Variedad de temas este 25 de mayo de 2017 en las tribunas de opinión de la prensa de papel. Tenemos desde el reto secesionista en Cataluña, con un Gobierno que sigue a verlas venir, a los ‘nuevos’ tiempos en el PSOE o como en Podemos siguen teniendo la habilidad de no condenar el terrorismo yihadista.
Isabel San Sebastián habla sobre el reto secesionista catalán y cómo las instituciones no están haciendo nada al respecto:
Lo que está urdiéndose en Cataluña es un golpe de Estado en toda regla, perpetrado ante la indiferencia cómplice de las instituciones democráticas obligadas a impedirlo.
Arcadi Espada, en El Mundo, se sorprende de que, valga la redundancia, le sorprenda a los demócratas de bien el texto del borrador secreto de la ley de secesión. ¿Acaso esperaban otra cosa?
Lo extraño es que hayan tenido que leer el texto para calificar el plan. Dijera lo que dijera, ese proyecto de ley es un golpe en sí mismo y como tal debe ser combatido y sus responsables castigados.
Raúl del Pozo no considera que los independentistas catalanes logren su propósito. Es más, considera que su objetivo es únicamente ganar las próximas elecciones:
No darán el golpe, no llegarán siquiera a la pantomima. En realidad, lo que están buscando son votos para ganar nuevamente unas elecciones autonómicas
Fernando Rayón, en La Razón, exige al Gobierno de España que no deje tirados a esos catalanes que no comulgan con la secesión:
En Cataluña hay otra forma de violencia. Ya han empezado las amenazas, nada veladas por cierto. Por eso, ahora es el momento de que el Estado, el Gobierno, ampare y defienda a sus ciudadanos.
Luis Ventoso, en ABC, destroza a Pablo Iglesias por no condenar al yihadismo tras la matanza de Manchester:
Es un político dañino, con un compás moral atrofiado. Es un miserable instalado en la frivolidad del eterno adolescente.
Ignacio Camachorecuerda a los lectores cuál es el verdadero objetivo del nuevo-viejo secretario general del PSOE:
Sánchez no tiene un proyecto de nación, ni siquiera de partido; su proyecto es exclusivamente personal y consiste en alcanzar la Presidencia del Gobierno.
Salvador Sostres aconseja a los socialistas una serie de pautas, entre ellas la de acabar políticamente a Sánchez si pretenden que el PSOE tenga futuro:
Si no queréis agonizar en la marginalidad hasta desangraros, más temprano que tarde tendréis que matar a Sánchez. Lo de «El País» con Borrell fue sórdido pero sirvió.
Alfonso Ussía, en La Razón, se parte con los discursos de Pedro Sánchez:
Me quedo con los afiliados y las afiliadas que han colaborado con los afiliados y las afiliadas. Eso, al menos, tiene un diagnóstico cristalino: Es una gilipollez.