Variaditas vienen las columnas de papel este 10 de mayo de 2017. Desde el tema de la tumba de Franco, mantra habitual de quienes no tienen ideas ni alternativas que presentar, a los tejemanejes financieros de la ‘abadesa’ Marta Ferrusola, mujer de Jordi Pujol y terminando con los análisis electorales del CIS.
Federico Jiménez Losantos cuenta en las páginas de El Mundo que teme que el líder de Ciudadanos, por presiones mediáticas, vote a favor de abrir la tumba de Franco para que sea llevado a otra parte:
Rivera vive obsesionado con lo que muge Iglesias al rojo vivo y temiendo que le llame franquista laSexta.
La Razón le mete un palo en su editorial al PSOE por reavivar una vez más el tema del franquismo y del guerracivilismo:
Busca con la muleta del antifranquismo tapar sus carencias programáticas e ideológicas. También que se identifique al Partido Popular como supuesto depositarios de un criptofranquismo inexistente.
Santiago González pone en tela de juicio, y con razón, los sondeos electorales del CIS:
Un sondeo que sitúa a un tipo como Alberto Garzón como el segundo líder en la preferencia de los españoles no es de fiar.
No obstante, al genial columnista del diario de Unidad Editorial se le debió mover la tabla porque en realidad Garzón no fue segundo, sino tercero. La ‘plata’ del CIS fue para uno de los líderes de las confluencias podemitas, Xavier Domenech, en En Comú Podem.
El País celebra el sondeo del CIS que le otorga al PSOE el segundo puesto, aunque cree que la expectativa de voto será mayor una vez pasen las primarias del 21 de mayo de 2017 y haya líder en Ferraz:
Mientras el PSOE no complete la renovación de su liderazgo con las primarias del próximo 21 de mayo y abrace una línea visible como alternativa de Gobierno, seguirá lastrado por una expectativa de voto muy por debajo de lo que le corresponde
Ignacio Camacho, en ABC, se centra en la famosa carta de Marta Ferrusola, la abadesa, y pese al cachondeo generalizado de lo de los misales, considera que si se replantea el lector algunos hechos, tal vez la misiva ya no produzca tanto cachondeo:
Décadas de embustes, de ocultación, de concusiones camufladas bajo la cínica solemnidad de una misión histórica. Ahora volvamos a la carta de marras: ¿a que ya no parece tan graciosa?
Álvaro Martínez relata como los Pujol pasaron de una modesta existencia a amasar a espaldas de Hacienda un fortunón:
Los once millones de pesetas y el conventillo de Premiá que el abuelo Florencio dejó en herencia a la cofradía se convirtieron en (al menos) 70 millones de euros.
Alfonso Ussía, en La Razón, le pone un desopilante nombre a la mujer de Jordi Pujol, Marta Ferrusola:
Produce sonrojo el terror que aún inspira en una buena parte de la alta buguesía catalana, a muchos de cuyos miembros, tanto Pujol, como Sor Trincona, como sus muchísimos hijos tienen agarrados por los dídimos (huevos).
