LA TRIBUNA DEL COLUMNISTA

Santiago González vaticina un fiasco en el PSOE: «Sánchez y sus ‘sabios’ se hundirán con todo el equipo»

Ignacio Camacho: "Sólo hay algo que los antisanchistas detestan más que a Sánchez, y es al PP"

Habrá terceras elecciones, porque Sánchez piensa aumentar su ventaja sobre Iglesias, no porque albergue la mínima esperanza de ganar a Rajoy

Pedro Sánchez sigue estando en el ojo del huracán informativo. Este 2 de septiembre de 2016, a pocas horas de celebrarse la segunda votación para ver si Rajoy es o no investido presidente del Gobierno, los columnistas creen en mayor o menor medida que nada se va a mover en la acera socialista.

En El Mundo, Santiago González está convencido de que iremos a terceras elecciones en diciembre de 2016 porque a Sánchez y a su cohorte de ‘sabios’ les han cegado los dioses y estos van a provocar una derrota más histórica si cabe a este PSOE que ha ido haciendo buenos a Almunia y a Pérez Rubalcaba:

Apunta González que:

Los socialistas con mando en plaza consideran que el joven Sánchez-Pérez salió reforzado del debate, erigido en líder de la izquierda. La obsesión por Podemos y la batalla por la hegemonía de la izquierda revela que su interés es partidista. Consideran también que la radicalización de su secretario general es una clave más de su victoria sobre Podemos. Hay otra victoria que no enuncian tan clara: la que la Ejecutiva ha obtenido sobre el partido y el Comité Federal. Él ha quemado las naves y no hay retorno posible a posiciones civilizadas. A ver si el C.F. tiene arrestos para decir algo más que amén, incluso en el caso de que se convoque uno en las próximas semanas. Habrá terceras elecciones, porque Sánchez piensa aumentar su ventaja sobre Iglesias, no porque albergue la mínima esperanza de ganar a Rajoy.

Y señala que:

Estas impresiones las comparte Sánchez con sus sabios: Luena, Hernando, los dos López (Óscar y Patxi), Meritxell, oh mi Meritxell, y, cosa sorprendente, Margarita Robles. Decían los griegos que los dioses ciegan a los que quieren perder. Creen que les irá bien en terceras, pero es más probable que se hundan con todo el equipo. El primer acto ha sido la investidura. El segundo y último, en diciembre.

Raúl del Pozo, por la vía de un confidente del PP, asegura que, se diga lo que se diga, no hay arrestos en el PSOE para hacer frente a Pedro Sánchez:

Aunque sea verdad que la política es una conspiración permanente y que el complejo de Bruto se esconde en las oscuras intenciones, no hay huevos para desafiar abiertamente a Sánchez. Todos aman la traición, todos desprecian al traidor y todos callan.

No obstante, matiza que el ‘guapo’ del PSOE tiene que rebajar sus pretensiones, que puede llegar un momento en que se crea que el país se divide en dos partes, una él y la otra la del resto de la sociedad:

Pedro Sánchez no es el enemigo público, tiene sus razones y sus sueños legítimos, aunque alguien le tiene que decir que llega un momento en el que un político puede caer en la obsesión del Marqués de Bradomín: intentar dividir España en dos grandes bandos, uno él y el otro todos los demás.

Ignacio Camacho, en ABC, entiende que a Pedro Sánchez le supone toda una ventaja que el PP siga presionando al PSOE para que se abstenga porque, en gran medida, eso le da un respiro y consigue que su partido esté cohesionado a la hora de zurrarle la badana a Rajoy:

Cualquiera que esté en política sabe que nada cohesiona más a un partido que la presión de otro partido. El espíritu sectario se blinda ante la amenaza del rival en un acto reflejo de psicología colectiva: el infierno habita siempre en la tribu de al lado. Inmiscuirse en los asuntos internos del adversario es la forma más eficaz de fortalecer su unidad, por precaria que ésta sea. Toda organización sometida a tensiones y rencillas las aparca hasta mejor ocasión cuando ve aparecer al enemigo en el horizonte.

Y como muestra, un botón:

Sólo hay algo que los antisanchistas detestan más que a Sánchez, y es al PP.

También pueden comparar a Sánchez con esos ludópatas que no sueltan ni a tiros la tragaperras hasta que salga el premio buscado por ellos, aunque sea a costa de dejarse todo el crédito en el camino. Así lo ve José María Carrascal:

¿Vamos a seguir votando hasta que salga el resultado que satisfaga a Sánchez, como preguntó Rajoy en el debate? Como hasta ese punto no creo que llegue la parálisis del PSOE ni la paciencia del pueblo español, no descarto que, en estas semanas a remojo, los socialistas reflexionen. Aunque, visto su estado, puede que ni tengan fuerza para ello.

El editorial de La Razón, por su parte, habla claramente de que no sólo este bloqueo es responsabilidad de Sánchez, sino también del propio Comité Federal:

Las voces de algunos dirigentes territoriales socialistas se empiezan a oír, aunque de manera muy discreta, a medio tono y sin querer afrontar la crisis que va a vivir el PSOE si se celebran por tercera vez las elecciones generales, como todo parece indicar. El presidente de Castilla-La Mancha, Emilio GarcíaPage, se ofreció ayer a «contrastar» opiniones sobre la posición dentro del partido a la investidura de Mariano Rajoy. Sin duda, esta propuesta sólo se puede hacer desde la constatación de que hay posiciones enfrentadas. Responsabilizar sólo a Pedro Sánchez de la posición mantenida por el PSOE negando la abstención y permitiendo, por lo tanto, que gobierne el PP, se queda corto.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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