Más Cataluña. Sí, a pocos días para proceder a la investidura del próximo presidente catalán (la fecha prevista es el 31 de enero de 2018), las columnas y editoriales de la prensa de papel de este 19 de enero de 2018 prosiguen analizando la situación política de esa autonomía y el tremendo carajal que se puede generar de intentar investir al ‘Molt Hologramable Cocomocho’.
Federico Jiménez Losantos, en El Mundo, recuerda a los ‘primaveras’ de Rajoy, Iceta y etcétera que el golpe sigue instalado en Cataluña:
Inés Arrimadas -que en TV3 estuvo sencillamente extraordinaria- ha sido la única en denunciar que el golpista está desnudo, o sea, que sigue siendo golpista. Rajoy, Iceta y otras ruinas de las urnas se abonan a la brisa, al tono, al aire, a la esperanza… O sea, que insisten en no querer ver lo que está clarísimo: que en Cataluña el Golpe sigue.
El Mundo recuerda que, más allá de los 87 millones de euros gastados por el Estado habida cuenta del 1-O, la responsabilidad primigenia debe ser de quienes perpetraron el intento golpista:
Fue la hoja de ruta secesionista la que obligó al Estado a intervenir. Y fue la dejación de los Mossos de sus obligaciones, unido al uso de escudos humanos en las concentraciones -con presencia de radicales-, lo que derivó en las cargas del 1-O. Aquel día, explotado de forma torticera por la propaganda separatista, representó un fracaso colectivo. Pero la responsabilidad primaria recae en quien promovió una consulta que vulneraba la legalidad.
Santiago González recuerda a los del PP quién es en realidad el nuevo presidente de la Generalitat y su trayectoria no da pie, precisamente, a albergar esperanzas de cambio –Multan con 900 euros por poner la bandera de España en un pueblo de Cataluña-:
La actuación más destacada de Torrent fue la imposición de una multa de 900 euros a un vecino que quiso hacer cumplir la Ley de Banderas en la fachada del Ayuntamiento. El 7 de noviembre fue uno de los tíos de la vara, uno más de los 200 alcaldes separatistas que viajaron a Bruselas a rendir homenaje a Carles Puigdemont.
Hermann Tertsch, en ABC, se hace unas preguntas obvias, pero esenciales:
¿Cómo es posible que en España, un país desarrollado, los medios de comunicación no se dediquen desde hace días a otra cosa que a debatir si un supuesto delincuente fugado, con cargos que pueden suponerle 30 años de prisión, va a ser o no el próximo presidente del gobierno de una de sus principales regiones? ¿Cómo es posible que el ministro del Interior explique que un cuerpo policial regional está todo él implicado en un acto generalizado de desacato, siendo un cuerpo armado, de rebelión, el pasado 1 de octubre y todos los miembros sigan armados y en funciones?
Ignacio Camacho duda de que a los separatistas les entre un gramo de lucidez y asegura que serán los jueces los que tendrán que tumbar la chifladura que intenten perpetrar:
Esos tipos están tan enajenados que pueden hacer cualquier cosa, desde tratar de investir a Puigdemont por whatsapp hasta tirarlo ellos mismos al basurero de la Historia. Hipótesis esta última ante la que tampoco conviene alborozarse porque si algo tienen demostrado es su capacidad para tumbar cualquier expectativa ilusoria.
David Gistau cree que es interesante conocer si desde órganos como la TV3 se está haciendo un listado de catalanes con pedigrí después de que un periodista de esa televisión le preguntase a la líder de Ciudadanos si sabía que había diputados naranjas que no se sabían o que no habían cantado ‘Els Segadors’:
No sé si los diputados de Cs se saben la letra, pero la pregunta que hizo el periodista de TV3 tiene interés porque los mismos independentistas que renunciaron a la señera tratan de apropiarse del himno como para sumar a otros catalanes en la lista de degollables. Y tal vez esto debería ser contrarrestado en el Parlamento. A menos que haya alguien componiendo el de Tabarnia, entonces no digo nada.
José María Carrascal considera que será complicado que los separatistas catalanes cumplan con la ley y acabarán retorciendo el reglamento del Parlamento para investir a Puigdemont:
Todo lo recuperado por los soberanistas se iría al cuerno. Habrían hecho, como vulgarmente se dice, un pan como unas tortas. Se necesitaría un prestidigitador para lograrlo, y aunque Torrent parece más listo que su antecesora, Carme Forcadell, no creo que llegue a tanto.
El editorial de La Razón exige que se investiguen los movimientos bancarios de dinero que ha podido ir a satisfacer los gastos que debe estar generando la estancia belga de Puigdemont:
Entra en la lógica de la investigación abierta por el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena contra los dirigentes independentistas la de unas cuentas abiertas por la Generalitat en Bruselas y unos movimientos que deben ser justificados. Hay tres transferencias, dos a nombre de The Hague Centre for Strategic Studies, con sede en La Haya – con importes de 58.250 y 61.450 euros-, y una destinada la Delegación de la Generalitat en Croacia por 20.000 euros. Es lógico que el juez Llarena quiera saber el ordenante y destinatario de estas transferencias, porque es muy poco creíble jusjtificar que el aparato montado por Puigdemont en Bruselas se financia gracias a la generosidad de unos empresarios.