Resaca de la sentencia del ‘caso Nóos’ en las tribunas de la prensa de papel de este 19 de febrero de 2017. Ahora, ya casi 48 horas después de conocerse el resultado, llegan análisis más profundos y comparaciones que necesariamente deben hacer plantear al lector si nuestra Justicia realmente merece llamarse así.
Alfonso Rojo, en La Razón, ofrece una reflexión a todas luces escandalosa y que deja a la Justicia a la mismísima altura del betún. La comparativa es clara, te meten más años en el truco por pillarte por las manos en la masa que por ser responsable de la muerte de unos menores:
¿No les choca que por meter la mano en la caja te caigan más de seis años y por provocar por pura avaricia la muerte de cinco niñas en una fiesta de Halloween sólo te endiñen cuatro? A mí me deja atónito.
Alfonso Ussía le mete un viaje al diario El Mundo por su valoración de la sentencia del ‘caso Nóos’:
Absuelta, ¿y ahora qué? Inocente, pero condenada para siempre. ‘Sentencia de mínimos’ titula El Mundo, con la consternación impresa en el discreto gramaje de su nuevo papel.
En ABC, Ignacio Camacho se sorprende por la capacidad de la Infanta Cristina de no tener un atisbo de arrepentimiento:
Ante todo ese deterioro, la Infanta Cristina no ha movido un dedo. Como si nada le concerniese, como si ninguna responsabilidad le afectara. Impermeable a la autocrítica, a la contrición, al arrepentimiento.
José María Carrascal recuerda que la Infanta no ha sido condenada, pero tampoco absuelta del todo:
Es verdad que la Infanta no ha sido condenada. Pero tampoco completamente absuelta: ahí está su responsabilidad a título lucrativo, por la que ha tenido que abonar una suma.
Arcadi Espada, en El Mundo, carga contra el magistrado que se empeñó en empurar penalmente a la Infanta y le salió la sentencia por la culata:
La absolución de la Infanta es el lado más visible del fracaso del juez Castro.