LA TRIBUNA DEL COLUMNISTA

Federico Jiménez Losantos acribilla al comando mediático anti Trump: «La progrez periodística española sigue haciendo el ridículo en América»

Hermann Tertsch le mete un buen golpe a la prensa patria: "El periodismo español de extrema izquierda se hizo trampas al solitario"

Aún queda Trump para rato. Al menos en las columnas y editoriales de este 11 de noviembre de 2016 sigue coleando la elección del candidato republicano como presidente de los Estados Unidos.

En líneas generales, los articulistas empiezan a dividirse entre los que siguen con una perra de abrigo por el resultado de los comicios estadounidenses y quienes critican a esos compañeros que confunden la realidad con sus propios deseos.

Federico Jiménez Losantos, en El Mundo, le arrea a la prensa procree española que aún sigue sin enterarse que Trump, por muy bocas que sea, aún no ha ido diciendo por ahí que va a azotar a periodistas hasta que sangren.

Parece evidente que el columnista del rotativo madrileño de la Avenida de San Luis 25 vio el vídeo de Periodista Digital donde se veía a las compañeras Ana Pastor y Helena Resano (laSexta) haciendo un ejercicio de subjetividad supremo –La izquierda mediática se enfada en directo con los latinos que votaron a Trump: «¡Nos cuesta entender que les hayan votado!»-:

Mientras la progrez periodística española sigue haciendo el ridículo en América y abroncando a los votantes republicanos en vivo y en directo, pese a que Trump no ha dicho que «azotaría hasta sangrar» a periodistas incómodas, ni ha asaltado centros de culto amenazando de muerte a curas y feligreses, ni ha respaldado a terroristas, ni ha robado pisos de protección oficial a los que los necesitan, ni ha estafado a Hacienda y a la Universidad, como la Banda de la Tuerka que adoran estos peritos en democracia, ayer la web del presidente electo anunció un amplísimo paquete de medidas de Gobierno de las que, como Washington no es Caracas, quedará sólo una parte, la que logre la aprobación de Congreso y Senado y refrende el Supremo.

El editorial del diario de Unidad Editorial le da, con fórceps, un voto de confianza a Trump:

Dentro de este espíritu contradictorio con el que Trump trata de limpiar su imagen ante sus ciudadanos y el mundo hay que enmarcar el encuentro de ayer con el presidente Obama. Los dos líderes no se habían visto nunca en persona y se habían criticado con dureza durante las últimas semanas, por lo que se hacía necesario escenificar que Trump no supone ninguna ruptura dramática para el país. El encuentro, frío, se prolongó durante hora y media cuando estaba previsto que durara no más de 10 minutos. Al finalizar, Obama comentó que salió «alentado» de la conversación y el presidente electo dijo que habían hablado de «situaciones, algunas maravillosas y otras muy difíciles». Son los primeros pasos por el poderdel líder antipolítico. Habrá que juzgarle por sus hechos.

Raúl del Pozo reconoce que en estos días han recibido críticas de los lectores en las que aseguran que ellos votarán los que prefieran y de paso le piden rigor a los periodistas, que informen, no que hagan propaganda:

Decía Camilo José Cela que siempre que salía alguien de un Mercedes-Benz temía que apareciera «el malhumorado Hitler, el nervioso Hitler». También hubiera podido aparecer el Papa o Hirohito, para quienes hicieron coches especiales en aquel tiempo del cabaré. No hay que temer algo parecido con Trump. Primero, porque saldría de un Rolls-Royce o de un Chevrolet de su fastuosa flota y, además, porque la democracia en América no consiente en que surjan dictadores ni emperadores. Sin embargo, estamos desconcertados y hablamos desde la oscuridad; los lectores nos piden que hagamos autocrítica, nos aconsejan que cambiemos los cánones, las pautas, los códigos, porque ellos van a votar a quien les dé la gana y lo que debiéramos hacer nosotros es no mezclar la verdad con las convicciones, la información con la propaganda.

En ABC, Ignacio Camacho le recuerda a los votantes del PP que no hay motivo para regocijarse por el triunfo de Donald Trump:

Tú que votas al PP deberías pararte a pensar que Trump es todo lo contrario de un Rajoy: inmoderado, estruendoso, impaciente, faltón, charlatán. Por eso antes de regocijarte con Trump recuerda que existe Podemos. Y que no hay nada más parecido a un populismo de izquierdas que un populismo de derechas. Y viceversa.

