El demoledor artículo con el que Federico Jiménez Losantos dejó con las vergüenzas al aire al expresidente socialista Felipe González por su ‘carta a los catalanes’ en El País tiene un intrahistoria que provoca escalofríos. —«Estaba pidiendo un canal de televisión para Cebrián para que luego lo disfrute la gentuza de la secta y de Cuatro»—
Se esconde detrás de esta pregunta que Losantos se hacía y él mismo respondía en la pieza publicada en Libertad Digital:
«¿Quién atacó ferozmente a los que nos oponíamos al proceso separatista catalán, desde el Manifiesto de los 2.300? Cebrián. ¿Quién lo apoyó siempre? González.»
Porque aunque a Losantos no le suele gustar (y con razón) traer a la memoria el miserable atentado terrorista que sufrió el 21 de mayo 1981 a manos de Terra Lliure por ser uno de los impulsores de ese manifiesto es inevitable pensar que no haya recordado ni por un segundo la cobertura que hizo del mismo El País encargada al periodista Enric Canals, que con el tiempo llegaría a ser director de TV3.
No llegó a la mendacidad de El Periódico de Catalunya –que tituló ‘un piernecidio’– pero da pavor ver cómo el diario que dirigía Cebrián calificaba a los terroristas de ‘agresores’ y a Terra Lliure de ‘grupo armado’ en un alarde de «neolengua catalanista» como recuerdan Pablo Planas y José Alejandro Vara en su muy recomendable biografía de Albert Rivera [‘Entre bambalinas’. Editorial Stella Maris, 2015].
Así arrancaba el artículo de Canals titulado ‘El profesor Jiménez Losantos, herido en un atentado’ publicado en El País el 22 de mayo de 1981:
El profesor Federico Jiménez Losantos fue agredido en la madrugada de ayer por dos individuos que le dispararon un tiro de pistola en una pierna, tras atarle y amordazarle en un descampado de Esplugues de Llobregat (Barcelona). Jiménez Losantos es uno de los promotores de la elaboración del llamado Manifiesto de los dos mil trescientos, en el que se denunciaban supuestas discriminaciones de la lengua castellana en Cataluña.
Los agresores, antes de herir al citado profesor, hicieron referencia a este hecho, al tiempo que le manifestaron que por esta vez se trataba únicamente de una advertencia y que le iban «a dejar un recuerdo». El atentado fue reivindicado por Terra Lliure, grupo armado que se autodefine como independentista y ecologista. Este grupo, del que se tienen escasas referencias, se ha declarado autor de diversos atentados contra instalaciones de diversas compañías eléctricas.
Volvamos a la pregunta que se hacía Losantos: «¿Quién atacó ferozmente a los que nos oponíamos al proceso separatista catalán, desde el Manifiesto de los 2.300?».
Respuesta: El País en un editorial titulado ‘Recelos anticatalanes’ del 5 de mayo de 1981 en el que despreciaba «a los señores del manifiesto» del querer «restaurar una libertad y tolerancia que domina en las dictaduras». —Lea el editorial ‘Recelos anticatalanes’—
Los firmantes que se atreven a pedir la restauración de una situación que a tantos españoles, catalanes y, no catalanes, nos mantuvo en el exilio o en la desesperación, y que buscan oídos fáciles en Madrid, es que se obstinan en cerrar los ojos al mundo en que, gústeles o no, tienen que vivir.
Así despreciaba el polanquismo en los años ochenta a quienes se atrevían a firmar –como recuerdan Planas y Vara– «un texto profético que fue el banderín de enganche de quienes se negaron a callar durante la larga travesía del corrupto pujolismo».
La mayoría de los firmantes lo pagaron con el exilio y Felipe González, el protector de Jordi Pujol en el caso Banca Catalana, jamás dedicó una carta para ellos.