El líder socialista se ha largado en pleno lío procurando que se note, para lo cual se ha dejado retratar torso al aire en una revista de colorines
Escribe Ignacio Camacho este 17 de agosto de 2016 en el diario ABC una columna titulada ‘La lucecita’ donde habla de las vacaciones (o no) de nuestros políticos.
Dice el columnista que en agosto «un político puede hacer dos cosas: irse de vacaciones o quedarse en su puesto simulando que trabaja».
Y pone dos ejemplos, el primero lo encuentra en la actual alcaldesa de Madrid:
Si decide marcharse lo que no tiene sentido es tratar de justificarlo, y menos con argumentos tan pedestres como ése de parecerse a la gente que ha esgrimido Manuela Carmena: primero porque revela innecesaria mala conciencia y después porque el que no lo quiera entender no va a aceptar ninguna explicación.
Y en el segundo aparece el líder socialista Pedro Sánchez–La revista ‘Pronto’ caza a Pedro Sánchez pasándolo en grande en la playa–:
La novedad de este verano la ha aportado Pedro Sánchez al convertir sus vacaciones en un inopinado aspaviento político. El líder socialista se ha largado en pleno lío procurando que se note, para lo cual se ha dejado retratar torso al aire en una revista de colorines, de ésas de antesala de peluquería o del médico.
No se ha sentido obligado a argumentar su ausencia porque el mensaje es la ausencia misma: una declaración de intenciones de que la cosa no va con él, de que se queda deliberadamente al margen.
Sánchez parece sufrir un ataque de marianitis en el que se está copiando los tics menos recomendables de su adversario: quiere mostrar que él también sabe pudrir los tiempos. Pero de la imitación sale una parodia y con doble filo; muchos ciudadanos solo ven en sus bronceadas fotos estivales una frivolidad propia de un liderazgo irresponsable.