Todos los días tenemos un plan distinto filtrado por obsequio de la Moncloa para frenar al separatismo
La prensa se ‘traga’ el apoyo de Pedro Sanchez a la defensa de la legalidad y de la Constitución. Resulta que ahora el resucitado líder socialista del ‘no es no’ que lloraba en el hombro de Jordi Évole por no haber entendido a Podemos defiende la legalidad. Nos tranquiliza mucho que el mismo que no supo decir lo que era una nación ahora diga que está con la Constitución? ¿Lo sabe su socio el bailarín Miquel Iceta?
Como muestra el editorial de El Mundo:
Sánchez dejó claro a Rajoy que el PSOE «estará en la defensa de la legalidad y de la Constitución» y «contra cualquier intento de romperla». Esta posición es coherente con un partido que sigue siendo la alternativa de Gobierno al PP. Resulta balsámico que ambas formaciones sean capaces de exhibir públicamente su acuerdo, dada la magnitud del desafío secesionista.
¿Balsámico? No me hagan reír. Menos mal que Carlos Cuesta en el mismo diario sale a decir que cuidadito, que las cosas no son lo que parecen:
Es decir, que el mismo Sánchez que acaba de hacerse con el control del PSOE reivindicando que cualquier alianza hacia la izquierda es buena si expulsa al PP, sería en estos momentos el apoyo de ese PP frente al desafío separatista. ¿Es fiable ese apoyo?
La Razón también compra el engañabobos de Sánchez:
De ahí que el apoyo del líder del PSOE, Pedro Sánchez, a Mariano Rajoy ante la amenaza de la Generalitat de llevar a cabo un referéndum independentista refuerza el pacto constitucional y cierra filas ante un acto abiertamente ilegal.
Todos los días tenemos un plan distinto filtrado por obsequio de la Moncloa para frenar al separatismo.
Este 30 de mayo de 2017 La Razón nos cuenta que el Ejecutivo, al igual que en otras ocasiones respecto a decisiones que afectaban al «procés», invocará el artículo 161.2 de la Constitución, lo que conllevará que el Alto Tribunal suspenda ipso facto la decisión de la Generalitat, y, previsiblemente, lo ponga en conocimiento de la Fiscalía para que ésta pueda actuar penalmente contra los responsables de ese acuerdo.
Esperemos que esta vez tengan la amabilidad de avisar al Fiscal del Estado y no como hicieron el 9-N, que fue el último en enterarse de los conchabeos de Rajoy con Artur Mas, y al final el pobre de Torres-Dulce tuvo que irse a su casa a mirar películas de vaqueros.
De esta forma, se estaría ante un doble escenario. Por un lado, el Ministerio Público tendría abierta la puerta para la presentación de una querella por desobediencia a los mandatos del Tribunal Constitucional, que ya tiene ordenado en varias ocasiones que no puede tramitar en el Parlament ni aprobar por la Generalitat medidas que supongan en el fondo dar continuidad a las ya suspendidas por su vinculación con el proceso soberanista y por prevaricación administrativa, al haber adoptado una medida injusta a sabiendas.
Ignacio Camacho, otra alma cándida, está pletórico porque el Gobierno después de mucho tiempo a rastras de los acontecimientos, «ha encontrado, casi tropezando con él, un marco mental sólido y ventajoso sobre el conflicto catalán: el del golpe de Estado o, más exactamente, contra el Estado». ¡Menudo hallazgo!
Y si están hartos de toda la pasión de catalanes (Herrera dixit) pásense por la Tercera de ABC escrita por Serafin Fanjul:
La picota ya no es el del rey, ni de los señores feudales, ni de los concejos, ahora es propiedad de una izquierda tan sectaria como indocumentada (no sé qué es peor) y se aplica, con o sin dianas a la puerta, en el ámbito laboral, en los medios de comunicación a los profesionales que no se doblegan, o en la desaparición de la vida cultural de los réprobos discrepantes. España toda es una picota, se ha batasunizado completa.