LA TRIBUNA DEL COLUMNISTA

David Gistau se parte la caja con el delicadito Rull: «No imaginó que su lucha heroica le produjera pedos»

Alfonso Ussía: "La Cárcel-Gourmet todavía no se ha inventado. En ocasiones, los héroes de la República de Cataluña se soliviantan por tonterías"

David Gistau se parte la caja con el delicadito Rull: "No imaginó que su lucha heroica le produjera pedos"
Josep Rull. PD

Se notan los efectos de este largo puente que ha sobrevenido en acueducto más largo que el de Segovia. Los columnistas de este 9 de diciembre de 2017 se han tenido que partir las meninges y varios han rebuscado en temas de hace dos o tres días incluso. Eso sí, al menos lo hacen con bastante gracia.

David Gistau, en ABC, se parte la caja con las quejas gastronómicas de Rull durante su estancia en la cárcel de Estremera:

A qué señoritos de ping-pong y almax hemos concedido el prestigio de ‘hostis publacae’. Pero esto qué es. Ni por los comederos cuartelarios han pasado, toda la vida chasqueando los dedos para que venga el ‘maître’.

Ussía, en La Razón, también mete cuchara en el tema de la alimentación carcelaria de Rull:

Rull y Turull, que ya tienen experiencia, deben afrontar su futuro penal -que lo tienen asegurado-, llevándose a la cárcel unas perras para adquirir los productos complementarios. Y hacer ejercicio para abrir el apetito. La Cárcel-Gourmet todavía no se ha inventado. En ocasiones, los héroes de la República de Cataluña se soliviantan por tonterías. Vamos, vamos, vamos.

Ignacio Camacho refleja hasta qué punto se ha degradado la clase política en Cataluña:

Colau, Puigdemont y Junqueras representan hoy lo más escogido de esa aristocracia ejemplar que desde la feliz confluencia de Washington, Franklin y Jefferson es la mayor concentración de talento cívico que el mundo ha visto. Y detrás de ellos figura una pléyade de admirables lumbreras cuyo fulgor ilumina las candidaturas del nacionalismo. Los Rull, Turull, Romeva, Forcadell, Rovira o los Jordis representan tal acumulación de virtudes públicas que el autoritario Estado español los ha procesado o encarcelado para evitar la sonrojante comparación con su hosco rastrojal político.

Mikel Buesa, en La Razón, teme la presión de los nacionalistas el mismo día de las elecciones en Cataluña:

Resulta que, pese a los buenos augurios demoscópicos, los partidos constitucionalistas en Cataluña no se fían de que, cuando acudan a las urnas, sus electores no se vean coaccionados por los comisarios nacionalistas que suelen vigilar los colegios electorales y, sobre todo, cuáles son las papeletas que, en medio del follón, cogen aquellos a la vista de todos. En esta semana han abundado las declaraciones de los digamos españolistas señalando que hay que combatir el miedo de los votantes a ser identificados como no nacionalistas, el miedo a coger la papeleta, porque según ellos «hay zonas de Cataluña donde la presión es muy dura».

Ely del Valle considera que el PP está por la labor de que gobierne Iceta en Cataluña antes de que sea Ciudadanos quien ocupe el cargo:

La única opción que baraja el PSOE es la de hacerse con el gobierno de rebote, una vez que Cs se vea obligado a sacrificarse para no dárselo a ERC, con el aplauso del PP que preferiría una victoria del eterno rival antes que la de quien le está merendando el bocadillo.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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