LA TRIBUNA DEL COLUMNISTA

Pero Rita, ¿tan pardilla eres para creer que ibas a ganar al kamarada de Iglesias?

Mensaje de Iñaki Zaragüeta a la candidata podemita derrotada: "El poder del líder no se cuestiona"

El resultado en las primarias de Podemos resalta este 12 de noviembre de 2016 en las tribunas de opinión de la prensa de papel. Es verdad que sorprende, por ejemplo, que un medio de PRISA como El País, que tenía argumentos y munición sobrada, proporcionada por las informaciones de la Cadena SER, no haya sido contundente en criticar el triunfo de Espinar. Todo lo más que lleva este diario es un análisis de Francesco Manetto. ¿Editorial? De momento, silencio prisaico.

Javier Redondo, en El Mundo, habla sobre el proceso de primarias en Podemos y como, de momento, Iglesias ha podido sofocar la rebelión dentro del partido en Madrid:

Iglesias no logra domesticar su furia. Quiere acelerar el colapso. Se impacienta y se da menos plazo. Tiene prisa. Su método consiste en aglutinar un pelotón con tropas extra sistema -lo que queda de IU, con su cansino adlátere Galileo Gall, y los anticapitalistas- coaligadas con nacionalistas y abertzales para erosionar las instituciones. Quiere un partido disciplinado de izquierda radical y agitación permanente, sin melaza ni miramientos. De momento impone su modelo. Tiene un único temor: necesita «cuidar» a Errejón como su Lord Fairfax. Ganar las primarias, con su cruzado y mártir Espinar como estandarte, le sirve sobre todo para aplazar sus celos. Del albañal del que se surte intelectualmente sale esta frase: «Los cascotes del Muro de Berlín cayeron encima de toda la izquierda, que se quedó sin alternativa pese a haber marcado distancias con el Gulag». Fin de la cita.

El editorial de El Mundo señala que la elección de Ramón Espinar respalda la política de Pablo Iglesias de calentar las calles:

El secretario general de Podemos tiene ahora nuevos argumentos para dirigir el partido hacia donde él quiere. Consciente de que la aritmética parlamentaria le deja «sin la fuerza suficiente en el Congreso», como repite, pretende «desbordar las calles» y reconvertir el partido en una plataforma popular que aglutine a los movimientos sociales en toda clase de conflictos. Iglesias fue el primer líder que se sumó a una posible convocatoria de huelga general en cuanto esta posibilidad salió de la boca de los líderes sindicales hace un par de semanas.

El País lleva ‘escondido’ un análisis de Francesco Manetto sobre el triunfo de Ramón Espinar. El medio de PRISA ‘ahueca el ala’ y prefiere no editorializar sobre la victoria de un candidato que especuló con el piso de protección oficial pese a que la SER, medio de este grupo editorial, fue quien puso contra las cuerdas al candidato de Pablo Iglesias en Madrid:

La objeción central que destaca el sector próximo a Errejón es que esa fórmula puede condenar a Podemos a la marginalidad, reeditando la historia de IU, en lugar de darles la gasolina suficiente para aprovechar la crisis del PSOE y conseguir la hegemonía de la izquierda. La alianza entre Iglesias y los anticapitalistas, o anticapis , ha convencido a las bases de la formación en Madrid: Espinar logró un 7% de votos más que Maestre pese a la información sobre la compraventa de un piso protegido que le valió 20.000 euros de beneficio. No obstante, está por ver que tenga el mismo efecto en unas elecciones, seduciendo a un perfil de votante más transversal y diverso.

En La Razón, Iñaki Zaragüeta le dice a Rita Maestre que adónde iba ella creyendo que podía disputarle el cetro de los podemitas en Madrid al candidato de Pablo Iglesias:

¿Creían Rita Maestre, Íñigo Errejón y sus huestes que podían derrotar al candidato de Pablo Iglesias? A no ser que fuera un paripé, deberían conocer el funcionamiento de un partido de corte marxista, donde la «nomenklatura» consigue sus propósitos por lo civil o lo militar (entiéndase el término en sentido figurado). De nada sirve el acoso ético a la clara especulación inmobiliaria de Ramón Espinar (30.000 euros a la pera). El poder del líder no se cuestiona. ¡Lo que hubieran clamado él y sus «kamaradas» si hubiera sido un político de otro partido el que hubiera protagonizado un caso como ése, de dudosa legalidad! Conclusión: el apadrinado de Iglesias se hizo con la secretaría general de Podemos en la Comunidad de Madrid. Como debería ser, aunque ¡sorpresa! se hayan necesitado casi 48 horas para escrutat un número de votos emitidos on line.

En ABC, Ramón Pérez-Maura destaca que a diferencia de lo que ha pasado en otros países con el populismo, el último ejemplo es Estados Unidos con Donald Trump, España, con Mariano Rajoy, ha sabido vacunarse a tiempo:

Como en tantos otros países sometidos a la crisis, el Gobierno de Rajoy se vio castigado en las urnas. Y aunque muchos le acusaban de «no hacer nada», yo más bien creo que había hecho mucho en el terreno económico. Mucho y con frecuencia doloroso. Pero efectivo. Y de ahí el correctivo al PP de quienes sufrían las tremendas estrecheces que provocó la crisis engendrada en tiempos de ZP. El castigo que supuso eso fue una enorme pérdida de votos. Pero a diferencia de casi todos los demás Gobiernos que habían enfrentado una situación similar, Rajoy no perdió el poder. Eso sí, el mounstro populista le creció por la izquierda de la nada a 71 escaños. Tercera formación del país. Y seis meses más tarde, ese mismo mounstro populista volvía a concurrir a las elecciones generales y perdía más de un millón de votos. Es decir, este Rajoy que «no hace nada» ha conseguido lo que no lograron o logran Cameron, Hollande Samarás u Obama: frenar y hacer retroceder el auge del populismo de cualquier extremismo: izquierda o derecha. Casi nada.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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