Hermann Tertsch le arrea a la prensa española de izquierdas:

Schadenfreude es un término alemán asumido por otros idiomas para definir la alegría por el daño ajeno. Yo confieso mi Schadenfreude. No se puede evitar al escuchar el impotente gimoteo, los histéricos augurios y los enfados existenciales de quienes pretendían que Hillary era Juana de Arco y Donald Trump, un Belcebú. De la tropa de periodistas misioneros que se fueron a dar lecciones de democracia a los norteamericanos y de los que las daban desde aquí.

El periodismo español, casi sin excepción radicado entre la extrema izquierda y el extremo centro, se hizo trampas en el solitario y se creyó su propia falaz versión de los hechos. Como no les han obedecido, descalifican al electorado y algún diario de la mañana permite llamar «analfabetos» y «criminales» a los sesenta millones votantes de Trump. Es el talante de la izquierda. El de la derecha lo revela el hecho de que salvo el telegrama oficial y un tuit de Rajoy, nadie habla de Trump por miedo a que la izquierda le maltrate.

El editorial de ABC recuerda que la democracia siempre ha funcionado en los Estados Unidos hasta en los peores momentos:

Una de las reacciones más peligrosas a la victoria de Donald Trump es el cuestionamiento de la democracia liberal representativa, como si la elección del republicano hubiera sido un accidente en la historia. Este planteamiento está acompañado, además, por una descalificación en bloque del votante de Trump, algo muy propio de la soberbia eurocentrista de quienes la están difundiendo. Trump ha sido un candidato lleno de sombras, y ahora hay que esperar a que se retrate como presidente. Lo que sí está acreditada es la calidad del sistema democrático de Estados Unidos, el único país del mundo que se fundó como una democracia y que, ni en sus peores momentos, dejó de funcionar como tal. Ningún territorio europeo puede afirmar lo mismo.

El País insiste en buscarle todo lo negativo a Donald Trump y eso que no ha empezado a gobernar, y no lo hará hasta el 20 de enero de 2017:

La concepción proteccionista de Trump multiplica el riesgo de una recesión global precisamente porque cercena de raíz cualquier posibilidad de crecimiento del comercio internacional; sin el TTIP, la zona euro pierde un instrumento básico para recuperar tasas de crecimiento, empleo y rentas del euro. Para los países emergentes, las expectativas son si cabe peores: dependiendo de cada caso particular, el proteccionismo planeado retrasará sus respectivas recuperaciones durante trimestres o quizá años.

Abel Hernández, en La Razón, hace autocrítica tras el triunfo de Donald Trump. Cree que los populismos no se combaten dándole carrete cada vez que estos dicen una bestialidad:

A los comunicadores lo que ha ocurrido debería aconsejarnos una cura de humildad y un poco más de tiento y responsabilidad. La tentación de dar carrete a los populistas, porque con sus improperios contra lo establecido levantan la audiencia o la tirada, lo que hace es favorecer sus planes y eso conduce a situaciones irreversibles, como en este caso. Cuando se reacciona contra el demagogo de turno es tarde.Y ya se ha visto, por lo demás, que los populismos, de izquierda o derecha, se tocan.

La Razón, en su artículo editorial, desea que Trump modere su carácter y al final vaya por el carril de la moderación:

Es probable que el drástico cambio de tono en los mensajes de Barack Obama, Hillary Clinton y, especialmente, el del propio Donald Trump no sea fácilmente creído por sus partidarios, pero si algo conocemos de la idiosincrasia del ciudadano medio estadounidense es su patriotismo, del que hace gala en todas y cada una de sus actividades públicas y privadas. En este sentido, una transición tranquila en la Casa Blanca -en la que no deberían sobrar los mutuos elogios- contribuirá a calmar los ánimos, sobre todo si al mismo tiempo se apela a los sentimientos de fraternidad y pertenencia de los norteamericanos.

Alfonso Ussía se troncha de Irene Montero y sus ínfulas de bravucona con Donald Trump:

Trump quizá se haya preocupado con la advertencia de la culta y preparada dirigente de Podemos, Irene María Montero, que además de culta y preparada, es la dueña del corazón del político mejor tratado por las televisiones privadas y capitalistas de España. «Estaremos enfrente, con democracia y derechos humanos». Tener enfrente a la interpretación de la democracia y los derechos humanos de Irene María Montero, es algo que a Trump no le despeina ni un cabello del flequillo. Trump, por ignorar, no sabe quién es Irene María Montero, ni falta que le hace. Pero escribir ese mensaje al presidente electo de los Estados Unidos nos ayuda a pensar en el nivel de prepotencia, soberbia y vanidad por el que se mueve esta chusma. Un lío más para Trump, que ya estará arrepentido de haberse metido en este laberinto. Democracia y derechos humanos… La repanocha.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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