Ha quedado retratado como un mentiroso de tomo y lomo. En realidad, a Pablo Iglesias hace tiempo que le habían pillado con el carrito del helado y en 2013 Periodista Digital fue el primero en contar sus vinculaciones financieras entre Podemos y la dictadura chavista –Así destapó Periodista Digital en 2013 la financiación de los torturadores chavistas a Podemos-.
Sin embargo, en un espectacular ejercicio de funambulismo político, el secretario general de Podemos siempre ha negado la mayor y hasta se ha puesto chulo amenazando con querellas y demandas al por mayor.
Este 13 de mayo de 2016, ABC ha tenido acceso al acta en la que consta la declaración que Rafael Isea, exministro de Hugo Chávez, prestó el pasado mes de abril en el Consulado de España en Nueva York, ante funcionarios policiales de la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF). Isea solicitó el reconocimiento de testigo protegido por su temor a sufrir represalias del régimen chavista de Venezuela. El exministro de Chávez compareció voluntariamente ante las autoridades españoles para confirmar la financiación pública que recibió directamente la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales, el ‘think tank’ de los grupos de izquierda que luego se transformaron en el actual Podemos.
Asegura el diario de Vocento que en su declaración, Isea detalla con precisión los procedimientos de contratación y de pago que se siguieron para abonar a la Fundación CEPS siete millones de euros. Todo el proceso contó con el visto bueno expreso del presidente de la República Bolivariana -Hugo Chávez- y de sus ministros, lo que confirió a la relación con esta fundación una clara naturaleza de contenido político y partidista.
El detalle de la declaración llega al extremo de mencionar con sus nombres y apellidos a Jorge Verstrynge, Juan Carlos Monedero y Pablo Iglesias, como las personas para las que Chávez habría aprobado el pago de «varios millones» de euros entre 2008 y 2011. Y lo que estos hicieron no fue otra cosa que «seminarios, foros y programas de formación sociopolítica», es decir, adoctrinamiento en tácticas totalitarias.
El acta con las manifestaciones de Isea arruina los desmentidos de Pablo Iglesias, receptor, directa o indirectamente, de una multimillonaria financiación de un gobierno extranjero, totalitario y represor, para propiciar la extensión de la ideología bolivariana en España. Pagos que Isea confirma que también se hacían en cuentas corrientes abiertas fuera de Venezuela y con moneda extranjera, obviamente en dólares.
La financiación extranjera recibida por Iglesias y Monedero ha sido determinante para la organización y el lanzamiento de sus plataformas políticas, pero parece sorprendente que las mentiras de Pablo Iglesias y la suciedad de un dinero extranjero orientado a intervenir políticamente en España no hayan encontrado un hueco en esta Justicia española tan afilada contra la corrupción y tan lenta para otras cosas. El retrato de la izquierda populista está dibujado en el acta de la declaración de Isea, denunciante de un gobierno acusado de colaborar con el narcotráfico, y temeroso por su vida y la de su familia, lo que no le ha impedido señalar con el dedo a los dirigentes españoles de una extrema izquierda servil a un régimen dictatorial extranjero.