El fiscal jefe Anticorrupción se lleva este 1 de junio de 2017 la palma en las tribunas y editoriales de la prensa de papel. Cierto es que Manuel Moix ya estaba señalado y hasta reprobado en sede parlamentaria. Pero lo de no comunicar la sociedad que tenía en Panamá junto a sus hermanos le ha terminado de fulminar.
Jaime González, en ABC, asegura que no hay forma de poder dar la cara por el fiscal jefe Anticorrupción:
Lo lamento, pero Moix se ha equivocado tanto que no hay manera de salir en su defensa.
Mayte Alcaraz ve razones ocultas en las presiones a Moix, más allá de esa sociedad en Panamá:
Ser propietario del 25% de una sociedad radicada en Panamá que es dueña de una casa en Collado-Villalba valorada en 550.00 euros no es la mejor carta de presentación de un fiscal, aunque nada de ilegal tenga.
El editorial de La Razón considera que Moix tiene que dejar su cargo por razones estéticas:
Pensar que un fiscal dueño de una sociedad en un paraíso fiscal como Panamá sería asumido casi como algo normal es como poco una ingenuidad, cuando no una torpeza.
El País lo dice bien claro, Moix, a la calle:
Si nadie que haya operado en paraísos fiscales puede estar en el Gobierno, como dijo Montoro, tampoco es aconsejable que esté al frente de la lucha contra la corrupción.
En El Mundo, Teodoro León Gross entiende que lo de Panamá no es más que la puntilla, la propina que definitivamente empuja a Moix fuera de la Fiscalía Anticorrupción. Entiende que este fiscal jefe está amortizado desde el momento en que Ignacio González lo nombraba en una conversación:
Ser El Deseado de uno de los personajes más siniestros de la corrupción autonómica del partido en el poder ya situaba la figura de Moix en el tablero de intereses.