No se hagan vanas esperanzas de encontrar este 15 de junio de 2017 otra cosa que no sean análisis de la fallida moción de censura de Podemos al Gobierno de Mariano Rajoy. Editoriales y tribunas de opinión se reparten entre los palos a Podemos y alguno que otro al PSOE por su ambigüedad.
El editorial de ABC avisa del peligro de la nueva mano tendida del PSOE a Podemos:
Los socialistas abrieron puertas a futuras alianzas con Podemos, lo cual es preocupante. Rajoy lo sabe de sobra, pero cuenta con la doble ventaja de que Sánchez parece haber aprendido de la nula fiabilidad de Podemos.
Jaime González recuerda a Pablo Iglesias, indignado con la mención personal que hizo Rafa Hernando (PP) sobre Irene Montero, que él ha protagonizado otros episodios más chuscos:
No seré yo, Dios me libre, quien invada la cueva del macho alfa, pero lo ocurrido -salvando las distancias- es como si un paparazzi pone el grito en el cielo porque le fotografían con su pareja tomando el sol en la terraza de su casa.
Ignacio Camacho cree que la moción de censura no iba contra el Ejecutivo de Mariano Rajoy:
La moción de Podemos no era contra el Gobierno sino contra el régimen: contra la Transición, contra la Constitución, contra la reconciliación, contra la Corona, contra la estabilidad del Estado.
Isabel San Sebastián cuenta que el repaso que se llevó Iglesias en el debate de la moción de censura lo provocó él por su incontinente verborrea:
Tanta arrogancia, tanta suficiencia, tanta condescendencia ególatra vomitada en peroratas dignas de un híbrido entre Castro y Chavez acaban afilando la lengua de cualquier diputado que se precie.
Mayte Alcaraz destaca en su tribuna que de los 350 diputados que conforman el Congreso, de 348 no se conoce su vida personal y sólo dos la han puesto en ese escaparate que tanto les molesta luego que se cite:
Hay dos parlamentarios que han puesto sus propias puertas giratorias -tan denostadas por el populismo- entre su intimidad y su ruidosa carrera política. Son Pablo Iglesias e Irene Montero.
El País le mete una buena tunda al PSOE por su mano tendida a Podemos:
Con un PSOE seguro de sí mismo y sin complejos, Podemos habría quedado retratado como lo que es bajo el liderazgo de Iglesias: una formación radical incapaz de poner de acuerdo a aquellos progresistas, que son muchos, que disienten de Rajoy.
La Razón cree que el PSOE perdió una ocasión de oro de distanciarse de los podemitas:
José Luis Ábalos fue lo suficientemente ambiguo como para que Iglesias reiterase su propuesta y se sumase a la operación de ‘echar al PP de las instituciones’.
Alfonso Ussía se troncha de los novios Pablo Iglesias e Irene Montero:
El amor es precioso, y felicito desde aquí al novio y a la novia. Pero no resulta práctico en la política. Rajoy habló poco y los apabulló. Una segunda moción de censura, y el PP recupera la mayoría absoluta.
Javier Redondo, en El Mundo, cree que la rabia del líder de Podemos al de Ciudadanos ha sido clave para que a día de hoy no haya en la Moncloa un Gobierno populista:
La ojeriza de Iglesias hacia Rivera supuso la salvación de la libertad que hoy, 15-J, celebramos.
Teodoro León Gross deja claro que la formación de Pablo Iglesias sale retratada (para mal) de la moción de censura:
La imagen final de Podemos no es La Gran Alternativa. Antes bien, se retratan como partido aislado con los apoyos poco honrosos de ERC y Bildu.
Raúl del Pozo opina que habrá que estar atentos a la relación que a partir de ahora pueda haber entre podemitas y socialistas:
La votación final ha dejado claro que el Gobierno sigue expuesto a que la nueva relación entre Unidos Podemos y el nuevo PSOE pueda formar una fuerza alternativa para volver a intentar otra moción de censura.