Ágatha se queda con la casa de Mallorca en Costa de los Pinos y con la vivienda familiar del madrileño Paseo de la Castellana
Dentro de unos días, hacia el 14 de este mes de abril, Pedrojota Ramírez y Ágatha Ruiz de la Prada volverán a encontrarse cara a cara después de mucho tiempo sin verse ni tener contacto más que a través de sus abogados (¿Qué opina Agatha Ruiz de la Prada del vídeo sexual de Pedrojota? «El culpable fue Cebrián»).
El encuentro tendrá lugar con el objetivo de firmar su divorcio, el último trámite que les quedaba para finalizar una relación de casi 30 años y un matrimonio de apenas unos meses (A Agatha Ruiz de la Prada se le cae el mundo encima cuando ve en los periódicos a la novia de Pedrojota).
Según publica Informalia, el periodista y la diseñadora pusieron fin a su vida en pareja a comienzos del otoño, cuando el director de El Español le comunicó a su esposa que estaba enamorado de otra mujer.
Agatha y Pedrojota se habían casado en junio de 2016, en una discreta ceremonia con la que legalizaban una relación de 25 años y después de dos hijos en común (La hija de Pedrojota Ramírez y Ágatha Ruiz de la Prada reconoce por primera vez que es bisexual).
En un primer momento, el periodista no dijo el nombre de la mujer por la que rompía su matrimonio, pero poco después posaba con ella y la presentaba en un acto público.
Se trataba de Cruz Sánchez de Lara, una abogada feminista y especializada en Derecho de Familia y miembro del consejo del diario que dirige Pedrojota.
A petición de la diseñadora, Pedrojota abandonó el domicilio familiar que compartía con Ágatha y sus dos hijos, y desde entonces vive con su novia, primero en casa de la abogada y desde hace semanas, en un piso que han comprado en el barrio de Salamanca.
En el proceso de divorcio, en el que los dos han estado de acuerdo en no ir a juicio, Pedrojota, que es más agarrado que un chotis, se ha visto obligado a ser ‘generoso‘ con Agatha Ruiz de la Prada.
Dicen los aduladores del periodista, que afrontó el asunto ‘dispuesto a darle todo lo que fuera necesario y queriendo evitarle sufrimientos‘, pero los que le conocen a fondo aseguran que cada cesión económica le ha dolido como si le extirparan un riñón.
Agatha ha llevado la separación con tristeza y con un fuerte shock físico y anímico; y a pesar de las supuestas ‘buenas intenciones‘ de su ex marido, no ha querido firmar los últimos documentos con los que los dos recuperaban su libertad, hasta ver con claridad el reparto patrimonial.
Ágatha se queda con la casa de Mallorca en Costa de los Pinos y con la vivienda familiar del madrileño Paseo de la Castellana, pero quería que pasara a nombre de sus hijos Tristán y Cósima y hasta que no han acabado esos trámites no ha querido firmar el divorcio.
Con este punto final, Agatha dice ahora quiere mirar hacia adelante, duda si echarse novio, y emprender una nueva vida social, personal y profesional. El verano será clave (Ágatha Ruiz de la Prada trata de olvidar el ‘feo’ de Pedrojota con un joven político de frondosa melena).