Y que los partidarios del régimen del 78 sabemos muy bien lo que es un preso político. Algo que no se parece nada a alguien que es detenido por violar una Constitución democrática
Brutal mano de palos de Jorge Martínez Reverte a Pablo Iglesias y Ada Colau este 22 de septiembre de 2017 desde las páginas de El País. Hacía tiempo que no se leía nada tan demoledor. Un continuo racimo de bofetadas hecha columna de opinión y que lleva por título ‘Movilización’.
Pablo Iglesias y Ada Colau han dejado de hacerme gracia. Son dos desdichados ejemplos surgidos de movilizaciones populares simpáticas que se han convertido en dirigentes populistas que no acaban de casar bien con proyectos sólidamente democráticos
Escribe el periodista y escritor, al que a buen seguro ya le estarán dando su merecido las hordas podemtias que pululan por las redes sociales.
Explica Reverte lo siguiente:
Este líder, devenido en extraordinario dirigente, llamado Pablo Iglesias, ha concluido, en colaboración con la no menos extraordinaria Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, que el llamado procés merece ser apoyado porque se trata de una movilización. Supongo que quiere decir popular y alejada de las élites. Nada que ver, por ejemplo, ni con Puigdemont ni con Junqueras.
Como las manifestaciones fascistas que se daban antes por el 20-N.
Añade:
¿Exagero? Nada en absoluto. Las manifestaciones, muy numerosas y llenas de jóvenes, de emocionado recuerdo al sátrapa que llamaban caudillo, eran movilizaciones populares que reunían a millares de entusiastas y desinteresados jóvenes que pensaban, como los militantes anarquistas de la CUP y los leninistas de Podemos, que España se merece un sistema con menos libertades individuales, por ejemplo, que las que identifican a un Estado liberal.
Y remata, pasaportando a ambos dirigentes por todo lo alto:
Alguien de su confianza le tiene que explicar a Iglesias que una movilización se puede considerar positiva o negativa en función de lo que explícitamente persiga.
Y que, por ejemplo, una palabra tan hermosa como «independencia» puede estar emboscando un repugnante proyecto xenófobo. Y que los partidarios del régimen del 78 sabemos muy bien lo que es un preso político. Algo que no se parece nada a alguien que es detenido por violar una Constitución democrática