocar al lado de la mesa una bombona de oxígeno para ayudar al del «cumple» a recuperarse.

Por su parte, Fernando Sánchez Dragó (El Mundo) habla de la reunión entre el ministro del Interior y el expresidente de Bankia y cómo algunos preferían dejarse llevar por la corriente de ese río bravo llamado Twitter:

Hoy lo pospongo para disentir de casi todos, e incluso de la línea editorial de este periódico, en lo relativo a la tormenta de verano provocada por el encuentro entre Díaz Fernández y Rato. Nunca pensé que algún día me vería constreñido a prestar atención a una noticia tan carente de pulpa, chicha y uasabi como ésa. ¡Ya son ganas de matar no moscas a cañonazos, sino cañonazos con moscas! Infame, cínico, hipócrita electoralismo…

Dice que:

Leo, entre otras estupideces, que un tal Feliu Guillaumes ha dicho, tras la comparecencia de don Jorge, que «el ministro no nos toma por tontos, sino por idiotas, pues nadie puede creerse las explicaciones que ha dado». ¿Nadie, señor don nadie? ¡Pues aquí tiene un idiota, porque yo me las he creído! ¿Por simpatía ideológica? No. Por ser de cajón. Si las hubiese dado la Colau, diría lo mismo que estoy diciendo.

Y señala a quien corresponda:

Por cierto: tonto e idiota son adjetivos sinónimos. Consulte el diccionario. Lo único significativo y hasta crucial en tan inane revuelo es la evidencia, subrayada por Arcadi (el muy cabrón se me ha adelantado), de que Twitter es una peligrosísima herramienta de linchamiento y de que España, por culpa de las redes mal llamadas sociales y de las fobias de los indígenas, parece el escenario de uno de esos westerns en los que los vecinos salen a la calle con una soga en la mano.

 

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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