Juan Luis Cebrián: «No creo que ‘El País’ deba ser un periódico de izquierdas»

«LaSexta es la cadena que más veo, no sé si mi favorita. Hay cosas que me gustan y cosas que no. No soy sectario, jamás lo he sido. Yo soy un periodista como miles que tuve la ventaja de incorporarme en un momento en que no había muchos con titulación universitaria», comienza afirmando en ‘Salvados’ el presidente del Grupo PRISA.

«Jamás he querido ser poderoso. Muchos periodistas creen que pueden poner gobiernos o quitarlos, es más fácil quitarlos que ponerlos. Yo me siento empresario y periodista, y el mundo de la empresa me parece fascinante, es un mundo de creatividad».

«El problema de la pederastia en los colegios religiosos está bastante extendido, viene de lejos», apunta, reconociendo que él sufrió dichos abusos.

«Yo no soy una víctima excepcional».

La influencia de ‘El País’ en la política

«‘El País’ quería, quiere y es ser un periódico, que cuente las cosas que interesan a los lectores y no se callen las cosas que molesten al poder. Cuando salimos, la izquierda no tenía voz y tuvimos la decisión de dársela, pero creo que nunca ha sido ni deba ser un periódico de izquierdas. Se alineó con las posiciones liberales progresistas, defendió la democracia cuando no existía… Eso llevó a que se identificara el electorado socialista con el ‘lectorado’ de ‘El País'».

«Queríamos dar voz a la España oculta, a la españa del exilio y a los jóvenes. Yo sí me considero de izquierdas, pero quería hacer un periódico beligerante contra la España profunda», declara.

«Yo nunca he llamado a políticos para pedir nada que no fuera una entrevista. Que en la Familia Real haya miembros que utilizan sus influencias no me sorprende, tampoco lo intuía», expone.

«Jamás he dejado de publicar una noticia que interesara por presiones salvo que pudiera depender la vida de una persona, por cuestiones de terrorismo. Y el periódico sí se ha pronunciado por gobiernos fundamentalmente de izquierdas, pero yo no creo que yo haya nombrado ningún ministro.

Al respecto del reciente boicot recibido en la universidad, Cebrián considera que «no me extrañaría que detrás de ciertos actos estuvieran sectores de Podemos. No he tenido nunca una conversación a solas con Pablo Iglesias, pero me parece chusco que me diga que presiono para poner a Rajoy de presidente, me parece un chiste. La opinión que tengo sobre él es que coincido en bastantes análisis políticos que él hace, pero no en la solución que da. Le veo un pelín egocéntrico. Y no le conozco personalmente», añade.

«La mediocridad política de Pedro Sánchez se ha puesto de relevancia y sus problemas en su partido trata de rebotarlos hacia medios de comunicación u otros sitios. Yo hablo con mucha gente del PSOE y de otros partidos que me dicen lo que piensan. He votado alguna vez a Pedro Sánchez, no recuerdo si las dos veces, pero soy un votante socialdemócrata bastante asiduo», reconoce.

«Sería bueno que Rajoy se hubiera ido, pero otras elecciones hubieran sido un desastre. Los medios podremos influir, pero no pueden traspasarnos la responsabilidad», declara.

Periodismo de presente y de futuro

«Mucha gente me dice que ‘El País’ ya no es lo que era. Yo creo que es mucho mejor que cuando yo lo dirigía. Creo que hay problemas como en todos los medios sobre el modelo de negocio, pero se ajusta mucho mejor a los deseos de los lectores, es independiente y plural», considera.

«La prensa en papel está llamada a desaparecer, pero los libros tienen una belleza como objetos que todavía perdura», declara, antes de afirmar que «no hay nadie de los bancos en el Consejo de Dirección de Prisa, y sólo tienen el 4% de acciones el Santander, el 4% La Caixa y el 8% HSBC». «Telefónica tiene un 12%», añade después.

«En muchos momentos me he planteado dimitir, he puesto mi cargo a disposición del consejo cada dos años, me voy cuando quieran los accionistas. Yo creo que tengo una responsabilidad y debo cumplirla, tengo un sentido de la responsabilidad y de la culpa», expone.

«Lo que yo gano está en la web y se comunica a la CNMV, cualquier ciudadano puede saberlo, yo soy accionista y como todos he perdido el 95% del valor de mis acciones. Lo que yo gano está declarado a Hacienda. Mis contradicciones las discuto con mi psiquiatra, con mi psicólogo y antes con mi confesor, pero lo que yo gano es público y pago impuestos por ello», refleja.

Cebrián y los ‘papeles de Panamá’

«No he tenido ninguna relación, ni colateralmente, con los ‘papeles de Panamá’, es una calumnia y un infundio. Hasta donde yo sé, tampoco mi exmujer, aunque eso es un problema de ella. Jamás he tenido ninguna ‘offshore’, jamás he tenido una cuenta fuera de España, salvo en EEUU para pagar los estudios de mis hijos, y jamás un periodista se ha dirigido a mí para preguntarme», asegura tajante.

«Es verdad que tengo acciones de Star Petroleum, están declaradas a Hacienda y su valor es cero, porque está quebrada la empresa. Fue una donación de un viejo amigo mío», explica.

«Si me preocupara mi imagen la cuidaría y no la cuido en absoluto. Mi foto para ‘Jot Down’ con la máscara de Darth Vader era divertida, yo no pienso en lo que significa, me da igual. Yo posé para la foto, pero no me interesa ‘La Guerra de las Galaxias’ y no sé quién es Darth Vader. Luego Antonio Caño decidió que no se publicara. Yo no me considero el malo de la película, tampoco un héroe de nada, yo soy un periodista que ha trabajado, que ha tenido éxito y nada más», comenta.

La visión de Juan Carlos Monedero sobre Cebrián

Además, al inicio, el programa recogió las opiniones de diversas personalidades del periodismo y de la política sobre Cebrián. Entre ellas, destacó la del fundador de Podemos Juan Carlos Monedero, que explica que «es una persona que lleva tanto tiempo mandando que ha terminado por confundirse con el poder».

«La relación Felipe González-Cebrián es un matrimonio de conveniencia. Felipe encuentra la posibilidad de erigirse en un líder por encima del bien y del mal por encima de barbaridades como los GAL, Filesa, los casos de corrupción… Nunca ‘El País’ llevaba hasta las últimas consecuencias las críticas al PSOE», añade.

«Construyeron un imaginario idílico de la transición, jugaban con que las cosas cambiaran sin que hubiera grandes transformaciones. Era un periódico de izquierdas en la medida en la que necesitábamos creer que hubiera un periódico de izquierdas», continúa»

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