Palos a un exportavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid por abstenerse en una votación a favor de que se recibiera a los familiares de un preso político en Venezuela, la sentencias desproporcionadas de la Justicia o la visita a bombo y platillo de Pablo Iglesias a un delincuente conforman el menú de las tribunas de opinión de la prensa de papel este 5 de marzo de 2017.
Alfonso Ussía, en La Razón, muele a palos al socialista Antonio Miguel Carmona por abstenerse en la votación para que el Ayuntamiento de Madrid reciba a los familiares de Leopoldo López, el opositor venezolano encarcelado por el chavismo en la prisión de Ramo Verde:
Se ha comportado y manifestado como un inane cobarde y de gallináceo proceder. Carmona ha optado por la abstención, por el apocamiento, el desmayo y la collonería. Se ha arrinconado a sí mismo con su gastroenteritis política y su correntía ideológica y es visto por sus compañeros de partido como un ridículo espantapájaros que a ningún ave espanta.
Alfonso Rojo se fija en el ‘simpa’ de unos gitanos rumanos para ir a lo general y ver cómo la Justicia en España, lamentablemente, aplica penas que no siempre son justas ni proporcionadas:
Piensen en el autobús de Hazte Oír y la capilla de Rita Maestre, en los de las tarjetas black y el del Madrid Arena, en Urdangarín y en la etarra Majarenas, en Felipe González y los facinerosos que lo silenciaron en la Autónoma.
Juan Pablo Colmenarejo destaca en ABC el enésimo despropósito del líder de Podemos con su visita al delincuente Andrés Bódalo:
Iglesias se solidariza con el autor de una paliza mientras repudia a quien la recibe. Cada uno asesora y se financia donde quiere.
Antonio Burgos hace un elogio de Mercadona y le suelta un palo tremendo a quienes critican este modelo de supermercado que es modélico se mire como se mire:
Aunque no sé por qué, una cierta izquierda radical y antisistema la tiene tomada con Juan Roig y con Mercadona.
Luis Ventoso atiza duro a Ada Colau por priorizar a los okupas que a los ciudadanos que se desriñonan diariamente para sacar adelante la economía de Barcelona:
Por cada okupa que toda la flauta y se rasca el bandullo hay millones de personas en la economía real, que trabajan duro para pagar sus hipotecas y dar una buena educación a sus hijos.
Jon Juaristi, al hilo de la polémica del autobús de Hazte Oír, tiene claro que en España al católico se le tiene, nunca mejor dicho, crucificado:
La derecha católica no espabila. No se entera (o finge no enterarse) de que vive en un continente y en un país donde se persigue al cristianismo. Y no para de tropezar en las trampas retóricas del enemigo.
Ignacio Camacho le mete un palo a los televisiones autonómicas, en especial las que se dedican a fomentar el más rancio de los nacionalismos:
La tele vasca y, sobre todo, la catalana son máquinas expendedoras de telebasura política y de consignas al servicio de sus patrocinadores.
Fernando Sánchez Dragó, en El Mundo, considera que a los crímenes de violencia de género se les está dando mucho bombo y platillo y que tal vez esa sobredimensión provoca mimetismos. Por eso, reconoce, él nunca ofreció esas noticias en su informativo:
Decidí yo, cuando dirigía el informativo nocturno de Telemadrid, que en él no se daría noticia alguna concerniente a lo que en otros tiempos llamaban crímenes pasionales. Si acerté o me equivoqué es cosa que ignoro.