El rotativo de Planeta le da un tirón de orejas al periódico de Bieito Rubido

La Razón le mete un estacazo al ABC por su «mentiroso» editorial del ‘Día de los Difuntos’

"Lo inmoral es que siga llevando anuncios de contactos un periódico que se confiesa católico"

La Razón le mete un estacazo al ABC por su "mentiroso" editorial del 'Día de los Difuntos'
Francisco Marhuenda, director de La Razón, una página de anuncios de contactos y Bieito Rubido, director de ABC PD

Guerra en el papel. La Razón ha saltado este 2 de noviembre de 2017 a la yugular de ABC por el editorial que se marcó el 1 de noviembre de 2017 en el que acusaba al diario de Atresmedia poco menos que de las siete plagas bíblicas.

Así se expresaba el diario de Vocento para sacudirle a su competidor:

Una y otra vez, los medios del grupo Atresmedia (‘La Razón’, La Sexta, Antena 3 y Onda Cero) divulgan comentarios falaces y ofensivos contra Vocento y sus marcas, entre ellas ABC. Como norma general no nos rebajamos a atender este tipo de informaciones falaces, cuyo objeto es intentar superar a un competidor mediante las peores mañas. Pero ante la reiteración de los ataques creemos que nuestros lectores merecen saber qué hay detrás de la campaña de Atresmedia.

Detallaba que:

Los periódicos de Vocento, al igual que la práctica totalidad de nuestros colegas, han venido informando de que el abogado barcelonés Mauricio Casals, presidente de La Razón y consejero de Atresmedia, está imputado en la operación Anta, acusado de influir para desviar ayudas públicas. También, y del mismo modo que la mayoría de los medios, hemos relatado que Casals fue imputado en el caso Lezo por sus presiones sobre la presidenta de la Comunidad de Madrid, al igual que el periodista Francisco Marhuenda, director de «La Razón», sobre el que pesó idéntico oprobio. Las acusaciones han sido sobreseídas de manera provisional, pero Edmundo Sobrino, exconsejero de «La Razón» y hombre de confianza de Casals en múltiples negocios, continúa en la cárcel. En diciembre, el propio Casals volverá a comparecer como imputado ante la Audiencia Nacional por el citado caso Anta.

Y concluía:

Por último, también informamos en su día sobre la polémica que rodeó la fusión de La Sexta y Antena 3, germen del grupo Atresmedia. En 2012, la Comisión Nacional de la Competencia se opuso a la operación, claramente anticompetitiva. Pero un Consejo de Ministros celebrado un 24 de agosto de ese año le otorgó luz verde. El Gobierno de Rajoy dio así carta de naturaleza a una televisión que ha desestabilizado gravemente la vida pública española, dándole eco a partidos antisistema. Nuestros medios rechazan tales prácticas y enmarcan su labor en una respetada tradición editorial, más que centenaria en la práctica totalidad de sus cabeceras, incluido ABC. Seguiremos siendo fieles a ese espíritu editorial y empresarial. No nos vamos a rendir ni renunciaremos a la verdad. Pierdan toda esperanza quienes nos difaman.

La Razón, ante ese editorial, se lanzó a tumba abierta:

Negando la realidad no se consigue eliminar la verdad de los hechos, sólo su ocultación. La realidad pervivirá, se niegue o no. Es el peor síntoma para que una empresa deje de gestionarse correctamente. Parece que el grupo Vocento ha entrado en esta dinámica destructiva cuando decide atacar a su máximo competidor. Lo peor que le puede pasar a un medio de comunicación es que sus ventas, es decir, el número de lectores, esté por debajo de lo que cree, dice o difunde. Pero dada su persistencia en el engaño y la manipulación informativa, nos vemos obligados a responder a un editorial publicado ayer en ABC.

