El periódico no solo puede saber si lo que publica tiene fiabilidad, coherencia e interés, sino que tiene la obligación de saberlo
Son los días más delicados de Pedro García Cuartango al frente de El Mundo.
El periodista burgalés (Miranda de Ebro, 1955) no ha podido evitar cambiar ese estatus de ‘director en funciones’ que prácticamente le acompaña desde que fuera nombrado en sustitución de David Jiménez en mayo de 2016.
El presidente de la compañía, Antonio Fernández-Galiano, nunca ha puesto demasiado énfasis en ratificarle definitivamente en su puesto, que puede pender más que nunca de un hilo de cara a la Junta General Extraordinaria de Accionistas de Unidad Editorial del 6 de marzo de 2017 .
A esa sensación de ‘interminable interinidad’ se le viene ahora una situación nada agradable para un director que antes de serlo fue destacado editorialista: dos de sus columnistas más conocidos se le han rebelado precisamente por un editorial donde el periódico intentaba justificar su polémica información sobre la cuenta en Suiza del Rey Don Juan Carlos a pesar de la ausencia de pruebas concluyentes, algo que por otra parte, reconoce.
Arcadi Espada, en su blog en Elmundo.es, y Federico Jiménez Losantos, en su programa radiofónico ‘Es la mañana’, no han pasado por alto este extraño vaivén del diario que les mantiene en nómina como columnistas:
Espada ha sacudido estopa dialéctica a El Mundo y a su director Pedro García Cuartango a cuenta del editorial de este 31 de enero de 2017.
En su blog en Elmundo.es ha publicado una entrada que se llama ‘Alimentando el ruido‘ donde arremete abiertamente contra su propio diario.
El Mundo apareció con un editorial donde reconoce que el rotativo no puede determinar si el Rey Don Juan Carlos tuvo una cuenta en Suiza, «de lo cual no tenemos ninguna prueba», añade el escrito, pero aún así publicaron una información al respecto.
Comenta Arcadi que:
El periódico no solo puede saber si lo que publica tiene fiabilidad, coherencia e interés, sino que tiene la obligación de saberlo.
Y las comillas no le eximen de su responsabilidad. Si un policía dice que el Rey tiene una cuenta en Suiza y el periódico quiere publicarlo, su obligación elemental es comprobar en qué se basa una afirmación semejante. Si no lo hace, no es un periódico.
Como mucho será un buzzfeed, es decir, uno de esos ciclostiles que publican informaciones (sobre la vida sexual de Trump, por ejemplo) advirtiendo de que no sabe si son ciertas.
El Rey podrá tener o no una cuenta en Suiza. Pero a estas alturas de la investigación lo único que sabe el periódico, como su editorial confiesa, es que no sabe si el Rey tiene una cuenta en Suiza.
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Espada muestra su estupefacción ante tal despropósito a pesar de reconocer que las notas policiales que vincularían al Rey Emérito con el caso existen:
Yo mismo tengo la colección completa. Basta echarles un vistazo para saber en qué lodo fáctico, moral, e inevitablemente sintáctico, se asientan.
La única información interesante que podría desprenderse de ellas afecta a sí mismas. Al hecho de que hayan sido así pensadas y así escritas. Al lodo.
A la inquietante fragilidad, concretaré, con que el Estado español ha encarado las actividades del gobierno desleal de Cataluña
Finaliza de manera demoledora:
No solo yo digo eso. Lo dice el juez De la Mata y la fiscal del caso. ¡En los autos y en el propio periódico!
Y, sin embargo, el periódico vertebra las informaciones sobre la inquietante basura fijando, dando brillo y esplendor a uno de sus deshechos principales.
E incluso yendo más allá, ya con los dos pies en el vacío. Porque donde la nota, en un rasgo de sorprendente timidez, escribe «altas personalidades del Estado» el periódico sube una octava y escribe «Rey», sin citar la fuente que le permite justificar el saltito.
Y una vez escarbada la basura, el periódico, sí, se lava las manos.
En una línea parecida también habló otro columnista ilustre del diario, Federico Jiménez Losantos, en su programa de esRadio este 31 de enero de 2017:
Tú no digas nada, Fernando [Lázaro], que seguimos en ese periódico. Es increíble, un periodista comprueba sus fuentes para saber si es verdad lo que publica. Y si es verdad y es una cosa tremenda, lo lleva a portada.
[…] Dicen que lo de Juan Carlos no hay ninguna prueba, claro que hay pruebas pero no las han investigado.