J. F. Lamata

Alfons Quintá y las contradicciones

La polémica en torno a las circunstancias en las que se ha producido las muertes del periodista Alfons Quintá y su esposa suponen la más fuerte y brutal de todas las contradicciones que han rodeado a la figura de uno de los periodistas más destacados de la historia mediática en Catalunya.

¿De martillo contra Pujol a dirigir la televisión de Pujol?

La contradicción más destacada de Quintá fue que durante su etapa como periodista de ‘El País’ entonces dirigido por Juan Luis Cebrián fue su primer espada en Catalunya y por lo tanto uno de los encargados en buscarle las cosquillas a distintas figuras de la época como Salvador Dalí. Aunque su blanco más recordado Jordi Pujol, flamante presidente de la Generalitat de Catalunya y también ex responsable de Banca Catalana de cuya sonora bancarrota a principios de los ochenta se buscaron responsabilidades penales.

Quintá publicó en ‘El País’ una crónica sobre las irregularidades de Pujol en ‘Banca Catalana’ donde los fiscales sospechaban que podían haberse producido delitos económicos. Fue entonces cuando contra Juan Luis Cebrián cayeron presiones para que no siguiera publicando crónicas de Quintá sobre Banca Catalana. En su reciente libro ‘Primera Página. Vida de un periodista’, Cebrián detalla cómo entre los que le presionaron estaba todo un ex ministro de UCD, Francisco Fernández Ordoñez que, en breve, volvería a ser ministro, ahora con el PSOE y como finalmente optó por no volver a publicar crónicas de Quintá sobre Banca Catalana.

Pero aquí viene la contradicción: en 1982 Jordi Pujol decide poner en marcha el canal de televisión autonómico catalán y pone a su frente a Alfons Quintá, el mismo Quintá que le acusaba de irregularidades en Banca Catalana, ahora sería el encargado de dirigir ‘su’ televisión. ¿Era una forma de Pujol de demostrar su pluralidad poniendo a un periodista crítico? ¿O una forma de conseguir que ese periodista crítico dejara de serlo?

En el digital ‘Crónica Global’, donde escribía Quintá hasta su fallecimiento, se asegura que Quintá dejó TV3 «a los pocos meses por discrepancias con el dirigente nacionalista’. Los hechos reflejan una situación diferente: Quintá fue nombrado en agosto de 1982. En 1984 tuvo un enfrentamiento con el presidente de la corporación Josep Caminal en la que – de acuerdo a lo publicado en la época – el propio Pujol intervino a favor de Quintá provocando la dimisión de Caminal. Y, finalmente, tras la llegada de un nuevo presidente de la corporación, Joan Granados, con el que también chocó y pese a contar con el respaldo de Pujol, Granados lo destituyó en junio de ese año. El mismo Cebrián recordaba esa contradicción de Quintá en Onda Cero sin saber que apenas una semana después el aludido no estaría ya en el mundo de los vivos.

Director de un diario pujolista

Pero lo que menos concuerda del supuesto enfrentamiento con Quintá con Pujol es que su regreso al protagonismo mediático vino en 1990 de fundado el periódico catalanista ‘El Observador’ del que fue director y consejero delegado. Al frente del capital de ese diario estaba Lluis Prenafeta, pujolista entre pujolistas y en el que se movían figuras como Macià Alavedra (que sería encarcelado junto a Prenafeta en el llamado caso Pretoria) o el abogado Piqué Vidal (letrado en el caso Banca Catalana, luego encarcelado por un caso de sobornos). La excusa de ‘El Observador’ es que ‘La Vanguardia’ con el filo-socialista Joan Tapia era demasiado pro-PSC y demasiado poco pro-Pujol. ‘El Observador’ debía compensar eso. La cosa no funcionó y aquel periódico se hundió en poco tiempo (Quintá ya había saltado del barco siendo reemplazado por Enric Canals, que también había sido su sustituto en TV3)

Tertuliano anti-nacionalista

En su última etapa Alfons Quintá había recuperado algo de protagonismo apareciendo en medios desde los que denunciaba el control mediático en Catalunya a favor de los nacionalistas vía subvenciones. También fue uno de los primeros en poner la lupa sobre los hijos de Jordi Pujol cuando nadie les señalaba desde ‘El Debat’ y ‘Crónica Global’, lo que le granjeó duros ataques de otros periodistas (tremendo el de una tribuna de Alberto Saiz en ‘El Periódico de Catalunya’ acusando a Quintá de dejar de investigar a Pujol ‘cinco minutos antes’ de dirigir TV3).

Pero ni una vida con profundas contradicciones como era haber sido columnista en el diario separatista ‘Avuí’ y en el digital unionista ‘Crónica Global’ podía esperar un final sobre el que se posan las sombras más temibles que pudieran esperarse.

J. F. Lamata

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