El tema catalán, con el doble juicio que está habiendo estos días por un lado a los (ir)responsable de convocar el 9-N en 2014 y, por el otro, a los del saqueo del Palau de la Música a cuyos autores se les acusa de un delito de desviación de fondos de entre 18 y 35 millones de euros, es el tema esencial que van a hallar este 1 de marzo de 2017 en las tribunas de opinión de la prensa de papel.
Federico Jiménez Losantos, en las páginas de El Mundo, atiza al Rey Felipe VI y a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, por reírle las gracias al separatismo catalán y dejar al albur del desamparo al resto de los españoles:
Por desgracia, no es que el Gobierno y el Rey hayan abandonado a los catalanes españoles sino que sólo tratan, dialogan, se ríen y financian a los catalanes que a diario combaten a España y a la libertad.
Santiago González destaca la capacidad de Francisco Homs para hacerse el tonto delante de todo un tribunal como el Supremo:
Es preciso destacar que este hombre tiene una especial habilidad para hacerse el tonto y que este es un papel en el que bordea la perfección y a veces nos la contagia a los mirones.
Raúl del Pozo hace un genial juego de palabras referido a lo que está sucediendo en Cataluña:
Hemos pasado del procés al proceso. Los políticos de la antigua Convergència se sientan en unos banquillos por corruptos y en otros, por ‘patriotas’.
David Gistau, en ABC, comenta la famosa foto en la que Soraya Sáenz de Santamaría parece encanta de sentirse protegida por Oriol Junqueras:
Es posible, dado que nos falta contexto en la imagen congelada, que se disponga a hechizarla para el independentismo por imposición de manos.
Alfonso Ussía, en ABC, le recuerda al bravucón Homs una verdad histórica:
Si el General Franco se volcó en injusticias provechosas a favor de una región, esa región fue sin duda, Cataluña.
El editorial de El País considera que el gobierno de Puigdemont pretende dar un duro golpe a la legalidad para conseguir su capricho secesionista:
El secesionismo catalán busca legitimidad en el desprecio a la calidad de la democracia española.
Antonio Burgos está ‘derrumbado’ todavía por la derrota de Errejón, ya que eso le ha dejado sin saber qué significa una palabra que él entiende vital para comprender la gran política:
Errejón perdió y esta es la hora que sigo sin tener zorra idea de qué pueda ser ese invento suyo de la transversalidad. ¿Habrá quien se apiade de mí.
Ignacio Camacho comienza a temer que el PSOE acabe eligiendo como patrón del partido al señor del ‘no es no’, es decir Pedro Sánchez:
El PSOE ha alcanzado un grado inquietante de autodesconfianza en el que se le ve capaz de votar contra sí mismo.