En el Español todos eran locales, universitarios barceloneses
Alfredo Relaño ha sepultado con datos la verborrea faltona de Gerard Piqué. El director de As le ha demostrado al central independentista del Barça por qué el Español es tan barcelonés o incluso más que su puro y racial Barcelona, empezando por el origen de ambas instituciones–El feo gesto de Piqué que vas a ver en todos los informativos–.
Piqué lleva tiempo empeñado en hacer una cruzada personal contra el Español al que considera un club enemigo no solo por la rivalidad deportiva entre ambos equipos sino porque cree que su afición se ceba con él y con su familia, ya que a su pareja, Shakira, algunos cuantos le dedican todo tipo de cánticos–Josep Pedrerol defiende al Español y le recuerda a Piqué todos los ninguneos y afrentas que el club perico recibe desde las instituciones catalanas–.
Por ello, el jugador de simpatías independentistas -no se sabe si por convicción o bien porque le permiten seguir agitando la llamarada de la polémica, esa que le gusta tanto incluso si para ello el que tiene que faltar el respeto es él- sigue diciendo que el club perico es de Cornellá, y no de Barcelona.
Y le niega arraigo catalán por aquello de que ahora el máximo accionista del club blanquiazul es chino–Albert Boadella, presidente de Tabarnia, se lo pasa en grande a costa del resentido Piqué y le da las gracias por tanto–.
Relaño escribe en El País que el Español es muy barcelonés ya que fue fundado en el seno de una agrupación deportiva en aquella ciudad.
El Barça, por su parte, fue fundado por un suizo, no por un catalán, como quizás habría deseado Piqué, «y entre sus fundadores había más apellidos extranjeros», remata el veterano periodista.
En el Español todos eran locales, universitarios barceloneses. Cuando nació, existían un equipo llamado Catalá y otro llamado Hispania, y ellos optaron por el nombre de Español
Relaño recuerda los problemas que ha tenido el Español en su aspiración de ser tratado y aceptado por las clases dirigentes barcelonesas de igual a igual con el Barça, el preferido por el nacionalismo catalán:
Pero siempre nadó río arriba en su empeño por ser aceptado como barcelonés en determinados sectores.
A medida que el profesionalismo fue haciendo desaparecer a otros clubes de la ciudad, Barcelona y Español quedaron mano a mano y esa rivalidad se fue trufando de interpretaciones políticas ya desde sus primeros tiempos.
El Español solicitó y obtuvo en 1912 la concesión del título de Real por parte de Alfonso XIII, como varios otros clubes españoles. El Barça nunca aspiró a tal cosa.
Finaliza el escrito explicando por qué los dirigentes ‘pericos’ optaron por catalanizar el nombre del equipo en la década de los 90:
En 1995, el club tomó la decisión de cambiar su nombre oficial de Real Club Deportivo Español por el de Reial Club Sportiu Espanyol de Barcelona.
No sólo lo catalanizó, sino que le añadió el «de Barcelona», a fin de reclamarse de equipo de la ciudad, lo que realmente siempre quiso ser y fue. Pero ya se ve por las palabras de Piqué lo difícil que le va a resultar convencer a todos de su barcelonía.