La segunda jornada de debate ha estado marcada por el duro cruce dialéctico entre Albert Rivera y Pablo Iglesias. Entre los dos ha habido descalificaciones, criticas personales y un tono muy despectivo. El líder de Podemos ha acusado a Rivera de ser el escudero del PP y el líder de Ciudadanos le ha reprochado ser el instrumento útil de los independentistas.
Durante su intervención, Albert Rivera ha culpado al líder de Podemos que «aquí, nadie más que usted» es responsable de que Mariano Rajoy sea hoy presidente, insistiendo en que «si Podemos no existiera», el líder del PP no sería presidente del Gobierno.
Rivera, que ha recordado en su intervención que Podemos votó en contra de la investidura del secretario general socialista, Pedro Sánchez, después de las elecciones del 20D, ha criticado su modelo de Gobierno con propuestas «fracasadas» en otros países que no son ninguna solución.
De las once propuestas que defendió ayer en la primera sesión, ha señalado Rivera, que fue «lo único constructivo» que se escuchó, siete están ya aprobadas o en tramitación parlamentaria.
Ha recomendado a Iglesias que «salga del autobús y vuelva a la Cámara» porque al paso que va se aprueba todo «y no se ha enterado». Y como ejemplo ha citado una «buenísima» -ha bromeado-, acabar con el secreto bancario cuando «los españoles saben que el secreto bancario no existe en este país.
Cree que Podemos básicamente es «Demoliciones Iglesias» porque quiere derribar toda la casa, «y a lo que lo ven Bildu y ERC, se apuntan a tocar el botón».
No es extraño entonces lo que cuenta Javier Redondo en El Mundo sobre el asco que le provocan a los de Podemos los de Ciudadanos:
«En algunos distritos de Madrid, los concejales morados se refieren a los de Cs como falangitos. Consideran que Rivera y sus muchachos son los culpables de todos los males de Iglesias y su troupe. Comparten el delicioso manjar del voto joven, descontento e indignado. Cs representa la bicha; es el tabú de Podemos porque reivindica el acuerdo frente a los antagonismos, levanta la barrera de la división frontal y constituye su mímesis para las clases medias. Es un incómodo e irritante compañero de cuadrante en el apurado tránsito de lo emergente a lo institucional. Por eso Iglesias no se cansa de trazar nuevas y coléricas rayas fronterizas». Si una casa tiene goteras se arreglan las goteras y el techo» pero «no hay que demoler la casa». «Necesitamos líderes que ayuden a arreglar la casa y Cataluña también como parte de la casa», ha añadido.
Se ha preguntado si el líder de Podemos no se ha parado a reflexionar por «un instante» sobre por qué solo se han sumado a su moción de censura a Rajoy ERC y la antigua Batasuna, que son los «únicos que dicen claramente que hay que liquidar España».
«¿No será usted la persona útil que han encontrado Puigdemont, Junqueras y Batasuna para destruir este país?», le ha preguntado Rivera en el Pleno del Congreso durante el debate de la moción presentada por Unidos Podemos, donde ha subrayado que Iglesias «no puede ser presidente del Gobierno si no se compromete a defender la igualdad y la unión» de todos los españoles.
Además, ha señalado que frente a lo que dijo ayer Rajoy de él, no cree que sea ambiguo sino al contrario, juega «muy claro» porque apoya el referéndum soberanista y por tanto apoya «saltarse las leyes y liquidar la soberanía nacional».
Albert Rivera ha advertido al líder de Podemos que los españoles tienen a cambiar estatutos o la Constitución, pero «no existe el derecho a dividir» ni a «enfrentar a catalanes entre sí».
Tras recordar que las constituciones de países como Alemania o Francia defienden la unidad y en este último caso no permite ni siquiera reformar los artículos que la recogen, ha invitado a Iglesias que se lea la Constitución americana, que empieza con la frase «we the people» y no «me the people», que es, ha dicho, lo que defiende el líder de Podemos.
En el artículo 114.2 de la Constitución se establece que si el Congreso aprueba una moción de censura, el Gobierno deberá presentar su dimisión al Rey y el candidato votado en la moción se entenderá investido de la confianza de la Cámara y, a continuación, el monarca le nombrará presidente del Gobierno.
Iglesias ha respondido así a Rivera, al que ha acusado de estar en política «básicamente para que nada cambie». «No sirven para nada en política, más que para sostener al PP», ha enfatizado.
Con tono condescendiente, Iglesias ha calificado a Rivera de «cínico», le ha acusado de ser «el bastón del PP», le ha dicho que podrá enseñar a «vender productos bancarios» pero que eso nada tiene que ver con la política o el derecho constitucional. «Mucho ruido, mucho marketing y pocas nueces», ha considerado. Iglesias también la ha dicho a Rivera que «para afiliarse al PP en 2002 hay que ser bastante facha».
El líder de Ciudadanos ha señalado que «por suerte» no habrá que elegir «entre lo malo y lo peor» porque hay una España «que se pone en marcha», ha dicho recordando el lema del presidente francés Emmanuel Macron, y que tendrá, ha señalado, «un futuro distinto».
«Y no será usted el futuro de España», ha advertido Rivera a Iglesias, a quien ha acusado de no tener un proyecto para el país sino para sí mismo y ha añadido que a Ciudadanos le «sobran los motivos» para no apoyar la moción de censura.
También se ha centrado en Cataluña al advertir a Iglesias de que «nadie puede ser presidente si no se compromete a defender la convivencia, la unión y la igualdad de la nación», reprochándole de nuevo que tenga como aliados a Bildu y ERC.
En su turno de réplica, Pablo Iglesias ha echado en cara al presidente de Ciudadanos que se presente como el adalid de la regeneración cuando el PP, «el partido más corrupto de Europa», gobierna gracias a su formación. «No pueden hablar de regeneración apoyando a este partido», ha dicho.