La confesa alcaldesa de Madrid, que se niega «a tener enemigos», se ha despachado a gusto este domingo 8 de mayo de 2016 en un entrevista a ‘El País’.
Abanderada del buenismo, no cree ni loca que vuelva esa España que mató a sus compañeros del despacho de Atocha, y mucho menos que la ideología deba ser obstáculo para el entendimiento personal.
Ella es así, y mientras lamenta que hayan pisado la alfombra de ‘Welcome refugees‘ solo 2.000 refugiados que han pasado por la estación Sur de Madrid, abre su corazón para contar sin rubor que de niña hablaba con el Altísimo:
«De niña creía que hablaba con Dios, pero hablaba conmigo».
Anuncia de paso, y ya en temas más terrenales, que
«estamos preparando aquí un foro de alcaldes para estudiar cómo educar contra la violencia. Es un virus que hay que atacar».
Y asegura poniendo cara de santa que no vive en el mundo de intercambio de insultos y broncas:
«Me han interpelado solo dos personas muy enfadadas; no querían escucharme, tenían miedo de ser convencidas, quizás».
Finalmente, se suelta la coleta y asegura estar enamorada:
«Sí. Estoy enamorada de la posibilidad de la aventura personal».