Y empieza aclarándole varios aspectos, empezando por el de la imputación a Marhuenda:

Mienten cuando dicen que directivos de LA RAZÓN están imputados en algún caso que tenga que ver con influir en decisiones políticas. En esto también se han quedado anticuados, porque ya no existe el término «imputar», sino que se denomina «investigar». Pero no sólo eso, sino que deben utilizar una bola de cristal para redactar sus informaciones, ya que imputaron cuando todavía nadie está imputado. Con estos antecedentes, no sorprende que un periódico en franco retroceso como «Abc» optara por publicar un editorial tan inconsistente y falso en sus acusaciones en un día tan señalado como el de Difuntos. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, reconoció que no había habido ningún tipo de presión de este diario y de sus directivos. En apenas 48 horas, la Audiencia Nacional sobreseyó el caso. Parece que «Abc» quiso ocultar esta información a sus lectores, como también utilizó el nombre de algunos encausados queriendo vincular sus negocios privados con esta cabecera.

Le recuerda los éxitos que ha tenido el grupo Atresmedia:

Esconder el fracaso en los éxitos ajenos sólo alivia la frustración, pero no resuelve el problema, como decir que la fusión de Antena 3 y La Sexta estuvo envuelta en la polémica. Esta operación no sólo se ha ajustado a derecho, sino que ha sido un éxito. No hay que olvidar que previamente, el 18 de diciembre de 2009, se produjo la fusión de Telecinco y Cuatro. Estos procesos fueron coherentes con lo que ha sucedido en el mercado televisivo europeo. Quizá sea ese el problema que ahora quiere de nuevo airear Vocento, sobre todo cuando ese grupo fue beneficiario de una licencia de televisión que, por su desastrosa gestión, se vieron obligados a ceder en régimen de alquiler. Insistimos: los lectores deben saber toda la verdad.

Más pueril nos parece acusar a La Sexta de haber «desestabilizado gravemente la vida pública española». Muy desesperada debe ser la situación en Vocento para recriminar a una cadena seria, con un gran plantel de profesionales y con pulso periodístico, haber favorecido a Podemos, sin atender la única razón periodística que les mueve: la pluralidad y dar cabida a todas las opciones ideológicas. Sería como acusar a ABC del ascenso en las expectativas de votos de Pablo Iglesias por haber participado éste en un foro organizado por ese periódico, como así sucedió el 10 de noviembre de 2015 en el Casino de Madrid. Por contra, La Sexta es una televisión de Estado, como se ha demostrado en su posición en las grandes cuestiones institucionales, como el desafío del independentismo catalán o la abdicación del Rey. La realidad es que el Grupo Vocento no quiere aceptar que LA RAZÓN, un periódico joven, fundado desde el respeto a sus competidores, apenas hace veinte años, supera en ventas, no sólo en Madrid, sino en toda España, al centenario ABC

Le pone negro sobre blanco las pérdidas económicas de ABC:

¿Qué es lo que está pasando en Vocento para que este grupo responsabilice a LA RAZÓN de sus pérdidas? En primer lugar, no cabe duda de que es por la situación del mercado, pero también por sus propios errores. No podemos alegrarnos, como es razonable, del tijeretazo que Vocento plantea para la plantilla de ABC porque afectará a sus empleados, pero sí llamar la atención de que contrarrestar las pérdidas -en el primer semestre del año los ingresos se redujeron el 6,1%- sobre el capital humano es realmente alarmante, sobre todo si con ello lo que se busca es mantener a salvo a los directivos, que, por cierto, parece que invierten más tiempo en saldar sus diferencias que en buscar soluciones.

Y finalmente le lanza un recado al arzobispo de Madrid para que se pronuncie sobre la inserción de anuncios de contactos en el católico ABC:

Como apuntábamos, la crisis ha sido dura para todos y lo importante era salir lo menos dañado posible en la estructura de la plantilla y en la línea editorial y los principios que la sustenta. ABC dice en su editorial que publicamos «informaciones falaces», refiriéndose a los anuncios de prostitución que es fácil de comprobar que publican día tras día en sus páginas. LA RAZÓN los eliminó hace años siguiendo un principio ético básico. Lo realmente alarmante e inmoral es que lo siga haciendo un periódico que se confiesa católico y que inserta el suplemento de religión Alfa y Omega, que se elabora exclusivamente con el apoyo económico del Arzobispado de Madrid. Es una situación insostenible que sus lectores deberían conocer y obligar a rectificar. No se entiende la indiferencia del cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ante esta escandalosa situación. Pero si algo desautoriza totalmente a un medio de comunicación es la falsedad en sus noticias y más aún acusar a otro medio que lo único que hace es informar con veracidad y rigor.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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