Las elecciones catalanas vuelven a escena. Dentro de una semana, el 22 de diciembre de 2017, entre bola y bola del sorteo de la Lotería de Navidad, estaremos haciendo cábalas sobre cómo formar el fragmentado puzzle que quedará en Cataluña. Este 15 de diciembre de 2017, las tribunas y editoriales se fijan en los sondeos, los últimos que se pueden publicar, y en el oportunismo de ciertos líderes para rascar votos en esta recta final.
Santiago González, a tenor de la encuesta electoral que publica este 15 de diciembre de 2017 El Mundo, cree que el artículo 155 va a tener largo recorrido en Cataluña:
Hay otros problemas añadidos: el primero, que los comunes jamás pertenecerían a un club que se considerase constitucionalista. El segundo, es que el PSC también tendría problemas para encajar en ese bloque. Iceta no votará nunca a Inés Arrimadas. Se propone como candidato, pero no hay manera de que pueda sumar 68 escaños para armar un tripartito como el de Maragall en 2003. Y mucho menos de que Junqueras le vaya a investir a él teniendo 14 o 15 escaños más. Cataluña será ingobernable y los golpistas seguirán en lo suyo. El 155 aún tiene futuro.
ABC, que lleva su propia encuesta, donde ganaría Ciudadanos en Cataluña, cree que los nacionalistas-separatistas lo tienen en chino:
El futuro de Cataluña sigue siendo incierto porque no salen los números para una mayoría no nacionalista; y la separatista dependerá de que los «comunes» de Colau le presten sus votos. La opción de un tripartito de izquierda entre PSC, ERC y Cataluña en Común tampoco tiene la mayoría suficiente y, además, sería una irresponsabilidad del socialismo catalán ante la contumacia de los republicanos de Junqueras en la vía unilateral.
Carlos Herrera le recuerda a Iceta que eso de indultar a los políticos presos por querer romper España tiene muchas réplicas:
A alguien acusado de delitos tan graves como la rebelión y la sedición hay que someterlo al Imperio de la Ley y no hurtar su enfrentamiento a la realidad por el hecho de ser un político catalán. Daría la impresión de ser cierta la existencia de delincuentes políticos, lo que llevaría a demás presos a preguntarse si no merecen un indulto por el hecho de ser catalanes, aunque estén entre rejas por haber robado un coche. Incluso otros socialistas sometidos a largos procedimientos podrían reclamarle a Iceta algo de su magnanimidad: ¿o no son políticos procesados Chaves y Griñán?
Manuel Marín considera que Iceta se ha equivocado en su estrategia y cada idea que tiene son votos para Arrimadas:
Iceta nunca debió ideologizar el Código Penal para sacar rédito electoral. Del mismo modo que se acusaba a Rajoy de fabricar separatistas cada vez que hablaba antes de aplicar el 155, Iceta corre el riesgo de regalar votos a Ciudadanos cada vez que reivindica ese engañoso constitucionalismo «zero» y condonador que tanto le hace bailar.
El diario La Razón habla de una Cataluña ingobernable:
La encuesta de NC Report sobre la intención de voto de los electores catalanes, que hoy publica LA RAZÓN, dibuja una Cataluña ingobernable, sin mayorías parlamentarias determinantes y con unos partidos separatistas que resisten bien pese al fiasco del proceso secesionista, aunque pierden la mayoría absoluta de los escaños de la Cámara.
El País destaca la torpeza de Iceta con sus declaraciones hablando de indultar a los políticos presos por tratar de quebrantar la unidad de España:
La propuesta de Iceta contiene dos torpedos de grueso calibre contra dos pilares básicos de una democracia. Torpedea el principio de la separación de poderes por cuanto descalifica o convierte en inoperante la actuación de la justicia y fulmina el principio de igualdad ante la ley por cuanto distingue a los delitos «de origen político», merecedores de medidas de gracia. Todo el trabajo iniciado por el constitucionalismo, echado por la borda en favor de un tacticismo electoral imprudente, inoportuno y cuya rentabilidad electoral es más que discutible.
Hermann Tertsch pone el acento en el asesinato de Víctor Láinez y recuerda que la consecuencia de todo la tiene el odio sembrado por Zapatero:
A nadie debe extrañar el pétreo silencio inicial y las defensivas formas después con que han reaccionado ante este crimen todas las fuerzas de izquierdas. Todas, sin excepción. Porque todas se saben afectadas. Saben que los jóvenes como Rodrigo Lanza que disfrutan fantaseando con la «caza del fascista» -¿te suena Pablo?- y que han sido formados en el odio a «esa bandera que produce asco» -¿verdad Iglesias?- son miembros de las camadas gestadas por el socialista Zapatero.
Ignacio Camacho entiende que a Láinez le han matado dos veces, la real y la virtual, con toda una serie de vómitos en las redes sociales:
Al hombre de los tirantes lo han matado dos veces. Han escupido sobre su tumba, lo han erigido en fantoche político, le han arrebatado su individualidad, le han desposeído de alma. Lo han pintado de fanfarrón, camorrista, bravucón de barra; la clase de tipo que haría perder los estribos a cualquier muchacho de ideología moderada. El tal Rodrigo Lanza, el acusado de su muerte, no sería más que la víctima real de una sociedad injusta que encarcela a los luchadores oprimidos mientras deja campar impunes -¡¡y exhibiendo banderitas!!- a los fachas.
Federico Jiménez Losantos salta en El Mundo contra El País por ocultar en la medida de lo posible la identidad del asesino de Víctor Láinez:
Con el asesinato de Víctor Laínez, la criatura de tinta predilecta de Soraya y Rajoy se ha superado. Así daba la noticia en un minúsculo recuadro su portada de ayer: «El crimen de Zaragoza enciende las alarmas sobre el odio político: En la ciudad no se explican que unos tirantes de la bandera de España causaran la agresión. El acusado es un joven de origen chileno, nieto de un militar de la dictadura». Es difícil tergiversar tantos hechos en tan pocas líneas. Se oculta -y desprecia- el nombre del muerto; se elude -y protege- el de su asesino. Y los únicos datos sobre ese «odio político» que «enciende las alarmas», nos remiten a Pinochet, cuyo espíritu se habría manifestado en Zaragoza.