Cuenta El Español que el ‘Carnicero de Mondragón’, Josu Zabarte, estuvo bien acompañado en Bayona escenificando el paripé del desarme.
Había dirigentes políticos dentro y fuera del escenario, representantes de la histórica Batasuna como Arnaldo Otegi, Rufino Etxeberria o Pernando Barrena. Estaba presente Eusko Alkartasuna por medio de Peio Urizar…
Y Podemos a través de la presidenta del Parlamento de Navarra, Ainhoa Aznárez y la líder de la formación morada en el País Vasco, Pili Zabala, entre otros. También se cruzaban entre la gente por las calles de Bayona caras conocidas como la del expreso de ETA, exsenador de Bildu y abogado de etarras, Iñaki Goioaga.
Ainhoa Aznárez y Josu Zabarte, el ‘Carnicero de Mondragón’.
Ainhoa Aznárez es la misma que no quiso guardar un minuto de silencio en febrero de 2016 por los desplazados forzados por el terrorismo de ETA. —Ainhoa Aznárez (Podemos) intenta evitar un minuto de silencio por los desplazados del terrorismo de ETA— También fue noticia por utilizar el coche oficial para irse de vacaciones con su marido. «Soy una presidenta del Parlamento euskaldun, feminista y republicana».
MALESTAR ENTRE LOS PRESOS
En La Razón el experto en terrorismo J. M. Zuluoga, habla del malestar que existe entre los presos de ETA y el aparato político de la banda:
«La postura maximalista de Otegui no se entiende salvo que quiere poner la venda antes que la herida a los presos, conocedor de que esas medidas que se habían dado como conseguidas a los reclusos se van a retrasar en el tiempo o, sencillamente, no se van a alcanzar nunca. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha dejado claro que no se va producir ningún tipo de contraprestación».
Edurne Uriarte habla de la posverdad de la ETA. Se ve que ha leído a Periodista Digital, el único medio que alzó la voz ante la infame entrevista de El País a Otegi:
Ahora se ha puesto de moda lo de la «posverdad», pero los etarras y quienes les han comprendido llevan varios años de exitosa posverdad. Consiste, por ejemplo, en llamar «lucha armada» a los asesinatos, «conflicto» al crimen y «diálogo y normalización» a la impunidad del asesino. O en presentar como «líder de la izquierda independentista vasca» a Arnaldo Otegui. Así lo hacía ayer John Carlin.
David Gistau desmonta en ABC la farsa de la pacificación etarra:
Sobre una parte de España sobrevuela hoy un maligno sentido de agradecimiento a ETA que, con la asistencia de personajes con afán curativo entre los cuales no es posible excluir ni siquiera al ocupante del Vaticano, ha sabido invertir la percepción de su derrota hasta transformarla en un indulto colectivo que nos dispensa graciosamente. Y por el cual estamos en deuda.
Y Carlos Cuesta en El Mundo no esconde su indignación con lo que llama ‘el desarme de las instituciones’. El relato que avanza es el que defienden los etarras:
Se trata de un discurso que avanza. El del olvido y la falta de gratitud. El de la negación del sacrificio realizado por cientos de familias en defensa de la legalidad, la Constitución y la propia nación española garante de todo este sistema de salvaguarda de derechos y libertades. Un olvido que se permite confundir la libertad de expresión con el insulto.