El director de El Mundo, David Jiménez (Barcelona, 1971), ha confesado que el ‘robo’ por parte de El Español de Pedrojota Ramírez del periodista de investigación Esteban Urreiztieta (Madrid, 1979), adelantado en exclusiva en su día por Periodista Digital, hizo mucho daño a El Mundo.
Así todo, Jiménez ha tenido palabras de aprecio para Ramírez: «Yo no estaría donde estoy de no haer sido porque Pedrojota confió en mí enviándome de corresponsal a Asia. Además, ha confesado que no tiene teléfonos de políticos en su agenda. «La amistad entre un político y un periodista es inviable», ha afirmado.
Jiménez ha reivindicado durante su intervención en el Club Siglo XXI los principios editoriales de El Mundo y la modernización tecnológica emprendida por el periódico: «Los cambios no han hecho más que empezar».
«Soy catalán, español y ciudadano del mundo- En Cataluña hemos vivido una de las grandes farsas; una clase política que se ha envuelto en la bandera para ocultar los trapicheos, la corrupción y el clientelismo»
Los periodistas tenemos que hacer autocrítica. EL Mundo no es perfecto, pero nuestros errores no serán por manipular sino por tratar de buscar la verdad.
La Constitución no es un texto sagrado, pero el cambio debe ser consensuado en un ambiente como el de la Transición. No la cambiaría a la ligera o de forma unilateral, y sólo si es para mejorar.
David Jiménez compareció en este prestigioso foro de debate al cumplir los 100 días al frente del periódico. En su intervención, afirmó que «la presión que han ejercido los poderes sobre los medios durante la crisis ha sido la mayor en democracia».
El periodista, ex corresponsal en Asia y heredero del puesto que ocuparon PedrojotaJ Ramírez y Casimiro García-Abadillo, admitió el «deterioro» sufrido «en los últimos años» por los medios de comunicación y acusó a los «poderes» político y económico de haber «olido la debilidad» de dichos medios de comunicación antes de ejercer su «perjudicial» presión sobre ellos. «Han aprovechado para intentar amedrentarnos», subrayó.
En este contexto, y en presencia de una dispar representación de la sociedad civil -entre la que se encontraban el director del CNI, el general Félix Sanz Roldán, el ex fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, o la delegada del Gobierno, Concepción Dancausa-, el director de El Mundo ha apostado no ya por hacer frente a la presión, sino por contribuir desde su propia cabecera a la «regeneración» del país; lo que, ha añadido, es «una labor que El Mundo ha hecho siempre».
El director de El Mundo ha estado arropado por el equipo directivo del periódico y de Unidad Editorial, con su presidente, Antonio Fernández-Galiano, a la cabeza.
«No tenemos que ser el cuarto poder sino el guardián de los poderes», ha declarado Jiménez, al tiempo de prometer que «vamos a seguir siendo el periódico que publique lo que otros no se atreven a publicar», y ha advertido: «El que busque un periódico militante de un partido o que denuncie la corrupción de una sola formación, tiene legítimo derecho, pero ese periódico no es El Mundo».
Y es que, si algo ha «llamado la atención» del nuevo director en estos tres meses de estreno es «la capacidad de El Mundo de molestar a mucha gente». «Ha habido días en que se me han quejado todos los partidos», ha admitido, haciendo partícipe a «empresarios, restauradores o entrenadores» del cotidiano desfile de descontentos por las denuncias periodísticas o las simples críticas.
«Para los que hacemos El Mundo, más allá de las cifras de resultados y del recuento de lectores, hay algo importante que no se puede medir en números, y es el proyecto intelectual del periódico. El país está cambiando y nosotros queremos ser parte de esa transformación», fueron sus palabras.